Gobierno de Irak responde a maltrato del Corán en Suecia

Por dañar del libro religioso de los musulmanes, la administración iraquí ordenó la expulsión de la embajadora sueca en Bagdad
Fernanda Muñoz Fernanda Muñoz Publicado el
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El gobierno de Irak respondió a los conflictos que ha habido en Suecia por el Corán a un mes de que el libro fuera destruido en Estocolmo.

El primer ministro iraquí, Mohammed Shia’ Al Sudani, anunció la mañana de ayer que ordenaba la expulsión de la embajadora de Suecia en su país como medida de represalia por el trato que en la capital sueca se le dio al libro religioso.

A finales de junio pasado se registró que el Corán había sido maltratado por cientos de manifestantes suecos por el solo hecho de ser antimusulmanes y ultraconservadores.

A través de imágenes difundidas en redes sociales se mostró cómo diferentes ciudadanos suecos tomaban un ejemplar del Corán para romper sus páginas, lo cual causó conmoción en Irak, donde aproximadamente el 95 por ciento de su población es musulmana.

Jessica Svardstrom, embajadora en Suecia en Irak, no manifestó una opinión sobre su destitución; sin embargo, su labor fue reconocida por lograr, durante su estancia como diplomática, una cercanía entre su país y la nación de Medio Oriente.

La salida de Svardstrom de Irak se dio 10 meses después de que le entregara una copia de sus cartas credenciales al ministro de Asuntos Exteriores iraquí, Fuad Hussein. En ese encuentro, ambos discutieron las relaciones bilaterales entre Bagdad y Estocolmo y las formas de mejorarlas para hacer realidad los intereses de ambos pueblos.

Iraquíes incendian embajada de Suecia en Bagdad

Un día antes de que se diera a conocer la destitución de la embajadora sueca en Irak, la sede diplomática sueca en Bagdad fue intervenida por una multitud de manifestantes iraquíes.

Ondeando la bandera de su país, los inconformes entraron a la sede y salieron momentos después de prenderle fuego tanto a las instalaciones como a los jardines.

Al respecto, el ministro de Relaciones Exteriores sueco condenó el ataque e informó que nadie del personal diplomático había estado en peligro a pesar de las llamas.

Aunque el gobierno iraquí comprendió el enojo de los manifestantes, dio instrucciones para que se llevara a cabo una investigación urgente para que se tomen las medidas de seguridad necesarias para identificar a los autores del asalto a la embajada.

De igual manera, la administración iraquí ordenó el regreso a Bagdad del encargado de negocios en Suecia.

Las últimas manifestaciones frente a la sede diplomática sueca no son las primeras que se registran desde la intervención del Corán.

El pasado 29 de junio, cientos de manifestantes intentaron entrar a la embajada sueca en Bagdad al treparse a uno de los muros; sin embargo, no lograron su cometido.

Se cree que el primer intento de invadir la embajada sueca fue ordenado por el clérigo Muqtada al-Sadr, quien le exigió a las autoridades quitarle la nacionalidad iraquí a Salwan Momika, el organizador de las manifestaciones en Estocolmo donde se destruyó el Corán.

Al-Sadr respaldó el intento de asalto a la sede diplomática sueca diciendo que todos tienen derecho a la libertad de expresión, incluso aquellos que buscan defender el libro islamista.

Suecia maltrató el Corán por rasgos de islamofobia

La quema del Corán en Suecia en junio de este año fue un acto criticado a nivel mundial, sobre todo por el hecho de que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) conmemora cada 15 de marzo un Día Internacional de la Lucha contra la Islamofobia.

De acuerdo con Naciones Unidas, el odio hacia el islam y la gente que lo profesa se desató tras los atentados terroristas el 11 de septiembre de 2001, entre otros actos de terrorismo supuestamente perpetrados en nombre del islam.

Ante ese hecho, la ONU resalta que en los Estados donde son minoría, los musulmanes sufren a menudo discriminación en el acceso a bienes y servicios, en la búsqueda de empleo y en la educación.

Suecia es uno de esos países donde los fieles al islamismo son minoría con el ocho por ciento de sus habitantes, de acuerdo con el centro de investigaciones estadounidense Pew Research Center.

El odio al islamismo en Suecia también ha provocado que el país enfrente retos en materia de política exterior.

Recep Tayyip Erdogan, presidente de Turquía, ha dejado en claro que no acepta el ingreso del país europeo a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) porque promueve la islamofobia y da refugio a terroristas.

En Turquía, al igual que en Irak, más del 90 por ciento de la población es musulmana, por lo que la postura de Erdogan en cuanto a Suecia es en favor de sus ciudadanos.

Sin embargo, en julio pasado que se llevó a cabo la Cumbre de la OTAN, el jefe de Estado turco anunció que permitiría el ingreso de Suecia a la alianza atlántica siempre y cuando su nación sea aceptada dentro de la Unión Europea.

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