Gaza, Ucrania y las crisis en Haití y Venezuela, protagonistas en la Asamblea General de la ONU

Los representes de los 193 países miembros de Naciones Unidas se reunirán hasta el próximo 30 de septiembre en la sede general en Nueva York
Fernanda Muñoz Fernanda Muñoz Publicado el
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La guerra que comienza en Líbano, el cambio climático, la falta de democracia en el mundo y la urgencia de atender los conflictos en Medio Oriente y Europa, dominaron la 79º edición de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Aunque la Asamblea General no terminará sino hasta el próximo 30 de septiembre, los jefes de Estado que han emitido sus discursos exigen cooperación entre toda la comunidad internacional para terminar con los problemas contemporáneos, aunque eso es poco probable de cumplirse.

Joe Biden, presidente de Estados Unidos, y quien protagonizó su última participación en una Asamblea General como jefe de Estado, admitió que a pesar de todos los retos que enfrenta la humanidad, desde hambruna hasta terrorismo, hay esperanza para seguir.

La declaración del presidente Biden fue una de las muestras de lo poco posible que es terminar con los retos contemporáneos, principalmente con la guerra en Europa al ser su gobierno uno de los principales defensores de la soberanía y libertad de Ucrania.

“¿Mantendremos nuestro apoyo para ayudar a Ucrania a ganar esta guerra y preservar su libertad o nos retiraremos y permitiremos que se reanude la agresión y se destruya una nación? Sé mi respuesta, no detendremos nuestro apoyo a Ucrania, no hasta que logre una paz justa y duradera”, dijo el demócrata.

Aunque gran parte de los 193 miembros que integran la ONU apoyan la libertad de Ucrania, otros mantienen un perfil neutral y el resto le da su apoyo a Rusia, como China, que aunque se ha dicho abierto al diálogo entre ambas partes, su acercamiento con el Kremlin hace evidente su respaldo a Vladimir Putin.

Ante ese panorama, la invasión en Ucrania parece que seguirá manteniendo el mismo panorama, al menos durante el próximo año que se celebre la siguiente Asamblea General.

Palestina, defendida por Gustavo Petro

En cuanto a la guerra en Medio Oriente, uno de los oradores que respaldaron al pueblo palestino de los ataques de Israel fue Gustavo Petro, presidente de Colombia.

El presidente colombiano que rompió relaciones diplomáticas con Israel en mayo de este año, afirmó que antes de que estallara la primera bomba en Gaza, él pidió paz en Palestina; sin embargo, “ahora hay hasta 20 mil niños y niñas sin vida”.

Sin mencionar a Israel, Petro declaró que “los países de la destrucción humana se ríen” en los pasillos de Palestina con ayuda del poder de comunicación de los medios mundiales.

Antonio Guterres, secretario general de la ONU, se unió a la paz en Medio Oriente y afirmó que la comunidad internacional debe movilizarse para lograr un alto al fuego inmediato, la liberación incondicional de todos los rehenes y el inicio de un proceso irreversible hacia una solución de dos Estados.

“Nada puede justificar los abominables actos de terror cometidos por Hamás el 7 de octubre, ni la toma de rehenes que he condenado en repetidas ocasiones, y nada puede justificar el castigo colectivo del pueblo palestino”, afirmó.

Al igual que Guterres, el presidente Biden no solo habló de las repercusiones que vive Israel, sino el pueblo palestino. Dejó en claro que “el mundo no debe acobardarse ante los horrores del 7 de octubre” cuando Hamás “invadió un Estado soberano” y cometió violencia sexual, asesinó y secuestró.

“Los civiles inocentes en Gaza también están pasando por el infierno. Miles y miles de muertos, incluidos los trabajadores humanitarios. Demasiadas familias han sido desplazadas. No pidieron esta guerra que Hamás inició”, dijo.

Según aclaró el presidente de Estados Unidos, su gobierno le propuso a Qatar y Egipto un acuerdo de alto al fuego y de rehenes, el cual fue aprobado por el Consejo de Seguridad de la ONU; una propuesta que favorece el fin de la guerra.

A diferencia de Biden, Gabriel Boric, el presidente de Chile, hizo evidente su postura en contra de Israel y de Hamás, a los cuales llamó “barbarias”. Desde su país pidió a un alto al fuego en Gaza para poner fin al sufrimiento y la masacre contra los palestinos y, a su vez, exigió la liberación de todos los rehenes israelíes en manos del grupo terrorista.

Haití y Venezuela, en el discurso de Gabriel Boric y Luis Abinader

Lejos de las guerras actuales, jefes de Estado como el representante de Chile o de República Dominicana, Luis Abinader, expusieron las crisis sociales y políticas en Haití, donde se asesinó a su último presidente y la capital está dominada por pandillas, y en Venezuela, donde hay una lucha por la democracia tras las elecciones presidenciales del 28 de julio.

Mientras que Abinader enfatizó que Haití merece una atención especial para alcanzar seguridad y estabilidad que permitan a su crecimiento económico y así evitar que más haitianos salgan de su territorio, Boric enfatizó que Venezuela está frente a “una dictadura que pretende robarse una elección, que persigue a sus opositores y que es indiferente al exilio”.

“Se requiere una salida política a esta crisis que reconozca el triunfo de la oposición y lleve adelante una transición pacífica”, decretó el jefe de Estado chileno.

Ante las exigencias y asuntos expuestos en el marco de la Asamblea General, Oscar Abad, maestro en Diplomacia y Relaciones Internacionales por la Escuela Diplomática de España e internacionalista de la UNAM, afirma que las declaraciones deben irse concretando en documentos para después convertirlas en acciones, siempre y cuando se trabaje de forma conjunta.

“En un mundo tan globalizado, sabemos perfectamente que no se van a poder atender todos estos desafíos si no se hacen de manera conjunta (…) Si (la Asamblea General) sigue siendo única y exclusivamente una plataforma para discursos románticos, definitivamente no vamos a poder avanzar como humanidad”, comparte el también académico de la Universidad Anáhuac.

Asimismo, añade que aunque la ONU ha tenido por sí mismo diferentes desafíos en los que probablemente no se ha notado su trascendencia, no deja de ser importante para escuchar las posturas de diferentes líderes mundiales, sobre todo en momentos “tan convulsos” como los que se viven actualmente.

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