La dirigente opositora Aung San Suu Kyi se pronunció por una solución negociada a las protestas contra una mina de cobre —en la que hay militares socios— en el noroeste de Myanmar, tras registrarse los peores actos de represión en el gobierno del presidente reformista Thein Sein.
La policía antidisturbios utilizó el jueves cañones de agua, gas lacrimógeno y bombas de humo para desalojar a manifestantes que ocupaban desde hace 11 días la mina de cobre de Letpadaung. Hubo decenas de heridos, entre ellos aldeanos y budistas.
El conflicto podría devenir en una crisis política y de imagen para el gobierno de Thein Sein, que inició en 2011 y que se promovía como el de la transición de Myanmar a la democracia después de cinco décadas de régimen militar represivo.
La mina es administrada conjuntamente por una empresa china y una empresa que controlan los militares de Myanmar. Según activistas, a medida que la mina se amplía, los aldeanos son obligados a irse de sus tierras con una escasa compensación.
Los manifestantes sufrieron quemaduras serias durante la represión cerca del poblado de Monywa. Se desconoce si las quemaduras se debieron a la acción directa de las armas o a los incendios que causaron las armas en el lugar donde acampaban los inconformes. (AP)