Macron pone en marcha su gobierno

Emmanuel Macron, el recién electo presidente francés, ya ha dado a conocer la conformación de su gobierno, un gabinete plural, con igual número de hombres y mujeres con una combinación entre políticos experimentados y miembros de la sociedad civil.

Tras el nombramiento el pasado lunes del derechista Édouard Philippe como primer ministro, las especulaciones no habían cesado, sobre todo ante el retraso de un día para dar a conocer a quienes encabezarán los ministerios.

Carlos Salazar Carlos Salazar Publicado el
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“La composición de este Gobierno demuestra que el voto socialista en las elecciones legislativas es el único medio para responder a la necesidad de una izquierda y a la exigencia de una justicia social”
ComunicadoPartido Socialista, en Francia
El Partido Republicano comunicó que sus correligionarios que se unieron al equipo de Macron ya no son bienvenidos
Macron envió el claro mensaje de buscar alianzas al nombrar a un miembro de otro partido para buscar la mayoría legislativa en junio

Emmanuel Macron, el recién electo presidente francés, ya ha dado a conocer la conformación de su gobierno, un gabinete plural, con igual número de hombres y mujeres con una combinación entre políticos experimentados y miembros de la sociedad civil.

Tras el nombramiento el pasado lunes del derechista Édouard Philippe como primer ministro, las especulaciones no habían cesado, sobre todo ante el retraso de un día para dar a conocer a quienes encabezarán los ministerios.

Hasta cinco formaciones políticas distintas estarán representadas en el gobierno, desde integrantes del movimiento de Macron, En Marche!, como el Partido Socialista, Los Republicanos y el Movimiento Demócrata.

La elección de los titulares de los ministerios parece producto de una búsqueda de equilibrio entre las preferencias personales del presidente y la apertura hacia otras fuerzas políticas.

Con este movimiento, Macron parece tender la mano sobre todo a un sector de los republicanos y los socialistas, las dos facciones que han gobernado Francia durante los últimos 70 años y que podrían ser aliados claves para su mandato de 5 años.

La designación de Philippe como primer ministro, miembro del sector moderado del Partido Republicano, fue un primer mensaje de Macron de cara a las elecciones del próximo mes.

El que un miembro de otro partido encabece los esfuerzos para obtener una mayoría legislativa es toda una declaración de intenciones.

Macron, quien ha afirmado que busca una mayoría parlamentaria con progresistas tanto de derecha y de izquierda, sigue en cierta manera en campaña, buscando adeptos para su proyecto.

Necesitan ratificación

Los miembros claves del gobierno fueron otorgados a los políticos más experimentados que además cuentan con la confianza del mandatario francés.

Quizá el más importante sea el Ministerio del Interior, encargado de la seguridad y viabilidad del Estado francés, que estará en manos de Gérard Collomb, alcalde de Lyon, un político de 70 años de edad y con  trayectoria dentro del Partido Socialista, quien durante la campaña apoyó a Macron.

También de los socialistas, Jean-Yves Le Drian, actual ministro de Defensa, será el encargado del Ministerio del Exterior; mientras que François Bayrou, experimentado líder del Movimiento Demócrata, estará en el Ministerio de Justicia.

Los Ministerios de Economía y Finanzas estarán encabezados por miembros del Partido Republicano, el primero por Bruno Le Maire, exministro y exaspirante presidencial, y el segundo por Gérald Darmanin, el único ministro más joven que el propio Macron.

Por el momento este gobierno es provisional, y su ratificación dependerá de las elecciones legislativas en junio, en donde Macron y sus aliados esperan lograr una mayoría que le de viabilidad a su proyecto.

Durante el siguiente mes, Macron y sus colaboradores tienen no solo la tarea de gobernar y comenzar la transición política de Francia, sino trabajar rumbo a la cita electoral del 11 y 18 de junio para evitar un revés y correr el riesgo de una parálisis gubernamental.

Los comicios son ahora la prioridad del gobierno, un tema de mera supervivencia política para el proyecto de nación de Macron.

Republicanos, expulsados

Los recientes comicios presidenciales en Francia significaron un duro golpe para los dos partidos tradicionales en Francia, tanto los republicanos como los socialistas, quienes habían compartido el poder desde la época posterior a la Segunda Guerra Mundial.

Relegados incluso de poder acceder a la segunda vuelta electoral, las cúpulas de los dos partidos políticos ahora han visto cómo algunos de sus miembros se incorporan al gobierno de Macron, llevándose quizá un importante número de adeptos para las elecciones legislativas.

El secretario general del Partido Republicano, Bernard Accoyer, lamentó la conformación del gobierno que aglutina a miembros provenientes de diversos grupos políticos y acusó a Macron de seguir manteniendo la ambigüedad en su proyecto.

Aseguró que los miembros republicanos que se integraron al nuevo gobierno ya no forman parte del partido, ya que tomaron la decisión de hacer campaña en favor de los candidatos de ¡En Marcha!

Socialistas, vaticinan fracaso

El otro “gran” partido francés, el Partido Socialista, criticó fuertemente a lo que llaman el equipo económico “de derechas” conformado por Macron. Economía y Finanzas serán dirigidos por dos republicanos.

Tras la nominación de políticos de derecha en puestos claves del gobierno, los socialistas vaticinan medidas como el alza en impuestos y la reducción de los derechos de los trabajadores.

“La composición de este Gobierno demuestra que el voto socialista en las elecciones legislativas es el único medio para responder a la necesidad de una izquierda y a la exigencia de una justicia social”, argumentan los socialistas.

Incluso el líder de Francia Insumisa, Jean-Luc Melénchon, criticó al gobierno recién formado calificándolo de derechas, lo que deja a su juicio como única “alternativa republicana” en las próximas elecciones legislativas a los candidatos de su partido.

La llegada de Macron a la presidencia solo ha sido una parte de la transición política en Francia. Los principales actores políticos siguen en campaña para la crucial cita electoral de junio, y por lo visto en la primera vuelta electoral, con una fragmentación del voto inédita, los resultados son imprevisibles, así como también es imprevisible la viabilidad del gobierno y el proyecto de Macron.

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