Un cambio de paradigma se suscitó al interior de la Secretaría de Estado del Vaticano. Una mujer, Francesca Di Giovanni está al frente por primera vez de uno de los altos cargos administrativos que siempre fue exclusivo para varones.
Con 66 años de edad y casi tres décadas trabajando en la Santa Sede, Francesca Di Giovanni fue nombrada por el papa Francisco como la primera mujer para ocupar el cargo de subsecretaria en el Sector Multilateral para las Relaciones con los Estados.
Aunque otorgar esta plaza significa un gran avance en cuanto a la inclusión de las mujeres en las decisiones de la máxima casa católica, su participación podría estar limitada.
De acuerdo con Roberto Blancarte, profesor investigador del Centro de Estudios Sociológicos de El Colegio de México (Colmex), el hecho de que Di Giovanni ocupe un cargo como subsecretaria no le concede ningún poder dentro de la estructura de la Curia Romana, los órganos de gobierno de la Santa Sede y de la Iglesia católica, pues dicha organización sigue y seguirá siendo masculina.
Sin embargo, comenta que su llegada es una señal de apertura hacia las mujeres, en donde el papa Francisco de forma inusitada ha decidido romper las brechas de género que desde el comienzo de la religión católica estuvieron presentes.
“La llegada de Francesca en realidad no cambia la estructura de la Santa Sede. Aunque ella asuma el cargo, las mujeres aún no pueden aspirar a ser sacerdotisas, obispos, cardenales, ni papas, ese será su gran reto, abrir esa brecha para que más mujeres ocupen esos puestos”, detalla el también Investigador Asociado del Grupo de Sociología de Religiones y de la Laicidad (GSRL).
En la actualidad, el gobierno de la Santa Sede está conformado por el papa, quien representa los poderes ejecutivo, legislativo y judicial y por la Curia Romana quienes se encargan del correcto funcionamiento de la iglesia y el logro de sus objetivos, todos ellos bajo la autoridad del sumo pontífice.
Por su parte, la Curia Romana está a la cabeza de un grupo de instituciones denominadas dicasterios, entre los que se encuentran la Secretaría de Estado, las congregaciones, los tribunales y los consejos pontificios.
Romper el estigma
Francesca Di Giovanni nació en la ciudad italiana de Palermo en 1953. Es licenciada en derecho y tiene experiencia en las áreas de relaciones multilaterales, que abarca migrantes y refugiados, así como derecho internacional humanitario, comunicaciones, condición de la mujer, propiedad intelectual y turismo.
Para Rafael Luciani, profesor de teología en la Universidad Católica Andrés Bello y del Boston College, el problema no solo está en que participen más mujeres o no, si no en la capacidad que tenga la iglesia de comprender que se deben crear buenas prácticas y nuevas estructuras que favorezcan el ejercicio de poder compartido en la máxima casa católica, tanto a nivel de los procesos de elaboración de acciones, como en los de toma de decisión.
“Hay un clásico principio en la iglesia que reza: ‘lo que afecta a todos debe ser tratado y aprobado por todos’. Esta es la dirección que debe inspirar a este tipo de nombramientos como el de la doctora Di Giovanni”, detalla el también asesor del Consejo Episcopal Latinoamericano y de la Confederación Latinoamericana de religiosos/as.
Francesca Di Giovanni, Sin incidencia
Di Giovanni se encargará de llevar los asuntos de la Santa Sede a foros multilaterales en donde podría participar con México. Aunque de una manera muy general y no de forma directa, la Comisión de Derechos de la Niñez y de la Adolescencia del Congreso sería una de las instituciones con la que podría tener contacto.
Los abusos sexuales contra personas menores de edad y monjas por parte de curas y obispos es uno de los temas pendientes de la iglesia católica.
En febrero de 2019, la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual por Sacerdotes de México declaró que había atendido 550 casos de abusos sexuales en 11 años. El mismo año, la iglesia católica mexicana reveló haber suspendido a 152 sacerdotes de sus tareas religiosas en los últimos nueve años por sospechas de abusos sexuales a menores de edad, pero no reveló nombres ni si los casos se habían remitido a las autoridades civiles.
La llegada de Francesca a la subsecretaría de asuntos multilaterales significa una posible solución a los abusos por parte de sacerdotes a religiosas y menores de edad, ya que tiene experiencia en temas relacionados con mujeres, sin embargo, las facultades correspondientes a su cargo no le permitirán involucrarse en dichas problemáticas.
El profesor e investigador Blancarte asegura que Di Giovani no podrá desempeñar ningún papel sobre el tema de los abusos sexuales a monjas, ya que ella se encuentra en una secretaría que no se relaciona con la problemática.
“Ella no puede hacer nada porque no tiene ningún poder dentro de la Curia Romana y ese es otro problema, en definitiva, no podrá incidir”, declara.