La primavera inició este martes en México y la mitad del globo. Se trata de un momento crucial para diferentes culturas en el mundo por sus implicaciones mitológicas y espirituales. Algunas personas aprovechan los fenómenos astronómicos del comienzo de la nueva estación para realizar rituales en países como México, la India y Japón.
El llamado equinoccio de primavera fue este año a las 15:58 horas del martes, sin embargo, los rituales continúan esta semana para aprovechar la posición del sol y el inicio de un nuevo periodo en el que abundan las flores, los frutos y los colores brillantes.
México es uno de los países que tiene rituales que remiten al periodo prehispánico para celebrar el inicio de la primavera. Miles de personas viajan en marzo a sitios arqueológicos del país como Chichén Itzá, Teotihuacán o Palenque para “cargar energía”. Los mexicanos y extranjeros que visitan estas zonas visten de blanco y suben las pirámides.
Los interesados también acuden a estos lugares durante el equinoccio de primavera para presenciar la mezcla de fenómenos astronómicos y diseños arquitectónicos. Durante el inicio de la primavera, en Teotihuacán se puede apreciar una sombra en forma de serpiente que desciende por la pirámide y que representa la llegada del dios Quetzalcóatl.
Los países con comunidades hindúes también celebran la primavera, pero lo hacen de una forma muy colorida. Holi es el festival de origen religioso que se realiza en la India y otros países en los que habitan grandes comunidades hindúes como en Nepal, Sri Lanka, Malasia, Sudáfrica o Reino Unido para conmemorar la llegada de la nueva estación.
Consiste en arrojar polvos de colores que se conocen como gulal como una expresión de felicidad. Los cuerpos y las ropas de los participantes quedan cubiertos totalmente por los pigmentos.
Flores japonesas
En Japón la primavera se celebra mediante rituales en los que las flores son las grandes protagonistas. El equinoccio de esta estación representa para los japoneses un momento para recordar a sus muertos mediante la celebración que se denomina Shunbun No Hi.
El evento consiste en ofrecer oraciones y ofrendas a los difuntos cuando comienzan a florecer los cerezos, símbolo que representa para la cultura japonesa la terminación de la temporada invernal y el renacer de la naturaleza.
En la capital de Polonia se recurre a las raíces paganas. En Varsovia se conserva una tradición celebrada cada 21 de marzo que consiste en llevar por las calles una esfinge de la diosa Marzanna para celebrar la muerte del invierno y el renacimiento de la naturaleza.
Año nuevo en Asia Central
Durante el equinoccio de primavera también se celebra el Novruz, el comienzo del año nuevo para más de 300 millones de personas en Asia Central y otras regiones. El personaje más emblemático de estas fiestas es Hajji Firuz, un hombre con la cara pintada de negro que viste un traje rojo y toca la pandereta a la vez que baila por las calles para proclamar a los cuatro vientos la llegada del Novruz.
La celebración se prolonga durante 13 días en Irán y va precedida de eventos especiales, por ejemplo, el último martes del año persa se celebra la Noche de las hogueras, fecha en la que los jóvenes brincan pequeñas fogatas y la gente reparte dulces y frutos secos entre sus amigos, vecinos y familiares.
En Egipto se realiza uno de los rituales más antiguos para celebrar el inicio de la primavera. Se trata del Sham el Nessim, una celebración con más de 4 mil 500 años que consiste en que las personas van a la orilla del río Nilo a compartir comida, disfrutar del paisaje y del renacer de la naturaleza. En épocas anteriores también representaba el inicio del ciclo agrícola y la fertilidad de la tierra.
Todos estos rituales demuestran que personas de diferentes culturas y países aún tienen un vínculo cercano con la naturaleza, los astros y los ciclos del año.