En el kibutz Nir Oz el 28 por ciento de su población fue secuestrada o asesinada. Foto: Especial

Familiares de rehenes en Gaza comparten su historia

Desde el ataque de Hamás, más de 130 israelíes siguen siendo rehenes, entre ellos los primos de Maria Chmiel y el yerno de Marcelo Garzón, de quienes se desconoce si siguen con vida

Tel Avid, Israel.- Maria Chmiel muestra las fotos de sus primos, Iair y Eitan Horn, entre sus manos temblorosas, pero con la misma fuerza que la ha mantenido de pie desde el 7 de octubre de 2023, cuando Hamás se los arrebató.

Iair y Eitan se encontraban en el kibutz Nir Oz, a 1.6 kilómetros de la franja de Gaza, cuando Hamás entró en su comunidad para asesinar o secuestrar a todos los que se encontrara en su camino.

El 4 de octubre, Iair decidió visitar a Eitan en el kibutz Nir Oz, donde vivía, para pasar juntos el shabat que se avecinaba, lo cual ocurrió como se tenía planeado, al menos hasta la madrugada del 7 cuando sonaron las alarmas.

Chmiel, de 30 años, detalla que a las 8 de la mañana de ese día despertó por las llamadas de su hermana que le pedía prender el televisor para enterarse de lo ocurrido. A pesar del paso de las horas, el desconocimiento no cambiaba, pero sí la preocupación ante la desaparición de Iair y Eitan que no respondían sus teléfonos.

“Cuando avisaron que los terroristas entraron a Nir Oz, le mandé mensaje a Eitan y no lo recibió. Pensé que en ese momento no podía hablar, que necesitaba estar en silencio, así que no me preocupé. Creí que cuando prendiera el teléfono me llamaría y me diría que todo estaba bien”, narra la joven de origen argentino.

Iair y Eitan Horn, sin rasgos de vida desde el ataque del 7 de octubre

A las 18:00 horas del 7 de octubre, un amigo de Iair, del kibutz Nir Oz, se comunicó para asegurar que había visitado la casa en la que estaban los Horn y que no había rastro de violencia, por lo que creyó que tal vez habían huido a otro sitio. Dos días después, solo quedaban dos opciones: habían sido asesinados o secuestrados.

“No saber de ellos fue lo más difícil que me pasó en la vida. Comencé a revisar cualquier información, videos, fotos de los secuestrados, y en ninguno aparecieron ellos, quería tener cualquier cosa que me diera una pista pequeña de qué les pasó y no encontré nada.

“Hasta el 25 de noviembre no sabíamos si estaban vivos, muertos, pero sí que sus teléfonos estaban en Gaza (…) Cuando empezaron a liberar a las primeras personas del cautiverio, sabíamos que estaban vivos porque los liberados nos los dijeron, y pensé que serían libres en los próximos días, pero no”, asegura  Chmiel.

La madre de Iair y Eitan aún siente que sus hijos siguen con vida y, a pesar de la situación, la mantiene en paz saber que están juntos.

Chmiel asegura que el último mensaje que la madre de Eitan le envió a su hijo, después de hablar con él y asegurarle que estaban en un refugio, fue “no estás solo”, ya que antes de la llegada de Iair de Argentina y al kibutz Nir Oz, Eitan enfrentaba por sí mismo las constantes alarmas antimisiles que caracterizan a todo Israel.

“En hebrero, el nombre Iair significa ‘dar luz’ e Eithan es ‘dar fuerza’. Ellos son nuestra luz y fuerza y yo estoy aquí para ser fuerte por ellos y para llevar sus luces a cualquier lugar del mundo, porque no podemos dejarlos en Gaza, necesitan estar con su familia y con la gente que los ama”, enfatiza Chmiel.

Dolev Yahud, un enfermero israelí que no conoce a su hijo recién nacido

En el kibutz Nir Oz, otra familia fue dividida por Hamás: la de Marcelo Garzón, quien desde el 7 de octubre sigue sin saber de su yerno Dolev Yahud.

Vehoud es enfermero, y la madrugada del ataque decidió salir del refugio en el que se encontraba con su esposa embarazada de 38 semanas y sus tres hijos de menos de 10 años, para dar primeros auxilios a la gente que estaba defendiendo a Israel.

Garzón, en un español sin titubeos, detalla que ese día logró comunicarse con su hija, quien mientras lograba escuchar todo el tiroteo que había afuera y gritos en árabe, intentaba mantener en silencio a sus hijos para no ser escuchados.

“Cuando sabían que había gente en los refugios, incendiaban las casas para que la gente saliera por falta de oxígeno y así fuera secuestrada o asesinada”, destaca.

Fue gracias al refuerzo que tenía la puerta del refugio en el que se encontraba la hija de Garzón que lograron salvarse; de lo contrario, la historia hubiera sido diferente.

“A las 8:52 de la mañana mi yerno le manda el último mensaje a mi hija diciéndole que la quiere mucho y desde entonces hasta hoy no tenemos señal de vida, es una persona que sufre de una enfermedad crónica y no tienen sus medicamentos consigo”.

Desde el día del ataque, la esposa de Garzón acompaña a su hija en el cuidado de sus hijos, incluido al recién nacido que, platica el argentino, llegó al mundo sin la compañía de su padre y su tía Arbel Yahud, quien también desapareció junto a su pareja el día del ataque.

De acuerdo con Garzón, debido a que la comunidad judía se basa en dos valores: la vida y no dejar a nadie atrás, es que el pueblo israelí sigue luchando y exigiendo la liberación de los rehenes en Gaza aun cuando ya pasaron  meses de lo sucedido.

“Es como si ese 7 de octubre viviéramos un segundo Holocausto. Estamos estancados tanto como sociedad y como nación”, señala.

Los familiares de rehenes recibe atención humana en Tel Aviv

Familias con personas secuestradas en la franja de Gaza reciben en el “Departamento Diplomático de las familias con rehenes secuestrados”, en Tel Avid, apoyo emocional las 24 horas del día.

En la organización hay atención psicológica, médica, además de sociólogos y periodistas que respaldan a las familias israelíes que siguen en busca de los suyos, sin adentrarse en temas de negociaciones y política. Además, personas como Dany Carmon, exembajador de Israel en la india, en la ONU y excónsul de Argentina, les brinda apoyo diplomático y acompañamiento personal.

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