Jimena Silva, madre de tres hijos, espera llorando sentada junto a su madre y un hermano a las puertas de un centro de detención policial en Bolivia para ver si llegan noticias de su marido, el militar Luis Domingo Balanza.
Ante los largos días de espera, Jimena relata que le empezaron a llegar amenazas tan pronto como su esposo fue detenido por su presunta implicación en el intento de golpe de Estado en Bolivia.
“Se están metiendo con nuestros niños, con nosotros, porque nos dicen: hablan o dicen algo (…) Nos están cerrando puertas”, aseguró Silva, al tiempo que alertó sobre presuntas llamadas anónimas en las que les advierten que matarán a sus hijos si habla algo.
Su marido es un mando militar con más de 15 años de servicio, quien está entre los 21 detenidos después de que un grupo de uniformados y vehículos blindados arremetieron contra el palacio de gobierno en lo que las autoridades consideraron un golpe de Estado fallido.
Familiares de militares buscan respuestas
Varias familias, visiblemente confundidas y ansiosas a las afueras del centro de detención donde estaban sus parientes el viernes, recalcaban no saber nada de lo ocurrido el miércoles en la plaza Murillo, frente a la sede gubernamental.
Estas personas insisten en que sus familiares estaban simplemente “cumpliendo órdenes” o ejecutando lo que les habían dicho que era un “ejercicio militar”.
Cabe destacar que este viernes, el gobierno elevó a 21 el número de personas detenidas, incluido el excomandante del Ejército, Juan José Zúñiga, como presunto líder del intento fallido de golpe.
Las imágenes difundidas por la televisión impactaron al mundo mientras un vehículo militar blindado arremetía contra el palacio de gobierno en La Paz, sede gubernamental del país, y después con la retirada de militares cuando el presidente Luis Arce se plantó ante el intento de golpe.
Zúñiga, líder de los militares detenidos, fue acusado de terrorismo
El abogado de Zúñiga, Stiven Orellana, dijo a The Associated Press que la fiscalía acusaba al mando militar de los delitos de terrorismo y alzamiento armado. Indicó que no podía dar más detalles del caso.
Se sabe que aproximadamente 200 uniformados formaron parte del despliegue militar, según afirmó el pasado jueves el representante de Bolivia ante la Organización de Estados Americanos.
“Estas personas comandaban la destrucción del patrimonio del pueblo boliviano”, indicó el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, en una conferencia de prensa.
El ministro fue secundado por cientos de manifestantes en el entorno del centro de detención y ante edificios gubernamentales el viernes, con carteles en los que llamaban traidor a Zúñiga.
Familiares de militares tienen “otra versión”
Jimena y su madre aseguraron que su familia quedó económicamente devastada sin ingresos para hacerse cargo de tres niños. La familia es una de las que defiende que su padre estaba simplemente siguiendo órdenes, que le requirieron que se saliera de un curso que estaba tomando online y que se dirigiera a la plaza donde está el Palacio de Gobierno.
La mujer recalcó que su marido se entregó él mismo más tarde.
¿Cómo vamos a alimentar a nuestra familia?”, se preguntaba Daniela, madre de un militar, quien pidió no ser identificada por su apellido ante las amenazas que dijo haber recibido.
“Estoy preocupada por el futuro de mi hijo ¿Qué futuro puede tener alguien que ha sido implicado, alguien que ya ha sido manchado, mostrado en televisión?
“Mi hijo no es un villano. Es sólo un subordinado. Él salvaguardó su patrimonio y se aprovecharon de él”, expresó Daniela.
Por su parte, Graciela Arzacibia, quien esperaba con la mirada baja afuera del centro de detención y llevaba una pequeña bolsa con algo de comida, indicó que estaba preocupada por su hijo de 6 años, que el viernes aún creía que su padre estaba en realidad en el trabajo y no detenido.
“Yo pido que tengan consideración con las familias. Tengo un hijo de 6 años. Están intimidando a las familias. Qué culpa tienen las familias”, detalló a la AP.
Por su parte, Nubia Barbery aseguró que su esposo, el coronel Raúl Barbery Muiba, recibió órdenes de Zúñiga para ejecutar un ejercicio militar. Nada más entrar a la plaza se marchó de allí increpando a Zúñiga que lo había engañado, según le contó Barbery a su esposa en una llamada posterior.
Familias de militares señalan a Zúñiga como traidor
Los reclamos de las familias añaden más confusión aún a las dudas que empezaron a surgir cuando Zúñiga sostuvo el pasado miércoles que el presidente Arce sabía del intento de golpe de Estado.
Antes de ser detenido, exgeneral alegó sin dar ninguna evidencia que el mandatario boliviano le ordenó organizar algo para levantar su popularidad ante las recientes protestas en Bolivia por el descontento económico y la pugna política interna en el oficialismo. A raíz de esas declaraciones, la oposición empezó a plantear que había sido un “autogolpe”.
Arce compareció el jueves por primera vez tras lo ocurrido y negó enfáticamente los señalamientos. Afirmó que el entonces comandante del Ejército había actuado por su cuenta.
El mandatario mantiene desde hace meses una confrontación interna en el partido oficialista con el líder histórico del Movimiento al Socialismo, Evo Morales, con miras a las elecciones presidenciales del próximo año, en las que Morales quiere presentarse de nuevo.
Con información de AP