Una funcionaria del Partido Comunista de Cuba, citó al expresidente Fidel Castro y afirmó que ‘la universidad es para los revolucionarios’
"Yo voy a seguir luchando por la democratización de mi patria, voy a intensificar mis esfuerzos, voy a dedicarle todas las horas del día si es necesario".
San Miguel Molina Cobas inició hace dos años sus estudios de medicina en la Universidad de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba, pero se vio obligado a suspenderlos el pasado 15 de octubre debido a su ideología política.
El rector de la institución, Antonio José López Gutiérrez, le prohibió continuar sus estudios dentro de su universidad y de cualquier otra en la isla.
El estudiante fue expulsado por iniciar la Federación Estudiantil Universitaria Auténtica (FEUA) organización independiente al control del Estado. Su objetivo era defender los intereses de los alumnos.
Además se le acusa de crear un boletín con la intención de informar sobre los problemas de los estudiantes de medicina en Cuba. Entre los que destacaba el sistema obsoleto de enseñanza, la incomodidad del transporte público y las dificultades para acceder a Internet.
Por último, lo reprendieron por una filmación del Hospital Pediátrico Sur en el que enseñaba imágenes del deterioro de las instalaciones y las condiciones inadecuadas de los pacientes.
El joven es hijo de Rafael Molina Rodríguez, un preso del régimen de los Castro miembro de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU). Ésta es una organización “nacida en el seno de la represión política imperante, que aboga por la lucha pacífica pero firme en contra de cualquier represión de las libertades civiles en la isla”, como publican en su página Web.
El relato de los hechos
En una entrevista realizada por la UNPACU, a la que tuvo acceso Reporte Indigo, el joven narra la cronología de su expulsión.
El estudiante, de quien la institución reconoce un buen rendimiento académico, asegura haber obtenido un promedio de 4.67 sobre 5 en su primer año de estudios.
Cuenta que la última acción que tomaron las autoridades fue reunir a catedráticos para que le dijeran a sus compañeros que no lo querían en la Universidad de Ciencias Médica por sus ideales.
El 9 de octubre Molina tomó la iniciativa de someter su estadía a votación con sus compañeros de clase y sostuvo, que si la mayoría no deseaba que permaneciera en la universidad él “iba a solicitar la baja y así facilitarle el trabajo a la policía política y a la escuela”.
El joven agradece que la votación se mantuviera a su favor. Esto lo motivó a continuar con el proceso hasta que, una funcionaria del Partido Comunista de Cuba, presente en la reunión, citó al expresidente Fidel Castro y afirmó que “la universidad es para los revolucionarios”.
Posteriormente el estudiante asegura haberse sentido muy mal y decidió dirigirse a la oficina del decano, pero se creó un caos en la escuela que no le permitió llegar a su destino, por lo que dice se sintió en “la obligación de proyectarme y explicarle a mis compañeros de estudios lo que estaba sucediendo”.
Al final emitieron el acta de expulsión. Esta medida es apelable ante el Ministro de Educación Superior por lo que San Miguel Molina asegura que va a seguir los procesos legales porque es lo que se debe hacer.
“Yo voy a seguir luchando por la democratización de mi patria, voy a intensificar mis esfuerzos, voy a dedicarle todas las horas del día si es necesario. Si se me diera la oportunidad de cumplir con mi sueño de toda la vida, que es ser médico… quisiera, en lo que mi país llega al cambio, poder continuar con mi estudios en cualquier tierra donde realmente exista una democracia, donde midan con la vara del talento y no con la de los ideales políticos”.
