¿Puede una imagen, en este caso la foto que mostraba muerto en las playas de Turquía al niño sirio Alan Kurdi, cambiar al mundo?
En 2008 el Parlamento Europeo aprobó una durísima regulación de flujos migratorios. La controvertida “Directiva Retorno”, resultado de una alianza entre conservadores y euroescépticos, no fijaba reglas para la admisión de extranjeros sino un método para expulsarlos – incluidos los menores de edad – y evitar su regreso.
La directiva fue desdeñada por gran parte de Latinoamérica, criticada por el Vaticano, la izquierda y organismos defensores de los derechos humanos, quienes la consideraban un retroceso peligroso.
La crisis económica de 2008 trajo consigo inflación y desempleo. Ante la escasez, una ola de xenofobia invadió nuevamente a Europa y los políticos respondieron a ese reclamo cerrando fronteras.
A siete años del inicio de la crisis y días después de que la foto de un niño sirio ahogado en una playa turca desatara una reacción global que exige más apoyo para los refugiados, Europa parece haber cambiado su perspectiva.
La Comisión Europea decidió que los refugiados sirios serán repartidos proporcionalmente en todos los países de la Unión Europea (UE). Más de 120 mil migrantes que se habían estacionado principalmente en Grecia, Hungría e Italia serán redistribuidos. Según la regulación de la UE, el país donde llegaran primero los desplazados tenía la obligación de acogerlos o regresarlos, pero la situación se hizo insostenible y fue evidente la necesidad de una aproximación continental a la crisis migratoria.
Después de darse a conocer las cuotas de inmigrantes que recibiría cada país, así como los ofrecimientos de otros países del mundo como Australia, Brasil, Argentina y, más recientemente Chile, para recibir a sirios desplazados, la esperanza se ha renovado.
La foto de un niño muerto en la playa ha tocado fibras sensibles. Los voluntarios europeos ahora le dan la bienvenida a miles de sirios, a quienes les aseguran una cosa: “Aquí estarán seguros”.
El show de la muerte
La muerte de Alan Kurdi no es un hecho aislado. Los cuerpos de otros niños han sido arrojados por el Mediterráneo en los últimos días y miles de sirios han muerto en su intento por escapar de la cruenta guerra civil.
Imágenes que gráficamente muestran estas tragedias humanas se han vuelto un lugar común en los medios de comunicación. En México, por ejemplo, han muerto recientemente en situaciones trágicas niños en Michoacán y Puebla. En Estados Unidos las masacres en lugares públicos se han vuelto una constante. Hace unos días, miles presenciaron la ejecución de dos periodistas de un canal de televisión estadounidense en vivo y en directo.
Entonces, ¿qué hace diferente a la foto de Alan Kurdi?
Según Will Wintercross, fotógrafo británico del diario inglés Daily Telegraph “fotos como ésta se toman todo el tiempo, pero generalmente son tan gráficas que difícilmente se publican en los medios”.
En el Reino Unido fotógrafos y periódicos siguen un código ético que les impide mostrar imágenes de accidentes y muertes. Esto no sucede en todos los países del mundo, donde los periódicos que publican en sus primeras planas fotos de asesinatos y ejecuciones son consumidos por amplios sectores de la sociedad.
Nicole Itano, de la organización Salven a los Niños dijo: “Mi primera reacción fue: pudo ser mi hija (…). Parte de la razón por la que la foto ha tocado emocionalmente a tantas personas es que es impresionante, pero no es gráfica. No ves su cuerpo mutilado o ensangrentado. De no ser por el contexto, luce como si estuviese durmiendo”.
Más allá de una foto
Una imagen dice más que mil palabras, pero en el caso de Siria la reacción europea posee aristas que van más allá del interés por mejorar las condiciones de vida de los desplazados.
Siria fue alguna vez el centro del Califato Islámico y ha sufrido invasiones y ocupaciones desde antes de la época de los romanos. El actual territorio sirio continúa teniendo un gran valor geopolítico para la región, en especial para las potencias que controlan el orden mundial.
Con acceso al Mediterráneo, dos de sus fronteras colindan con países muy importantes para Estados Unidos y sus aliados: Israel e Irak.
Los altos del Golán en la frontera con Israel, por ejemplo, ha sido por años una zona de conflicto constante.
El canciller estadounidense John Kerry ya mostró su preocupación ante las recientes declaraciones del líder ruso Vladimir Putin, quien ha confirmado que su gobierno proporciona entrenamiento y apoyo logístico al ejército sirio.
Putin negó las acusaciones de una intervención militar directa y reiteró que su objetivo es crear una coalición internacional para combatir el terrorismo y el extremismo, refiriéndose al actual auge del Estado Islámico.
La crisis del año pasado en Ucrania fue un ejemplo de la preocupación que Putin puede generar en Londres, París, Berlín y Washington. El principal aliado del presidente sirio Bashar Al-Asad, está interesado en recobrar su posición hegemónica en la región, pero la crisis de 2014 en Ucrania significó sanciones económicas que afectaron los intereses de Moscú.
Esta vez Putin ha encontrado en Siria – donde controla una estratégica base militar en la ciudad mediterránea de Tartus – una moneda de cambio para negociar nuevamente con Europa y Estados Unidos.
La primera opción para Europa no es, todavía, un conflicto frontal con Rusia. Recursos, como el gas natural, el cual es consumido en varios de sus países, proviene de Rusia. Éste y otros factores han hecho difícil que los aliados occidentales apoyen frontalmente a los rebeldes que buscan derrocar al presidente Sirio desde hace cuatro años.
Sin embargo, la permanencia de Al-Asad y el empoderamiento del radical Estado Islámico han resultado en una crisis migratoria de grandes proporciones y con consecuencias inmediatas para la UE.
Replantear la estrategia ante este conflicto fue imperante para Europa, pero recibir a los miles de sirios que escapan de una devastadora guerra civil obedece a muchas más razones que la foto de Alan Kurdi.
Esa imagen ha sido la justificación que Europa y el mundo necesitaban para abrir sus fronteras y ofrecer ayuda. Será también la bandera que utilizarán cuando se decida cuál será el siguiente paso de una batalla milenaria por el control de esa zona del orbe.
Cronología del éxodo
8 de julio
Las peticiones de asilo a la UE registran una cifra récord.
20 de agosto
Macedonia decreta el estado de emergencia ante la oleada de inmigrantes.
25 de agosto
Se advierte de que el número de inmigrantes y refugiados que han llegado en 2015 a Europa por el Mediterráneo asciende a 292 mil.
27 de agosto
La Policía austríaca encuentra 71 cadáveres (4 de ellos de niños) en un camión frigorífico abandonado. Varias personas son detenidas por tráfico de personas.
28 de agosto
La ONU convoca una “reunión especial” por la crisis de refugiados el 30 de septiembre.
1 de septiembre
Cierran la estación de trenes de Budapest tras la llegada masiva de refugiados. Cientos protestan al grito de “Alemania, Alemania” y “Déjenos marchar”.
2 de septiembre
La imagen de un niño kurdo ahogado en un playa turca da la vuelta al mundo.
La policía checa comienza a marcar con números a los refugiados, lo que desata la polémica.
3 de septiembre
El presidente francés, François Hollande, y la alemana, Angela Merkel, acuerdan una iniciativa para dar respuesta a la crisis migratoria.
4 de septiembre
El parlamento húngaro aprueba un paquete de leyes que prevén penas de hasta tres años de cárcel por el cruce ilegal de sus fronteras.
5 de septiembre
La sociedad civil se moviliza y aumentan los actos de solidaridad.
Cientos de refugiados abandonan los centros de acogida en Hungría y marchan hacia la frontera occidental, tras enterarse que Austria y Alemania les permiten acceder a sus territorios.
Fuente: El Mundo
Reacomodo
> Alemania: 31 mil 443 refugiados
> Francia: 24 mil 31 refugiados
> España: 14 mil 931 refugiados
> Polonia: 9 mil 287 refugiados
> Holanda: 7 mil 214 refugiados
> Rumania: 4 mil 646 refugiados
> Bélgica: 4 mil 564 refugiados
> Suecia: 4 mil 469 refugiados
> Austria: 3 mil 640 refugiados
> Portugal: 3 mil 74 refugiados
Total: 75 mil 856 refugiados
*Ángela Merkel ha pedido al Parlamento Europeo flexibilidad para facilitar potenciales incrementos en las cuotas de refugiados que cada país recibirá. Según declaraciones del canciller alemán, Sigmar Gabriel, Alemania podría recibir hasta 500 mil refugiados en los próximos años.