Joe Biden sigue luchando por Estados Unidos. A solo dos semanas de que tomara posesión, el presidente demócrata continúa abriéndose paso para construir la América que prometió, pero para lograrlo, deberá enfrentar diferentes desafíos.
Uno de esos grandes retos es, sin duda, el cambio climático, un problema que, aunque es de correspondencia mundial, su país es pieza clave para poder solucionarlo.
Consciente de esto, Biden enfatizó desde sus campañas políticas que el tema medioambiental sería uno de sus principales focos de atención en la presidencia, sobre todo porque la administración de Donald Trump no lo consideraba trascendental.
Fue entonces que el pasado 27 de enero, ya como jefe de Estado, Biden firmó acciones ejecutivas para abordar el cambio climático, enfatizando que era una “amenaza máxima que debía enfrenarse con el mayor sentido de urgencia”.
Así, entre las principales medidas que aprobó es la creación de vehículos eléctricos y sus correspondientes cargas alrededor del país -aproximadamente 500 mil-, lograr un sector eléctrico 100 por ciento libre de contaminación por carbono con meta para 2035, y la construcción de 1.5 millones de nuevas viviendas de bajo consumo energético.
Asimismo, se creará una Oficina de Política Climática Nacional en la Casa Blanca, se dejarán de emitir nuevos arrendamientos de petróleo y gas en tierras públicas, y se aumentará la energía renovable a través de la energía solar y eólica marina.
Con estas medidas, así como con su reincorporación al Acuerdo de París, se espera que Estados Unidos deje de ser una de las naciones que menos hace por el cambio climático.
De acuerdo con el Índice de Desempeño frente al Cambio Climático, lanzado en 2020 por la Red de Acción Climática (CAN), Estados Unidos es el último país, de una lista de 61, en tener un buen desempeño contra esta urgencia.
“A nivel nacional, no existe un objetivo ni una política para reducir las emisiones de GEI del país (…) Los expertos enfatizan que la política climática ha empeorado bajo la administración del presidente Donald Trump y destacan la importancia de medidas a nivel estatal”, se lee en el informe.
Al respecto, Pablo Ramírez, coordinador de la Campaña de Energía y Cambio Climático de Greenpeace México, comparte que es sumamente positivo que Estados Unidos esté tomando las medidas que está presentando y haya dejado de negar la existencia del cambio climático.
Sin embargo, resalta que es esencial no dejar las promesas en papel, sino convertirlas en acciones.
“Definitivamente lo que se espera de la administración de Joe Biden es que se presenten acciones puntuales, que sean claras y que sean ambiciosas. En ese sentido, creo que es muy importante que la acción que tome no se limite solamente a reducir emisiones en su territorio, sino que también ponga límites a las emisiones que se generan a través de las empresas estadounidenses, sobre todo pensando en las empresas de energía, las empresas petroleras. Pero bueno, definitivamente al menos es una buena señal ver que el rumbo parece modificarse con respecto al discurso que se tenía en la administración de Trump”, dice Pablo.
Joe Biden deberá trabajar en equipo
A pesar de que Joe Biden ha firmado órdenes ejecutivas en favor de la lucha contra el cambio climático, si no tuviera un equipo de respaldo para cumplirlas, sus metas realmente no llegarían a nada.
Por ello, el mandatario ha remarcado la necesidad de tener a su lado a científicos, colegios universitarios, alcaldes, gobernadores y líderes empresarias para que, juntos, den un paso hacia adelante.
Gabriela Jiménez, bióloga del Instituto de Ecología de la UNAM, comenta al respecto que no nada más un país como Estados Unidos, sino todos, deberían tener un consejo y una comunidad científica para ponerse de acuerdo y atender acciones contra el cambio climático.
Para ella, el tema medioambiental no es tarea de un solo profesionista, sino de todos, pues se trata de combinar conocimientos, “hacer una especie de asesores multidisciplinarios, de pensar de manera conjunta, hacer equipo”.
Finalmente, Pablo Ramírez, de Greenpeace México, resalta que, aunque Estados Unidos va por buen camino al tener grandes intenciones climáticas, eso aún no lo convierte en un líder en el tema, para eso debe seguir trabajando, sobre todo porque sigue siendo el segundo país a nivel mundial que más emisiones emite.