El gobierno del presidente estadounidense Joe Biden plantea la posibilidad de endurecer su política migratoria, específicamente las restricciones actuales al asilo en la frontera con México
Una norma que entró en vigor en junio prohíbe que la mayoría de las personas que entren a Estados Unidos de manera irregular puedan solicitar asilo. La polémica restricción fue presentada como una medida “temporal” que se puede levantar cuando los cruces irregulares bajen a un promedio de mil 500 al día durante siete días.
Sin embargo, a dos meses de las elecciones presidenciales del 5 de noviembre, la administración demócrata está considerando modificar esta regla para que sea más complicado levantar la prohibición que, en ese caso, sólo se cancelaría si el promedio de mil 500 cruces diarios se mantiene durante varias semanas.
Biden, quien llegó a la presidencia con un mensaje promigrantes y crítico de las políticas del expresidente republicano Donald Trump (2017-2021) con respecto al asilo, ha endurecido sus políticas en los últimos años.
Por su parte, Kamala Harris, candidata demócrata a la Casa Blanca, indicó que comparte su misma visión y ha prometido revivir un pacto migratorio que haría permanentes estas restricciones presentadas como “temporales”.
Las restricciones promulgadas en junio han sido demandadas por grupos en defensa de los derechos humanos, entre ellos la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés), asegurando que son “incompatibles” con el estatuto de asilo que promulgó el Congreso.
La ley permite que cualquier persona que esté en suelo estadounidense pueda solicitar asilo si teme volver a su país, independientemente de si entró por un puerto oficial de entrada o no.
En los últimos años, la inseguridad y la pobreza han agravado la crisis migratoria en el continente americano, que registra cifras de más de 21 millones de personas desplazadas, según datos de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
Con información de EFE