La organización terrorista ETA pidió perdón y reconoció el daño que provocó en su trayectoria armada en un comunicado que publicó hoy el diario Gara. Esta agrupación ocasionó la muerte de más de 800 personas en cincuenta años. Además, puso fin a su actividad armada en 2011 y anunció en otras declaraciones que se disolverá el próximo primer fin de semana de mayo.
“ETA (…) quiere reconocer mediante esta declaración el daño que ha causado en el transcurso de su trayectoria armada, así como mostrar su compromiso con la superación definitiva de las consecuencias del conflicto y con la no repetición”, cita el documento.
El texto agrega que la agrupación admite la responsabilidad de los muertos, heridos, torturados, secuestrados o personas que se vieron obligadas a huir al extranjero debido a sus acciones.
“ETA reconoce la responsabilidad directa que ha adquirido en ese dolor, y desea manifestar que nada de todo ello debió producirse jamás o que no debió prolongarse tanto en el tiempo, pues hace ya mucho que este conflicto político e histórico debía contar con una solución democrática justa”, menciona el documento.
La organización también acepta que provocó víctimas que no tenían una participación directa en el conflicto, tanto en País Vasco como fuera de este territorio.
“Sabemos que, obligados por las necesidades de todo tipo de la lucha armada, nuestra actuación ha perjudicado a ciudadanos y ciudadanas sin responsabilidad alguna. También hemos provocado graves daños que no tienen vuelta atrás. A estas personas y a sus familiares les pedimos perdón”.
El diario Gara publicó la declaración y un texto adjunto que pone en contexto la decisión del grupo armado. “En el transcurso de ese debate, la militancia de ETA ha considerado necesario mostrar empatía respecto al sufrimiento originado…su compromiso con la superación definitiva de las consecuencias del conflicto y con la no repetición”, afirma la nota explicativa.
Para finalizar el comunicado de ETA, los integrantes aseguran que ninguna muerte hubiera ocurrido si la “la libertad y la paz hubiesen echado raíces en Euskal Herria (País Vasco) hace mucho tiempo”.
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