Brad Coopera, director asociado del Comando Central, comentó la posibilidad de retomar los envíos vía aérea pausados desde el comienzo de la operación en Rafah. Foto: Especial

Estados Unidos reconecta el muelle en Gaza para entrega de ayuda humanitaria

El muelle vuelve a estar en funcionamiento tras ser destruido por el mal clima; se esperan 450 mil kilos de ayuda crucen el muelle cada dos días

Tras semanas de retrasos en su construcción y desastres naturales que lo dejaron inutilizable, el muelle flotante edificado por Estados Unidos para llevar ayuda humanitaria a Gaza vuelve a estar en funcionamiento; pese a ello, expertos aseguran que la asistencia al territorio no es suficiente.

El Comando Central de Estados Unidos anunció que tras dos semanas de reparaciones, la sección del muelle que conecta con la playa, y que fue destruida en las tormentas de hace unas semanas, fue restaurada a su estado operacional; con ello, alimentos y demás suministros empezaran a entrar al territorio.

El vicealmirante Brad Cooper, director asociado del Comando Central, informó que se espera que en los siguientes días reanuden las operaciones en el muelle. La meta anunciada por el militar es el flujo de 450 mil kilos de ayuda humanitaria, comida y suplementos médicos, cada dos días; pese a ello, el muelle ha recibido juicios negativos dentro y fuera de Estados Unidos.

Críticos han señalado que si bien el muelle y los envíos aéreos pueden paliar la crisis humanitaria en la franja de Gaza, no son suficientes tras el cierre de los pasos fronterizos y las operaciones militares en Rafah por parte de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).

Durante mayo, el séptimo mes del conflicto, un promedio de 48 camiones entraron a la franja cada día. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) estima que antes del 7 de octubre el promedio era de 500 vehículos con ayuda humanitaria diarios; Rafah no ha recibido un solo envío desde el cinco de mayo.

El muelle, anunciado por el presidente Joe Biden a principios de marzo, tuvo un costo de 230 millones de dólares, casi 100 millones menos de lo esperado debido a la cooperación de Reino Unido, y el 17 de mayo inició su primer día de operación; un atraso de dos semanas respecto a la meta inicial.

En su momento, Estados Unidos aclaró que no tendría tropas en el terreno para asegurar la ayuda humanitaria, pues sería responsabilidad de Naciones Unidas su distribución dentro de la franja; esta decisión implicó una de las mayores complicaciones, pues si bien durante la semana que estuvo operacional el clima representó un factor de riesgo para el muelle, la mayor disrupción de la cadena de suministro fueron los civiles que, en una condición de hambruna, detenían por la fuerza los camiones en donde se transportaba la ayuda.

A pesar de las dificultades, durante la semana en la que el muelle funcionó la cantidad de vehículos que atravesaron la construcción fue en aumento. Según Cooper, las lecciones aprendidas durante el tiempo de funcionamiento de la construcción ayudarán a mejorar la eficiencia de la distribución y confían en que aumentará la cantidad de camiones que saldrán desde el muelle; la meta original era 150 envíos diarios.

El director asociado también mencionó la posibilidad de retomar los envíos de ayuda por vía aérea, pausados desde el inicio de la ofensiva israelí en Rafah y recordó que tanto el puente aéreo como la vía marítima no son la totalidad de los esfuerzos estadounidenses para proveer ayuda a la población palestina en Gaza; dentro del paquete de ayuda firmado por Biden el pasado abril se destinaron ocho mil millones de dólares para ayuda humanitaria a Gaza.

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