Estados Unidos, en tensión con Israel por guerra con Hamás

Para el presidente Biden el tema israelí es un asunto de política exterior e interior que la oposición estadounidense puede aprovechar la situación de cara a las elecciones generales
Pablo Abundiz Pablo Abundiz Publicado el
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Para Estados Unidos, Israel es uno de sus principales aliados en Medio Oriente al haberle enviado ayuda durante los últimos 70 años; sin embargo, la respuesta israelí a los ataques del 7 de octubre ha causado tensiones entre las cúpulas de ambos países.

Chuck Schummer,  líder de la mayoría demócrata en el Senado estadounidense, llamó a Benjamin Netanyahu, primer ministro de Israel, a convocar a elecciones tras referirse a él como un obstáculo para la paz en la región.

Para Schumer, “una nueva elección es la única manera de permitir un proceso saludable, abierto, de toma de decisiones acerca del futuro de Israel, en un momento donde muchos israelíes han perdido la confianza en la visión y dirección de su gobierno”.

El comentario del demócrata reflejó el descontento de la población israelí con el gobierno de Netanyahu, pues de acuerdo con una encuesta del Instituto Democrático Israelí, solo el 15 por ciento de los ciudadanos consideró que el primer ministro debería permanecer en funciones una vez terminada la guerra.

En defensa a la administración de Netanyahu, Michael Herzog, embajador de Israel en Estados Unidos, compartió que no era de ayuda que cuando Israel estaba en guerra “con la organización terrorista genocida Hamás” comentar sobre la política interna de un aliado.

Netanyahu responde ante los llamados a una elección en Israel

En respuesta al llamado a elecciones propuesto por Chuck Schumer, el primer ministro israelí hizo una aparición en la cadena Fox News, donde reiteró sus intenciones militares en Gaza, particularmente las que conciernen la ciudad de Rafah y defendió su postura ante las críticas del demócrata.

“No somos una República bananera, el pueblo de Israel decidirá cuándo tendrá una elección y a quién eligirá, eso no es algo que se pueda forzar sobre nosotros. Está mal querer reemplazar a los líderes electos de una democracia hermana y un firme aliado estadounidense, especialmente durante tiempos de guerra; solo imagina que después del 11 de septiembre, cuando estaban peleando contra Al Qaeda, un israelí dijera ‘es momento de llamar a elecciones y que el presidente Bush renuncie’, es inapropiado y no se debió de haber dicho”, declaró Netanyahu.

En el piso del Senado, Schumer, el primer judio en liderar la Cámara Alta estadounidense, criticó al mandatario israelí por haberse unido a una coalición de extrema derecha con la intención de conservar el poder. De acuerdo con lo dicho por el político estadounidense, esa unión ha resultado en una voluntad por tolerar las bajas civiles que la operación israelí cobra en Gaza.

El discurso de Schumer es la primera muestra abierta de descontento que se hace por canales oficiales. Ante preguntas de reporteros, el presidente Joe Biden respaldó la intervención del senador al considerar que  “expresó preocupaciones compartidas no solo por él sino por muchos estadounidenses”.

Previo al discurso de Schumer habían trascendido reportes del descontento de Joe Biden con la administración de Netanyahu, en particular por su negativa a comprometerse a un cese al fuego que permita la liberación de los rehenes y el despliegue de ayuda humanitaria para la población de la región.

A raíz de las tensiones entre los dos países, Netanyahu y Biden sostuvieron una llamada telefónica en la que se acordaron futuras charlas para discutir la operación militar que el gobierno israelí tiene planeada en Rafah, la liberación de los rehenes capturados por Hamás y la ayuda humanitaria necesaria para evitar hambruna en Gaza.

Israel, un asunto de política exterior e interior para Estados Unidos

Históricamente, Israel es el aliado más constante con el que Estados Unidos cuenta en Medio Oriente, y su apoyo hacia el esfuerzo de la guerra es popular en todos los sectores del electorado estadounidense; sin embargo, el alto número de bajas civiles y las negativas del gobierno israelí por permitir ayuda humanitaria a la población palestina han sido criticados por el ala progresista del Partido Demócrata, lo que comienza a tener consecuencias en su popularidad.

Daniel Muñoz Torres, jefe de la carrera de Relaciones Internacionales de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón, de la UNAM, comenta que la relación que tiene Estados Unidos con Israel, y los grupos de presión de la comunidad judía dentro de la Unión Americana, convierte eso en un tema prioritario de política exterior, lo que lleva a los políticos a incorporarlo en sus campañas de cara a la presidencia.

Es un tema que está sujeto a la opinión pública y eso hace que los candidatos, tanto demócratas como republicanos, lo incorporen a su campaña mediática. Pero entre republicanos y demócratas hay diferencias en cómo apoyar a Israel, por un lado los demócratas se han vuelto más críticos y opinan que Israel tiene que buscar un cese al fuego; eso los republicanos lo han aprovechado para sancionar la desidia del gobierno de Biden para finalizar la guerra en Israel”, comenta Muñoz.

El catedrático señala que dentro de Estados Unidos hay presiones contradictorias que empujan a Biden a buscar conciliar entre la ayuda militar que su país ha proveído a Israel y un cese al fuego que permita mitigar la crisis humanitaria en Gaza. Esas contradicciones son aprovechadas por el bando republicano para generar apoyos a su favor.

“Hay muchos grupos de presión importantes que pueden generar más críticas hacia Biden y más apoyos a los republicanos. Para ello hay que entender al electorado estadounidense y saber que gran parte de él es afín al gobierno de Israel y consideran natural apoyar a un país democrático, eso puede hacer que grupos de lobby puedan apoyar al lado republicano y pasar factura al gobierno de Biden […] En ningún otra sociedad tiene tanto impacto el posicionamiento que tiene su país al respecto de otro. En Estados Unidos este caso tiene un peso fundamental porque, al final, los grupos de presión y el electorado lo van a tomar en cuenta en las elecciones”, finaliza el internacionalista.

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