Estados Unidos mantiene la ayuda militar a Israel pese ataques en Gaza

La Casa Blanca informó que los avances de Israel en materia humanitaria son suficientes para continuar recibiendo su apoyo, pero ONGs protestan los ataques sistemáticos a objetivos civiles
Pablo Abundiz Pablo Abundiz Publicado el
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El ultimátum de Estados Unidos a Israel para mejorar la situación humanitaria en Gaza tras 13 meses de guerra se cumplió, y la Casa Blanca no encontró razones para suspender el envío de armas a su aliado en Medio Oriente, lo que grupos humanitarios lamentaron.

De acuerdo con la legislación estadounidense, los Estados que reciben ayuda militar deben adherirse a la legislación internacional y no impedir el flujo de ayuda humanitaria en el área de conflicto; sin embargo, las organizaciones reportan que las operaciones militares israelíes negaron alimento y la procuración de las necesidades básicas para la población palestina en Gaza, lo que provocó la inminente hambruna de 800 mil civiles en la franja.

Según declaraciones del Departamento de Estado, la apertura de dos cruces fronterizos y la destitución de normas aduaneras que impactan el trabajo de las ONGs, sumado a los reportes de su personal en el terreno, Israel cumplió con lo querido.

Sin embargo, Oxfam, Save the Children y otras seis organizaciones internacionales, denunciaron que Israel no solo no cumplió con las medidas que el gobierno estadounidense exigió para continuar con el envío de ayuda militar sino que “realizó acciones que empeoraron dramáticamente la situación en el terreno, particularmente en el norte de Gaza”.

La evaluación independiente de las ONGs sobre Israel

Pese a la evaluación gubernamental, el reporte de las ONGs, cuya metodología se basa en los requisitos específicos pedidos por el secretario de Estado, indica que Israel no ha hecho esfuerzos suficientes para permitir el flujo de ayuda humanitaria. Como ejemplo de las fallas del gobierno israelí con las demandas estadounidenses, citan el número de camiones con ayuda humanitaria que cruzan a Gaza: la exigencia era un mínimo de 350 diarios, la realidad son 42 en promedio.

Organizaciones humanitarias en Gaza denuncian que en el mes que Estados Unidos dio como plazo para mejorar las condiciones en la franja, la realidad de los palestinos llegó a su peor punto en el conflicto.

De acuerdo con Naciones Unidas, en octubre la milicia israelí rechazó 43 por ciento de las solicitudes de entregas médicas y de alimentos y obstruyó el traslado de otro 16 por ciento. La distribución dentro de la franja también fue impedida por bandas criminales que depredan los camiones.

El profesor Miguel Rodríguez, internacionalista del Centro de Relaciones Internacionales de la UNAM y especialista en Medio Oriente, advierte que las condiciones de la franja impiden que las organizaciones internacionales lleven a cabo su misión sin la colaboración de Israel.

“Los territorios palestinos son territorios ocupados por Israel y si (el gobierno istaelí) no permite la entrada es muy difícil que puedan operar. Además, toda la devastación en el territorio, la hambruna, la falta de combustible, agua y electricidad y los problemas sociales convierten a Gaza en un lugar muy inseguro para las ONGs; y a eso todavía hay que agregar los constantes bombardeos israelíes que las ponen en riesgo como lo hemos visto en el pasado”, anota el académico.

Las condiciones de la franja impiden que las organizaciones internacionales lleven a cabo su misión. Foto: Especial

ONU advierte violaciones a la legislación internacional por parte de Israel

Mientras Estados Unidos continúa con el envío de ayuda militar a Israel, el último reporte presentado el 9 de noviembre por la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos informó un patrón de “graves violaciones a la legislación internacional”.

El reporte de Naciones Unidas cita fuentes dentro de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) que revelan el cambio de las reglas de enfrentamiento para permitir un mayor umbral de daño civil en ataques a miembros de bajo rango de Hamás, así como la clasificación tácita de todos los hombres palestinos como combatientes, lo cual contraviene la legislación internacional y “aumenta exponencialmente el riesgo de muertes civiles”.

Naciones Unidas indica que pese a los constantes ataques a edificios residenciales, las IDF no han proveído claridad respecto a los criterios con los que designan sus blancos. La milicia israelí defiende que el uso de infraestructura civil por parte de Hamás convierte a los edificios en objetivos legítimos.

Pese a la justificación israelí, Naciones Unidas encuentra que los ataques a hospitales y personal médico siguen un patrón que en los hechos se traduce en la destrucción del sistema de salud de Gaza.

“No solo la ONU sino también ONGs han denunciado el uso de una violencia desproporcionada contra la franja de Gaza que constituyen crímenes de guerra y lesa humanidad al atacar infraestructura médica y educativa de manera sistemática (…) No solamente se está destruyendo la infraestructura sino también la posibilidad de la atención médica en tiempos de guerra”, apunta Rodríguez.

El académico señala que la recuperación del sistema sanitario o educativo es contingente al fin del conflicto y depende del dinero y el interés que la comunidad internacional ofrezca para evitar que Gaza sufra de una generación perdida, ya que el daño material y humano a los servicios educativos, médicos y sociales, muchos de ellos proporcionados por la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos en Oriente Próximo (UNRWA), a la que Israel le impidió operar, tardarán mucho tiempo en recuperarse.

“El posconflicto va ser lo más difícil y vamos a ver quién va inyectar todo el dinero para poder reconstruir Gaza y quiénes van a ayudar a la recuperación económica y social de la población palestina, mientras solo esperamos que no se consolide la limpieza étnica que estamos observando”, finalizá el académico.

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