La realidad superó a la ficción. La novelista Nancy Crampton Brophy, quien se hiciera famosa por escribir en su blog el texto “Cómo matar a tu marido”, siete años después fue detenida por la Policía de Portland, Oregon, acusada de asesinar a su propio esposo.
“Una pistola es ruidosa, sucia y requiere cierta habilidad. Un cuchillo exige contacto: es algo muy personal y te llenas de sangre. Contratando a un sicario te arriesgas a que te delate o te chantajee. ¿Y quién conoce a uno? Recurrir a un amante es una idea peor aún. En cuanto al veneno, lleva uno o dos meses matar a alguien, y la víctima estará enferma todo ese tiempo. ¿Quién desea estar con un marido enfermo?”, escribió Crampton el 4 de noviembre del 2011.
El pasado 2 de junio, los alumnos del Instituto Culinario de Oregon encontraron al cocinero Daniel Brophy, de 63 años, tirado en el suelo sobre un charco de sangre, su cuerpo presentaba múltiples heridas de balas.
“A mis amigos de Facebook y familia, tengo una noticia triste que contar. Mi marido y mejor amigo, el chef Dan Brophy, fue asesinado ayer por la mañana. Para aquellos que están más cerca de mí y que sienten que esto merece una llamada telefónica, tienen razón, pero estoy esforzándome por encontrar un sentido a todo ahora mismo. Hay una vigilia con velas en el Instituto Culinario de Oregón, mañana lunes a las siete de la tarde. Aunque agradezco todas sus cariñosas respuestas, estoy sobrepasada. Por favor, ahórrense las llamadas telefónicas durante unos días hasta que yo empiece a funcionar”, escribió la mujer ese mismo día.
Por la tarde Nancy Brophy acudió al memorial de su esposo, en el lugar, la gente cercana al difunto no se podía explicar el motivo del asesinato. Según ellos, era un hombre de gran corazón y un excelente profesor.
“El asesinato, el caos, la sangre parecen brotar naturalmente de mí, lo que significa que mi marido ha aprendido a dormir con un ojo abierto”, dijo Nancy en una entrevista en 2012.
El 5 de septiembre pasado y después de tres meses de investigación, la policía local llegó a la conclusión de que la escritora era la principal sospechosa de la muerte de su marido por lo que fue ingresada prisión sin derecho a fianza. Mientras que las autoridades no quisieron informar sobre el móvil del homicidio, muchos de sus lectores y personas de Oregón creen que las claves podrían estar en sus escritos.