En Estados Unidos crece un movimiento para pedir la liberación de Noé de la Cruz, un abuelo con alzheimer, diabetes y cáncer que permanece detenido por su condición de indocumentado, en un régimen de “confinamiento solitario”.
Noé fue arrestado por agentes migratorios en junio del 2018 y desde entonces permanece en el centro de Port Isabel en la ciudad de Los Fresnos, Texas.
Ni sus 72 años ni su condición como enfermo incurable han servido para tener la clemencia de las autoridades estadounidenses y que sea liberado.
Su familia y organizaciones civiles han comenzado una campaña en redes sociales para pedir la liberación de Noé.
El tema ha abierto una nueva polémica sobre las condiciones en que se mantiene a los detenidos por las autoridades migratorias y si se les brinda o no cuidado médico adecuado si padecen alguna enfermedad.
¿La razón? Tienen alguna enfermedad infecciosa, como varicela, paperas o influenza, en los lugares de detención.
Confinamiento solitario
Sandra de la Cruz, hija de Noé, lanzó un mensaje desesperado en redes sociales: “Tomen acción y ayúdennos a liberar a mi papá”, pide en un video.
El caso de Noé de la Cruz es llevado por la organización Raíces, un colectivo de abogados y activistas que ayudan a personas migrantes en Estados Unidos, específicamente en Texas.
La hija de Noé agrega que cuando informaron a ICE de la atención especial que él necesita, los agentes dijeron que lo pondrían en régimen de aislamiento, en vez de ofrecerle el cuidado que requiere.
“Esto es injusto. Él es una buena persona, no es peligroso; es muy amoroso con sus seres queridos”, sostuvo Sandra.
Como parte de la campaña para apoyar a Noé, la organización Raíces ha pedido a los ciudadanos que quieran apoyar a que llamen a las oficinas de ICE y pidan su liberación.
También ha lanzado los hashtags #FreeNoe (#NoéLibre) y #ReleaseNoe (#LiberenaNoe) para llamar al activismo en redes sociales y presionar así a las autoridades de migración con la intención de que le permitan llegar a casa.
Detenidos en cuarentena
A los escándalos por las muertes de varios migrantes que han ocurrido bajo custodia de ICE, ahora se suma una nueva crisis: las personas que tienen enfermedades infecciosas.
Brendan Raedy, portavoz del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos, dio a conocer en una declaración esta semana que un total de 2 mil 287 detenidos son mantenidos en cuarentena.
Esto se debe a que los migrantes tienen alguna enfermedad infecciosa que podría contagiarse a otros detenidos sanos, creando una crisis de salud mayor.
En el último año, el funcionario indicó que se realizaron hallazgos constantes de la presencia de influenza, paperas y varicela en 51 centros de detención.
Por ejemplo, de marzo a diciembre 2018 se reportó que 423 personas en custodia de ICE tuvieron influenza; 461 tuvieron varicela; y 236, paperas.
Antes de eso, entre enero del 2016 y febrero del 2018, no se habían reportado enfermos de paperas y solo hubo 73 contagios de varicela y 34 de influenza.
Hoy, con 2 mil 287 enfermos en el sistema de detención, los oficiales han tomado medidas extremas de confinamiento de las personas con alguna enfermedad para evitar su propagación.
“ICE se toma muy en serio la salud, la seguridad y el bienestar de las personas a nuestro cargo. ICE se compromete a garantizar el bienestar de todas las personas bajo la custodia de la agencia, incluido el acceso a la atención médica necesaria y apropiada”, aseguró Raedy en su declaración.
Las autoridades estadounidenses señalan que el aumento de estos brotes coincide con el arresto de más familias provenientes de Centroamérica.
Sin embargo, esta situación de salud en los centros de detención se da en un momento en que en varios estados de la Unión Americana se han reportado casos de contagio de varicela, sarampión y otras enfermedades que se tenían por erradicadas.
Esto, como consecuencia del movimiento contra la vacunación de los niños, por el que cientos de miles de padres han decidido no vacunar a sus hijos por las supuestas consecuencias que los medicamentos tengan en los menores, como una mayor propensión a padecer autismo, creencia que ha sido negada por las autoridades de salud del país.