En honor a ellas

Las activistas transgénero Sylvia Rivera y Marsha P. Johnson serán homenajeadas con un monumento en Nueva York, pero las mujeres trans estadounidenses enfrentan violencia y restricción a sus derechos en la actualidad
Mariana Recamier Mariana Recamier Publicado el
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Dos mujeres que lucharon por los derechos de las personas LGBTTTI serán homenajeadas con un monumento público en Nueva York. Las próximas esculturas que la iniciativa She Built NYC colocará en la ciudad estadounidense recordarán el legado de las activistas transgénero Sylvia Rivera y Marsha P. Johnson.

Las dos mujeres participaron en las manifestaciones que se opusieron a una redada policial en el bar Stonewall Inn el 28 de junio de 1969. Estas protestas marcaron el inicio de la lucha por los derechos de las personas LGBTTTI en Nueva York y todo Estados Unidos.

¿Cuántos años lleva a las personas ver que todos somos hermanos y hermanas en la raza humana?
Marsha P. JohnsonActivista

Johnson y Rivera también fundaron la organización Street Transvestite Action Revolutionaries (STAR), destinada a apoyar a los jóvenes transgéneros o gais sin hogar.

Ahora el trabajo de las dos activistas será recordado mediante un monumento en Ruth Wittenberg Triangle, un espacio público en el corazón del barrio Greenwich, en el distrito de Manhattan.

“Las comunidades transgénero y no binarias están sufriendo ataques violentos y discriminatorios en todo el país. Aquí en la ciudad de Nueva York estamos enviando un mensaje claro: los vemos por quienes son, los celebramos y los protegeremos”, dijo el alcalde neoyorquino Bill de Blasio.

El monumento visibilizará a las mujeres transgénero que participaron en los movimientos por los derechos de las personas LGBTTTI, en especial permite recordar que activistas negras y latinas como Johnson y Rivera marcharon en las primeras filas de colectivos queer.

“La historia no fue justa con Marsha y Sylvia, como con otros muchos transgéneros de color que estaban en primera fila de la lucha”, recordó Chirlane McCray, primera dama de Nueva York y escritora.

En el mismo sentido, Alba Pons Rabasa, investigadora posdoctoral en el Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), comenta que el monumento dedicado a las dos activistas otorga visibilidad a las personas transgénero y recuerda al movimiento LGBTTTI que desde sus inicios era atravesado por cuestiones de clase y raza.

“Las personas trans que participaron en la revuelta de Stonewall siempre fueron silenciadas… entonces el monumento es una forma de decir al movimiento gay más hegemónico y a la sociedad en general que existen personas trans que han tenido papeles importantes en la historia”, asegura la también activista feminista.

La investigadora agrega que las esculturas de Johnson y Rivera también visibilizarán que los individuos que comenzaron el movimiento LGBTTTI eran negros o latinos de clase baja, es decir, estaban atravesados por otras cuestiones más allá de sus preferencias e identidades sexuales.

“Se estaba normalizando una figura de gay blanco de clase media alta y ahora el monumento recuerda que las potencializadoras del movimiento fueron personas racializadas de clase baja. Es importante porque matiza ese punto de la historia”, menciona la doctora.

Sin embargo, Pons Rabasa asegura que en la actualidad algunos problemas sociales se intentan subsanar en términos representacionales y culturales, pero no se resuelven carencias en el plano de derechos humanos ni prestaciones y posibilidades en la vida cotidiana para las personas trans, en especial para aquellas que son racializadas y de clase baja en Estados Unidos.

Las personas transexuales enfrentan violencia en Estados Unidos y no pueden acceder a algunos derechos. El pasado 20 de mayo, la organización Human Rights Campaign (HRC) denunció la muerte de tres mujeres transexuales en Estados Unidos y subrayó que la violencia afecta de manera desproporcionada a quienes son negras.

“La mezcla de racismo, sexismo, homofobia y odio a los bisexuales y a los transexuales conspira para privarlos de las necesidades básicas para vivir y prosperar”, compartió en un comunicado la organización centrada en los derechos de las personas LGBTTTI.

El 19 de mayo una mujer transexual negra de 40 años identificada como Michelle Washington murió tras recibir varios disparos en Filadelfia.

Un día antes, otra mujer negra transexual, Muhlaysia Booker también falleció tras ser baleada en Dallas y el 14 de mayo, la joven transexual Claire Legato, de 21 años, murió en Cleveland de otro disparo, según Human Rights Campaign. Las misma organización registró que en 2018 fueron asesinadas 26 personas transexuales en Estados Unidos.

26
personas transexuales asesinadas en EU en 2018

“En términos simbólicos es importante que se construya el monumento, pero hay que preguntarnos por qué sucede esto ahora, a qué tipo de políticas culturales responde y qué tipo de ausencias y carencias también simboliza”, dice la investigadora del CIEG.

Además, la administración del presidente Donald Trump restringió desde el 11 de abril del presente año la pertenencia de personas transexuales a las Fuerzas Armadas estadounidenses. La disposición no se refiere a que no puedan incorporarse a la milicia, sino que se tienen que incorporar identificándose con su género asignado al nacer, es decir, no pueden utilizar su identidad asumida.

Sería mejor que se gastara el dinero del monumento en seguro médico, salud transicional e integral, acceso a trabajos y modificar legislación que les está obstaculizando la vida cotidiana. Qué bueno que lo hacen, pero qué pasa con otras iniciativas
Alba Pons RabasaInvestigadora en CIEG

Un portavoz del gobierno de Nueva York informó que el monumento costará 750 mil dólares y los funcionarios comenzarán a buscar un artista en breve para su construcción. Los funcionarios esperan que se concluya en 2021.

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