Emmanuel Macron, presidente de Francia, tiene una vez más la labor de elegir a un nuevo primer ministro tras la caída de Michel Barnier.
Aunque se tenía previsto que el presidente revelara ayer por la tarde al sucesor de Barnier, un amigo cercano al mandatario anunció la cancelación de ese aviso oficial, por lo que el nombre del nuevo jefe de Gobierno podría darse a conocer este fin de semana o incluso alargarse hasta las primeras semanas de 2025.
Ante los medios locales, Francois Bayrou podría resultar el próximo primer ministro, luego de que fuera invitado por el presidente a un almuerzo en el Elíseo la mañana de ayer.
Bayrou está presente en la política francesa desde la década de los 80 como consejero general y luego como diputado. Actualmente, con 73 años, es reconocido como político de centro, pero cercano a la derecha tradicional. También fue ministro de Educación nacional por cuatro años.
En Bayrou, la doctora Marta Ochman, especialista en política europea e investigadora de Relaciones Internacionales del Tecnológico de Monterrey, ve a un político de poca relevancia que, pese a eso, ha sido candidato a la presidencia en más de una ocasión.
“Es un político reconocido y por su perfil conservador podría ser electo y tener el visto bueno de Marine Le Pen”, asegura.
La aprobación del próximo primer ministro es posible que no solo venga del presidente Macron sino de la oposición y de los partidos de izquierda que, asegura la doctora Ochman, desde las elecciones anticipadas celebradas en junio demandan una presunta falta de respeto a sus decisiones pese haber ganado la jornada electoral.
“Independientemente de quién sea el primer ministro, mientras no se logre el reconocimiento o mayor inclusión de por lo menos los políticos moderados de izquierda, en el gobierno va haber inestabilidad porque los partidos seguirán presionando para que se les reconozca la influencia o el voto de poder que corresponda a los resultados de las elecciones pasadas”, detalla la especialista.
Si el nuevo primer ministro tampoco es del agrado de la mayoría en la Asamblea, Ochman deja en claro que las instituciones en Francia son lo suficientemente estables como para que el país siga operando, aún más en épocas de fin de año cuando se aprueba el presupuesto.
Je ne demande pas la démission d’Emmanuel Macron.
En revanche, il arrivera un moment où, si on ne prend pas la voie du respect des électeurs et des élections, alors la pression sur le président de la République sera de plus en plus forte. Cette décision lui appartient. pic.twitter.com/RL1PlkH3U5
— Marine Le Pen (@MLP_officiel) December 4, 2024
Los desafíos del nuevo primer ministro francés
Para evitar una nueva moción de censura, se prevé que Macron elija a un político conservador y de bajo perfil que pueda ser aceptable no solo para quienes integran la Asamblea, sino para la sociedad en general.
En opinión de la investigadora del Tecnológico de Monterrey, el nuevo primer ministro debe ser alguien que no constituya una personalidad fuerte que pueda ocasionar que busque el protagonismo considerando las elecciones presidenciales de 2027.
“Macron no quiere que el primer ministro opaque su liderazgo que está súper debilitado; entonces, debe ser una persona de perfil bajo que sea aceptable para la derecha de Marine Le Pen y la sociedad”.
Una vez que sea elegido el relevo de Barnier, éste debe tomar acciones urgentes, como bajar el déficit que se prevé aumente hasta 6.1 por ciento para el fin de 2024. El objetivo inicial del Gobierno era reducirlo al cinco por ciento.
Medios locales afirman que se deben recortar hasta 60 mil millones de euros en el presupuesto de Francia para evitar que el déficit siga ascendiendo; una negociación que el nuevo primer ministro deberá enfrentar con los asambleístas.
El cambio de gobierno en Estados Unidos también representará un reto para el jefe de Gobierno por las inquietudes que la llegada de Donald Trump ocasiona en la región. El republicano demostró en su primer cuatrienio sus diferencias con los países europeos, las cuales se agudizaron en los últimos cuatro años con la invasión a Ucrania y la expansión de la OTAN.
Las relaciones bilaterales con China serán otro de los desafíos del futuro primer ministro por las maniobras que deberá crear para mantener lazos estables con el gigante asiático y la Unión Americana ante la rivalidad que protagonizan y por el valor comercial que Pekín representa para los empresarios franceses.
Emmanuel Macron sur la motion de censure : «L’extrême droite et l’extrême gauche se sont unies dans un front anti-républicain» pic.twitter.com/dh0N9YNcoh
— CNEWS (@CNEWS) December 5, 2024
Dos primeros ministros en un año
Barnier, de 73 años y reconocido en la esfera política francesa como “gran negociador”, fue derrocado por una mayoría en la Asamblea Nacional luego de haber ocupado el cargo por tres meses.
El político experimentado relevó a Gabriel Attal, un joven de 35 años que había sido elegido primer ministro en enero de este año; sin embargo, su cargo se fue para abajo tras conocerse los resultados de las elecciones internas en Francia, que le dieron la victoria a la derecha.
Durante la moción de censura de Barnier, Attal dejó en claro a los asambleístas la necesidad de que Francia encuentre estabilidad, haciendo referencia a los cambios de líderes representativos del gobierno; un discurso que no sirvió para destituir a su sucesor.