¿Embargo eterno contra Cuba?
Naciones Unidas vota hoy una resolución para que EU retire el bloqueo a la isla, sin embargo, el gobierno de Trump quiere agregar enmiendas al proyecto para proteger las libertades de los cubanos. Mientras, el presidente Díaz-Canel busca apoyo en Francia, Rusia y China porque la economía de su país no puede esperar
Mariana RecamierEl embargo estadounidense es una barrera irremovible que atormenta a Cuba. Hace un par de años hubo esperanza. El expresidente Barack Obama dio los primeros pasos para remendar la relación entre la isla y Estados Unidos, pero con la llegada de Donald Trump al poder desapareció la posibilidad de un avance entre los dos países.
A pesar de que el embargo fue reforzado por el presidente republicano el año pasado, el gobierno cubano no se rinde y continúa con sus esfuerzos para salir de él.
Su último intento es una resolución que por vigésimo séptimo año consecutivo reclama el fin del bloqueo ante la Asamblea General de las Naciones Unidas.
El organismo de la ONU comenzó a debatir la resolución esta semana. Las primeras discusiones sobre el tema se dieron el miércoles, cuando decenas de países expresaron su apoyo al fin de la barrera estadounidense a Cuba.
En la sesión, 36 oradores hablaron para condenar el bloqueo, algunos en nombre de grupos como el 77+China o la Comunidad de Estados Latinoamericanos y el Caribe (CELAC).
“El daño directo e indirecto causado por este bloqueo contra Cuba es enorme, incluye todos los sectores vitales de la economía”, dijo el embajador venezolano ante la ONU, Samuel Moncada, quien habló en nombre del Movimiento de Países No Alineados.
Moncada agregó que más de 190 naciones mantienen relaciones económicas con Cuba, mientras Estados Unidos continúa con una política que el embajador calificó como ilegal e injustificable.
“El bloqueo es un recuerdo asqueroso de la Guerra Fría”, opinó por su lado el representante de Rusia Vasily Nebenzya.
Cuando la resolución era discutida por varios países, Estados Unidos presentó ocho enmiendas al proyecto en las que pide a Cuba que ponga fin a las restricciones de la libertad de expresión y a la persecución de disidentes. También exige la liberación de presos político.
Además, las enmiendas de Estados Unidos aseguran que Cuba viola metas de desarrollo sostenible de la ONU porque en la isla no hay mujeres en los órganos de toma de decisiones más poderosos ni independencia judicial. Además, las autoridades estadounidenses consideran que el gobierno cubano interfiere en negociaciones sindicales y prohíbe el derecho a huelga.
El canciller cubano Bruno Rodríguez comentó que con las enmiendas Estados Unidos busca crear un pretexto para endurecer el bloqueo y dar la ilusión de que su política es apoyada por la comunidad internacional.
El diplomático también dijo que con las enmiendas el gobierno de Trump pretende consumir tiempo, crear confusión y dificultar la aprobación de la condena del embargo.
“Es una cuestión política para demostrar que Estados Unidos tiene cierta injerencia en la isla como lo ha hecho en muchos lugares de América Latina”, explica Norma Soto Castañeda, especialista en negocios internacionales.
El gobierno de Cuba asegura que desde su comienzo en 1962, el bloqueo provocó perjuicios a la isla por más de 134 mil 499 millones de dólares al cambio actual.
En la sesión del miércoles no quedó tiempo para discutir las enmiendas. Es por eso que serán debatidas y votadas de manera individual el jueves, al igual que la resolución.
“No se dará una resolución a favor de Cuba. Es difícil que Trump le quite el embargo porque es un empresario y considera que esa decisión no le conviene a su país en términos de negocios”, comenta la internacionalista.
La resolución contra el bloqueo a Cuba es aprobada cada año desde 1992 en la ONU por mayoría. El año pasado, fue apoyada por 191 votos contra dos, los de Estados Unidos e Israel.
En 2016, por primera y única vez, Estados Unidos se abstuvo de votar contra la resolución en un contexto de acercamiento bilateral del gobierno de Barack Obama hacia la isla tras más de medio siglo de enemistad entre Washington y La Habana, que incluyó la reapertura de embajadas en ambas capitales en 2015.
No obstante, tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca en 2017 y las denuncias de ataques acústicos contra una veintena de diplomáticos estadounidenses y sus familias en La Habana, las relaciones entre ambos países son tensas y las respectivas embajadas funcionan al mínimo.
El embargo a Cuba fue aprobado por ley y sólo el Congreso estadounidense puede ponerle fin. El gobierno de Trump aplicó sanciones adicionales que endurecieron el bloqueo en noviembre de 2017.
Pedir apoyo a nuevos y viejos amigos
Ante las pocas probabilidades de negociar con Estados Unidos, el presidente de Cuba Miguel DíazCanel Bermúdez llegó a Francia el miércoles en un contexto en el que la isla busca nuevos aliados.
El mandatario publicó en Twitter que había sostenido un encuentro con el primer ministro de Francia Edouard Philippe y que existen perspectivas para ampliar las relaciones políticas, diplomáticas, económicas, comerciales y de cooperación con el país galo.
“Él quiere buscar nuevas visiones que lo puedan apoyar. Su ventaja es que Fidel y Raúl Castro ya no están y ahora es un nuevo gobierno que conserva las ideas anteriores, pero que está más abierto y busca la ayuda de otros países”, asegura Soto Castañeda.
Después de su parada en Francia, el presidente cubano inicia una gira para visitar a sus amigos del este: Rusia, China y otros países asiáticos.
El recorrido comienza el 1 de noviembre en Moscú e incluye China, Corea del Norte, Vietnam y Laos. La visita del presidente a otras naciones se debe a que la economía cubana no puede esperar y precisa apoyo para su despegue.
“El ahorro nacional no es suficiente para hacer las inversiones que requiere nuestro desarrollo económico y social. Por eso tenemos que acudir al financiamiento externo, sea por la vía de créditos o inversión extranjera directa”, dijo el lunes Rodrigo Malmierca, ministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera de Cuba.
El embargo norteamericano no sólo impide el comercio entre los dos países, sino que persigue las transacciones de la isla con terceros, excepto con potencias como Rusia y China.
China y Rusia son segundo y séptimo socios comerciales de la isla. Ambos países son también fuentes crediticias para Cuba.
Después de su visita a estos países, el presidente de Cuba pretende regresar con nuevos acuerdos económicos bajo el braso para sobrellevar el bloqueo de Estados Unidos.