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“Lo que ha sucedido es horrible, tremendamente condenable, pero Chile es y seguirá siendo un país seguro”
El país sudamericano famoso por su paz y estabilidad está viviendo un año de terror.
Una bomba casera, que estaba escondida en un bote de basura, explotó la noche del martes en un supermercado de Viña del Mar en Chile, lo que provocó que una empleada de aseo resultara herida.
Apenas un día antes, el lunes, una explosión se registró en la estación del metro Escuela Militar, en Santiago, donde 14 personas resultaron heridas de gravedad en el acto terrorista más fuerte desde 1990.
Aunque el Gobierno de Chile ha reportado más de 30 atentados con explosivos en lo que va del 2014, por primera vez los ataques están dañando a los ciudadanos, lo que ha causado conmoción y temor entre la población.
Además, el diario chileno El Mercurio informa que desde el 2005 se han instalado cerca de 198 explosivos en bancos, restaurantes, cajeros automáticos, estaciones de transporte público, una iglesia y hasta una guardería.
Lo que más intriga a las autoridades chilenas es que aún desconocen los motivos y los culpables, pues sólo se refieren a los hechos como “actos terroristas” perpetrados por “anarquistas”.
El misterio
“Este es un acto abominable, y por lo tanto vamos a usar todo el peso de la ley, incluso invocando la ley antiterrorista”, expresó la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, durante una rueda de prensa tras los ataques.
Pero la Fiscalía Nacional admite que en las escenas del crimen no hay indicio de los atacantes, de quien se desconocen datos como nacionalidad y cantidad.
Esto orilló a las autoridades a solicitar ayuda a organismos internacionales especializados en el combate al terrorismo.
“No hay una situación de flagrancia, por lo que hay que tener la mayor cantidad de antecedentes, se están investigando grupos antisistémicos sin jerarquía”, explicó a La Tercera Raúl Guzmán, el fiscal de la zona sur, “son distintos grupos”.
La investigación es complicada porque hay pocas similitudes entre los últimos ataques y los que se perpetraron tiempo atrás.
“El atentado del lunes tuvo características muy diferentes al resto de los ‘bombazos’ que ocurrieron antes, ya que esos por lo general sucedieron de noche y no causaron heridos”, reportó el martes BBC Mundo tras hablar con la periodista chilena Paula Molina.
“Sin embargo, la fiscalía afirmó que el explosivo utilizado el lunes tiene similitudes al usado en un ataque anterior a una estación de metro, que no dejó víctimas porque ocurrió cuando la estación estaba casi vacía”.
Otros periodistas y políticos creen que el atentado se debe a que el 11 de septiembre se conmemora el aniversario del golpe de Estado de Augusto Pinochet, fecha que siempre ocasiona disturbios y manifestaciones.
Mientras tanto, el Gobierno trabaja en una nueva ley antiterrorismo que endurezca las sanciones contra aquellos que cometan estos actos y otorgue mayores recursos a las dependencias gubernamentales que se encargan de investigarlo.
“Hemos tenido sólo 10 condenados en los últimos 15 años en Chile y más de 120 procesados, es una ley ineficaz y que hay que cambiar”, indicó a CNN Chile Rodrigo Peñailillo, ministro del Interior.
Desprestigio internacional
Después de Canadá, Chile es el país con la tasa más baja de homicidios de América, de 3.1 por cada 100 mil habitantes, según la Oficina de Naciones Unidas para la Droga y el Delito.
Pero, pese a este prestigio de ser una de las naciones más seguras del continente, países como Estados Unidos (EU), Reino Unido, Bélgica, Canadá y Australia han emitido alertas sobre las explosiones.
“Es conocido que manifestantes y grupos de anarquistas colocan pequeños aparatos explosivos en cajeros automáticos y otras locaciones gubernamentales y comerciales, lo que ha dejado heridos”, advierte el Departamento de Estado de EU en su sitio web.
Ante las alarmas, la presidenta Bachelet se ha apurado a decir que los actos terroristas no afectan la seguridad de su país.
“Lo que ha sucedido es horrible, tremendamente condenable, pero Chile es y seguirá siendo un país seguro”, manifestó la mandataria en rueda de prensa tras el ataque al metro.
En esta cuestión, la actual jefa de Estado ha recibido el apoyo de los expresidentes Ricardo Lagos y Sebastián Piñera, quienes han pedido unidad ante la situación que vive Chile.
“Este país, que tiene una fama muy diversa, de repente se ve en una situación que no corresponde a la realidad por culpa de algunos que colocan bombas, una situación que no corresponde a la realidad de Chile”, dijo Lagos a El Mercurio.
“El terrorismo y narcotráfico son enemigos poderosos y crueles. No respetan a nadie. Debemos combatirlos con férrea unidad y total firmeza”, tuiteó Piñera.
