Con la mayoría de los votos garantizando la victoria presidencial de Donald Trump, el Senado también se pinta de rojo y pasará al control de los republicanos.
Fue con el triunfo de la senadora Deb Fisher, quien obtuvo el escaño de Nebraska por el Partido Republicano, con lo que la aún oposición ganó mayoría en la Cámara alta.
Con el Senado con mayoría republicana, Trump obtiene una influencia positiva para impulsar sus políticas públicas; sin embargo, faltan los resultados para la composición de la Cámara de Representantes.
En caso de que el magnate gane mayoría en ambas Cámaras, Trump podría avanzar en temas como el freno al apoyo militar y económico a Ucrania, un alto a las investigaciones contra el fiscal Jack Smith, y una reforma conservadora en cuanto a la migración.
Aunque la ayuda a Israel podría continuar como hasta ahora, la OTAN podrá vivir las consecuencias de un presidente como Trump al frente de Estados Unidos por sus amenazas en el pasado de restar su apoyo al grupo militar.
Los senadores republicanos ya están buscando formas de extender los recortes de impuestos que se aprobaron durante el primer mandato de Trump, así como enviar fondos para endurecer la frontera con México.
