El nuevo ‘golpe’ del fujimorismo

Keiko Fujimori, hija del expresidente peruano Alberto Fujimori, se perfila como la gran favorita para ganar la primera vuelta de las elecciones de este domingo en Perú, según los sondeos que se han conocido esta semana.

Desde hace algunos meses, la candidata del partido Fuerza Popular, se ha mantenido al frente de la intención del voto de las encuestas que han sido divulgadas, y tiene grandes posibilidades de convertirse en la próxima presidenta de Perú.

Carlos Salazar Carlos Salazar Publicado el
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50,000
personas asistieron a las protestas en contra de la candidatura de Fujimori tan solo en la capital Lima

Además de las protestas, la hija del expresidente tuvo que enfrentar hace apenas unas semanas la amenaza de la anulación de su candidatura por presuntos delitos electorales

Keiko Fujimori, hija del expresidente peruano Alberto Fujimori, se perfila como la gran favorita para ganar la primera vuelta de las elecciones de este domingo en Perú, según los sondeos que se han conocido esta semana.

Desde hace algunos meses, la candidata del partido Fuerza Popular, se ha mantenido al frente de la intención del voto de las encuestas que han sido divulgadas, y tiene grandes posibilidades de convertirse en la próxima presidenta de Perú.

Sin embargo, con una preferencia de entre 30 y 35 por ciento de los electores, la realización de una segunda vuelta de las elecciones en el mes de junio parece un hecho, y en ese escenario, el antifujimorismo podría decantar el voto a favor de su rival.

Según el sistema electoral peruano, para que un candidato pueda ser investido como presidente debe obtener más del 50 por ciento de los votos.

En caso de no obtenerlos se celebrará una segunda elección entre los 2 candidatos con mayor votación.

En la intención del voto para la primera vuelta electoral, Fujimori tiene el doble de apoyo que sus más cercanos perseguidores, el candidato centroderechista Pedro Pablo Kuczynski y la aspirante izquierdista Verónika Mendoza.

Ya en 2011, Keiko Fujimori se presentó como candidata a la presidencia. Sin embargo, perdió en la segunda vuelta electoral ante el actual presidente Ollanta Humala por una diferencia menor a los 3 puntos porcentuales.

Desde entonces ha estado construyendo su plataforma política para intentar llegar al poder, tratando de deslindarse de la dictadura de su padre, quien se encuentra actualmente cumpliendo una condena de 25 años en prisión por crímenes de lesa humanidad y corrupción.

Las protestas se intensifican

En los últimos días, se han registrado protestas multitudinarias a lo largo del territorio peruano, principalmente en Lima, la capital, incluso se han registrado enfrentamientos entre simpatizantes de Keiko Fujimori y grupos antifujimoristas.

Una de las manifestaciones más importantes hasta el momento fue la registrada el pasado martes 5 de abril, cuando miles de personas salieron a las calles para expresar su rechazo a la candidata de Fuerza Popular.

Los opositores a Keiko convocaron ese día a las protestas en el marco de aniversario del autogolpe de estado que gestó su padre, Alberto Fujimori en 1992, cuando el presidente peruano disolvió el Parlamento, intervino el Poder Judicial con el apoyo de las fuerzas armadas y anuló la Constitución de 1979.

Se calcula que alrededor de 50 mil personas asistieron a las protestas en contra de la candidatura de Fujimori tan solo en la capital Lima, además hubo otras manifestaciones con cientos de inconformes en diversas provincias de Perú.

Ante la magnitud de las protestas, y a cinco días de la celebración de las elecciones, Keiko Fujimori anunció que ese día suspendería sus actividades proselitistas.

Además de las protestas, la hija del expresidente tuvo que enfrentar hace apenas unas semanas la amenaza de la anulación de su candidatura por presuntos delitos electorales.

La candidata de Fuerza Popular fue acusada de violentar las leyes electorales peruanas por haber entregado dinero a sus electores en un acto público, y se presentaron peticiones de exclusión ante el Jurado Nacional de elecciones.

El 24 de marzo, sin embargo, el Jurado Electoral Especial de Lima declaró como infundado el pedido de exclusión presentado contra la candidatura de Fujimori.

“La candidata a la presidencia de la república Keiko Fujimori, por el partido político Fuerza Popular, no ha incurrido en la conducta prohibida de ofrecer ni entregar dinero o dádivas con la finalidad de obtener votos”, afirmó el órgano electoral en un comunicado.

La hija del expresidente fue acusada de violentar las leyes electorales peruanas al haber entregado dinero a sus electores en un acto público.

La herencia del dictador

Con más de 20 años de trayectoria política, Keiko Fujimori, se convirtió en 1994, con tan solo 19 años, en la primera dama más joven de la historia del Continente Americano tras el divorcio de sus padres.

En los últimos años, la heredera del fujimorismo ha intentado deslindarse políticamente de su padre, sin embargo, la sombra de Alberto Fujimori es alargada y las heridas que dejó su régimen son profundas y han sido difíciles de cicatrizar.

Durante esta campaña, la primogénita del expresidente ha asegurado no repetirá los errores del pasado y que será implacable contra la corrupción, y ha señalado que “sufrió y cargó una mochila muy grande por errores de terceros y de otras personas”.

Incluso se le ha cuestionado que, si en caso de llegar a la presidencia peruana, le daría el indulto a su padre, pero ella ha afirmado que no utilizará su poder político para beneficio del expresidente.

“Su libertad se está viendo a través de la vía legal y constitucional, y será otro poder político, si es que se logra, el que le dé la libertad”, señaló en una entrevista a un medio peruano.

Keiko Fujimori, salvo sorpresa, será la candidata ganadora en la primer vuelta electoral, sin embargo, muchos expertos creen que en una segunda vuelta no logrará imponerse a su contrincante.

Aunque ha intentado construir una imagen pública alejada de la percepción autoritaria de su padre, marcando la mayor distancia posible de su régimen, sin embargo, el apellido Fujimori y el rechazo que genera en muchos sectores podrían jugar en su contra como ya sucedió en 2011 y alejarla de la presidencia.

 

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