La movilización de tropas israelíes sobre territorio libanes, bajo la justificación de atacar posiciones del grupo terrorista Hezbolá, ha puesto al mundo en vilo mientras Medio Oriente continúa su camino a una escalada mayor.
Estados Unidos, el principal aliado de Israel, ha recibido inteligencia sobre un ataque aéreo iraní sobre territorio de Israel. Si bien los esfuerzos del presidente Joe Biden por desescalar la situación no tuvieron el efecto esperado, Anthony Blinken, secretario de Estado del país norteamericano, ha comunicado que su país vigila el desarrollo de los acontecimientos y está preparado para la total defensa de Israel.
Mientras Estados Unidos está comprometido con la defensa de su aliado en Medio Oriente otros miembros de la OTAN se muestran más escépticos ante la avanzada israelí. España instó a Israel a detener su movilización terrestre para evitar que el conflicto se torne en una guerra regional, el canciller español Juan Manuel Albares ha llamado a buscar una tregua en Líbano y un alto al fuego en Gaza.
Europa se une en reclamos por la paz
Por su parte, Gran Bretaña e Italia se han unido a los reclamos de paz que buscan desescalar la situación. Roma, en su papel de presidente del G7, ha dicho que continuará trabajando para reducir la tensión en Medio Oriente al tiempo que Londres, a través del ministro del Exterior, David Lammy, ha advertido que el precio de un conflicto a gran escala en la región sería demasiado alto.
Si bien Occidente llama a la paz, los vecinos geográficos de Israel han criticado sus acciones. Egipto llamó la incursión israelí una “grave escalada” que tendrá profundas consecuencias de seguridad y humanitarias.
Por su parte, Turquía, cuyo presidente no ha sido ajeno a criticar la política exterior y de seguridad israelí, llamó a la operación un intento ilegal de ocupación y llamó al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas a actuar conforme a derecho internacional y detener la incursión.