La cantidad de personas que huyen de Nicaragua aumenta exponencialmente, así lo declaró Michelle Bachelet en la 39 sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
Desde que iniciaron las protestas en contra de la reforma de seguro social impulsada por el presidente Daniel Ortega, el pasado 18 de abril, la crisis sociopolítica aumentó en Nicaragua. A casi cinco meses, se reportaron más de 320 muertos y dos mil heridos debido a las manifestaciones.
En Costa Rica, hace tan solo un mes se notificó que había registradas más de 19 mil peticiones de refugio de nicaragüenses que buscaban huir de la crisis.
Las Naciones Unidas reportaron que hubo 23 mil. Aunque en San José hubo actos de xenofobia hacia los migrantes nicaragüenses, es este el país que más solicitudes de asilo ha recibido.
De los casi cinco millones de habitantes en Nicaragua, el 10 por ciento de los que decidieron salir del país se distribuyeron entre Brasil, Honduras y El Salvador, además de Costa Rica, donde para recoger a los migrantes, se habilitaron albergues que prácticamente no se utilizan, ya que la mayoría se hospeda en casa de familiares.
La expresidenta de Chile aseguró que el éxodo se ha dado como resultado de la crisis, incluido el deterioro de los derechos humanos. Al inaugurar la sesión, Bachelet pidió que este órgano refuerce su vigilancia sobre el país centroamericano.
Hace dos semanas, la Oficina de las Naciones Unidas publicó un informe titulado “Violaciones de derechos humanos y abusos en el contexto de las protestas en Nicaragua”, en el que documentó el uso desproporcionado de la fuerza por parte de la policía, ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas, detenciones arbitrarias, malos tratos generalizados, casos de tortura y violaciones sexuales en los centros de detención.