El cuento de nunca acabar

Algunos interpretan como un “rayo de esperanza” la tregua de 72 horas que Israel y el grupo palestino Hamás iniciaron ayer.

Las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF, por sus siglas en inglés) anunciaron el retiro de la totalidad de sus tropas tras declarar “misión cumplida” por haber destruido los 32 túneles de Hamás que conectan Gaza con el territorio israelí. 

Minutos antes del cese al fuego, que inició a las 8:00 horas gracias a la intervención del Gobierno de Egipto, Hamás lanzó los últimos cohetes de Gaza a Israel. 

Aun así, expertos señalan que es improbable que haya una solución definitiva.

“En Gaza, había poco sentimiento de celebración de que la batalla había terminado, aunque muchos entrevistados dijeron pensar que este cese al fuego tenía más probabilidades de tener éxito que los anteriores, que colapsaron rápidamente ante nueva violencia”, publicó ayer The New York Times.

Para los palestinos, es difícil olvidar a los más de mil 800 habitantes de Gaza que han muerto en el último mes de conflicto, que además ha dejado 9 mil 500 heridos.

En contraste, Israel reporta el deceso de 64 solados y tres civiles. 

¿Quién cederá? 

Para que hubiese paz entre el Gobierno israelí y Hamás, ambos tendrían que aceptar los términos del otro.

A corto plazo, Israel tendría que levantar el bloqueo marítimo y terrestre de la Franja de Gaza y Hamás debería dejar de lanzar misiles a los israelitas.

Mas un verdadero acuerdo tiene solo una salida: que Israel reconozca el Estado de Palestina y que Hamás admita que los israelitas tienen derecho a cierto territorio.

“La solución política es conocida por todos, se trata de dos Estados, el palestino y el israelí, viviendo lado a lado”, explicó ayer Christophe Ayad, jefe del servicio internacional de Le Monde, en una conversación virtual con los lectores.

“Solo que hay dos problemas mayores”, añadió Ayad”, el primero es la incapacidad de los principales actores de ponerse de acuerdo sobre una solución, aunado a una falta de voluntad de la comunidad internacional de imponer dicha solución.

“El segundo es la multiplicación de los logros israelitas sobre el terreno, pues ha hecho que sea casi imposible la existencia  de un Estado palestino viable y que disponga de una continuidad territorial”. 

Repartición problemática

El principal punto de discusión es decidir cómo repartir el territorio de Israel y el de Palestina. 

“Se tendrían que alcanzar acuerdos razonables en materia de fronteras, asentamientos judíos y retorno de refugiados”, informó ayer BBC Mundo.

“Sin embargo, desde 1948, año de la creación del estado de Israel, muchas cosas han cambiado, en especial la configuración de los territorios en disputa tras las guerras entre árabes e israelíes”. 

El gobierno del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, piensa que las negociaciones deben realizarse conforme la disposición actual del territorio.

Pero Hamás y la Autoridad Nacional Palestina insisten que los límites negociables son los que existían antes de la guerra de 1987, agregó BBC Mundo.

Sin árbitro

Uno de los factores que distinguen a esta etapa del conflicto de las previas, es la falta de voluntad de la comunidad internacional de mediar el conflicto.

Los ataques de Israel a escuelas y refugios con niños palestinos le están costando el apoyo incondicional de Estados Unidos y la paciencia de la ONU.

Por otro parte, Hamás ha perdido el respaldo de los gobiernos de Irán, Turquía y Egipto, que en ocasiones anteriores se ponían de su lado al momento de negociar.

El consenso internacional es que hay culpables en ambos bandos. 

“La necesidad ahora más que nunca (es) que se asuman responsabilidades por las crecientes evidencias de crímenes de guerra y un número nunca visto de víctimas civiles”, expresó ayer Navi Pillay, alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos. 

“El gran perjudicado ha sido evidentemente la población de Gaza ya sea por el elevado número de civiles muertos, por la destrucción especialmente en zonas como Shujayia, Beit Janun o Rafah y por la crisis humanitaria”, afirmó El Mundo.