El costo de no hacer nada
Dada la falta de voluntad por parte de los gobiernos de las grandes economías mundiales para tratar de mitigar el cambio climático, la nueva tendencia es que organismos internacionales y grupos no gubernamentales señalen los costos económicos de la inacción.
Bernhard BuntruDada la falta de voluntad por parte de los gobiernos de las grandes economías mundiales para tratar de mitigar el cambio climático, la nueva tendencia es que organismos internacionales y grupos no gubernamentales señalen los costos económicos de la inacción.
“Entre más tardemos para enfrentar los crecientes riesgos del cambio climático, más nos va a costar a todos. Desde una perspectiva de negocios, y dados los beneficios de la acción temprana, sería tonto permitir que estos riesgos se acumularan a tal grado que no podamos manejarlos”, dice Tom Steyer, copresidente del proyecto estadounidense Risky Business, que analiza los costos económicos del cambio climático.
La pasividad actual de los políticos y legisladores de casi todo el mundo sienta las condiciones para que se agraven los riesgos futuros, dice el estudio de Risky Business.
Políticas efectivas
Combatir el cambio climático con mejores transportes públicos, mayor eficiencia energética, generación de energías renovables y el manejo más efectivo de los desechos podría aumentar el PIB global en 2.6 billones de dólares, además de salvar alrededor de 94 mil vidas en el corto plazo, informa el Banco Mundial en un reporte que publicó la semana pasada.
“Los resultados del reporte muestran claramente que aplicar políticas correctas puede significar un gran beneficio para las vidas humanas, los empleos, la energía y el PIB —así como para reducir las emisiones que provocan el cambio climático—”, dijo Jim Yong Kim, presidente del Banco Mundial.
El reporte, que pretende jugar un rol clave en septiembre próximo, durante la Cumbre Climática de la ONU en Nueva York, estudia los beneficios ambientales que podría generar la implementación de “políticas ambiciosas” en los sectores de transporte, industria y construcción, entre otros. El PIB global podría aumentar en 2.6 billones de dólares si se aplican las políticas ambientales adecuadas.