El autor de la década de horror

Hasta ayer, poco se conocía del caso de las tres mujeres que fueron enclaustradas por más de 10 años en casa de Ariel Castro, un hombre de origen puertorriqueño de 52 años.

Se sabía que las víctimas, Amanda Berry, Georgina “Gina” DeJesus y Michelle Knight vivían cerca de donde fueron secuestradas, en Cleveland, Ohio.

Pero un reporte de la policía a cargo del caso, obtenido por el diario estadounidense The New York Times (NYT) ha revelado escalofriantes detalles de la década de horror que tuvieron que pasar las mujeres que hasta este lunes permanecían cautivas.

Jorge Mireles Jorge Mireles Publicado el
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Hasta ayer, poco se conocía del caso de las tres mujeres que fueron enclaustradas por más de 10 años en casa de Ariel Castro, un hombre de origen puertorriqueño de 52 años.

Se sabía que las víctimas, Amanda Berry, Georgina “Gina” DeJesus y Michelle Knight vivían cerca de donde fueron secuestradas, en Cleveland, Ohio.

Pero un reporte de la policía a cargo del caso, obtenido por el diario estadounidense The New York Times (NYT) ha revelado escalofriantes detalles de la década de horror que tuvieron que pasar las mujeres que hasta este lunes permanecían cautivas.

El informe describe que las tres chicas fueron encadenadas en el sótano y eventualmente su captor las dejó vivir en el piso de arriba.

En el transcurso de los años, Castro las sometió a constantes abusos sexuales.

Knight, la de mayor edad y quien acumuló más tiempo encerrada, detalla uno de los pasajes más inquietantes.

Michelle Knight dijo que Ariel Castro la embarazó en múltiples ocasiones.

Sin embargo, en cada caso, este la dejó sin comer hasta sufrir de hambruna, además de golpearla en el abdomen hasta hacerla abortar.

Y en una tradición digna de alguna patología psicológica, Castro acostumbraba celebrar el aniversario de los secuestros de cada una con una cena y un pastel. 

Este detalle lo dijo un familiar de Gina DeJesus, quien prefirió guardar el anonimato para proteger la privacidad de su familia.

“Fueron encerradas en el sótano como perros (…) Él celebraba el día del aniversario de sus secuestros como (si fueran) sus nuevos cumpleaños”, comentó para NYT.

Aparte de las tres mujeres, una niña de seis años fue rescatada el lunes 6 de mayo, dentro del operativo que inició con un par de llamadas al 911, luego de que Amanda Berry lograra alertar a través de gritos a los vecinos de la calle Seymour, en Cleveland, de su situación.

La niña, de quien no se ha revelado su nombre, fue producto de una violación y nació en pleno cautiverio.

El reporte de la policía describe como Berry dio a luz en una piscina de plástico, ayudada por Michelle Knight, en el papel de partera.

Se detalla que Castro las amenazó con matarlas si la bebé moría.

Las chicas notaron que la recién nacida dejó de respirar, por lo que Knight le dio respiración de boca a boca para mantenerla con vida.

Para darse una idea del largo martirio que sufrieron, basta con repasar la llamada al número de emergencias que uno de los vecinos hizo después de ayudar a salir a Amanda Berry y a su hija.

Charles Ramsey, una de las primeras voces que describió a los medios la manera en cómo rescataron a Berry, dijo al 911: “Le preguntamos (a Amanda Berry) ‘¿qué pasa? ¿cuál es el problema?’ y ella respondió ‘este hijo de puta nos tiene secuestradas a mí y a mi hija’(…) (Ella) Necesita todo, está en pánico”.

Su hijo escribió de Gina DeJesus en 2004

Cuando Ariel Anthony Castro, hijo del secuestrador, estudiaba periodismo en la Universidad Estatal Bowling Green, en Ohio, no pudo evitar escribir sobre el extraño caso de la desaparición de Gina DeJesus.

El rastro de DeJesus se perdió apenas un año después del extravío de Amanda Berry, en la misma zona de Cleveland, lo que levantó sospechas de que ambos casos estuvieran relacionados.

Anthony Castro escribió en 2004 para el periódico comunitario de los barrios de Cleveland llamado Plain Press . Dijo que la tragedia que le ocurrió a la adolescente de 14 años había provocado un enorme cambio en la comunidad donde residía.

“De cualquier forma, se puede tener certeza de una cosa. Casi todos sienten una conexión con la familia (DeJesus), y la desaparición de Gina ha sido el tema de conversación de toda el área”, escribió Castro en la nota.

“Los padres y los familiares esperan por sus niños luego de que la escuela Wilbur Wrigh” –donde estudiaba Gina DeJesus– “expresara recientemente su preocupación por el número de ofensores sexuales que viven y trabajan en el área”, redactó el joven sin saber que indirectamente se estaba refiriendo a su padre.

“La base de datos de la Ohio Electronic Sex Offender Registration and Notification enlista a 133 ofensores sexuales viviendo y trabajando en las cercanías del código postal de Gina”.

ARIEL CASTRO

 Hombre de 52 años, de origen hispano, fue despedido de su empleo como chofer de autobuses escolares por mal comportamiento.

 En febrero pasado, abrió una cuenta de Facebook, con un puñado de amigos y dio like a algunas páginas.

 Su perfil en la red social lo coloca lejos de la imagen de un depredador sexual. Escribió en uno de sus primeros posts: “Esta mañana me desperté con el sonido de un cardenal cantor. ¡Sí! ¡venga, primavera!”.

 De igual forma, la imagen que daba en el exterior era de una persona normal.

 Según Nelson Martinez, primo de Ariel, este lo visitó en Parma, Ohio, hace dos o tres años “acompañado de una niña a la que introdujo como su nieta”, quien se presume es la hija de Berry, una menor de seis años. “Ella se veía sana y feliz, parecía que le gustaba estar con su ‘abuelito’”, dijo Martinez.

 Pero Ariel Castro guardaba un lado perverso, de acuerdo a una carta que presuntamente él mismo escribió en 2004, en manos de Scott Taylor, periodista de 19 Action News, quien reportó los detalles de la misiva vía Twitter.

 ”Soy un predador sexual. Necesito ayuda (…) Están aquí contra su voluntad porque cometieron el error de meterse al auto de un completo extraño”, habría dicho Castro en el escrito.

Modus operandi

El modus operandi que utilizó para secuestrar era ganarse la confianza de las víctimas para después proponerles llevarlas a sus casas.

Como se publicó el miércoles pasado en Reporte Indigo, los familiares de Amanda Berry recibieron una llamada para avisarles que alguien la llevaría a su casa después de salir de su trabajo en el restaurante Burger King. Según el reporte policial, Castro se acercó a Berry, argumentando que uno de sus hijos había trabajado en el pasado en la misma cadena de comida rápida.

 En el caso de Gina DeJesus, se sabe que Arlene Castro, hija de Ariel, era su amiga y utilizó esta relación para poder capturarla. El secuestrador la vio en la calle, sin su hija Arlene, y le dijo que la llevaría con ella.

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