El apetito salvaje de China
Para evitar la propagación de los virus que puedan enfermar a la población, la nación asiática prohibió el comercio y consumo de animales salvajes. A pesar de las indicaciones, pocos son los mercados y ciudadanos que han acatado dichas reglas
Viviana BranDesde hace siglos, y como parte de una tradición milenaria, el consumo de animales silvestres en China ha sido una constante, sin embargo, esta preferencia se relacionó con el aumento en el número de personas contagiadas por coronavirus (Covid-19) durante diciembre del 2019 y enero de este año, lo cual originó que el Parlamento de la nación asiática prohibiera de manera integral la caza de especies salvajes y en peligro de extinción.
La resolución que entró en vigor el pasado 24 de febrero, castigará con multas económicas a las personas que estén implicadas en el comercio o consumo de animales exóticos, en un intento por proteger de forma eficaz la salud y la vida de la población china.
Hasta el momento, se contempla que las multas mínimas sean de 150 mil yuanes, cifra que equivale a 21 mil 400 dólares, que subirán dependiendo del valor de los animales que sean decomisados, de acuerdo con el organismo parlamentario.
En la iniciativa también se establece que los usos de especies silvestres para fines de investigación científica serán sometidos a estrictos controles y procedimientos de inspección.
Desde que se anunciaron las medidas restrictivas, las autoridades chinas han inspeccionado al menos 350 mil mercados, restaurantes y hoteles en todo el país, incautado casi 40 mil animales salvajes, cerrado más de 17 mil tiendas y cuentas en línea, y eliminado más de 750 mil mensajes relacionados con el comercio de vida silvestre, revela The Jamestown Foundation.
Sin embargo, las acciones son insuficientes, ya que perros, gatos, murciélagos, pangolines, escorpiones, entre otros animales, aún se consumen en los mercados del sureste de China, retrata El Daily Mail en una cobertura.
No obstante con lo anterior, algunas especies siguen siendo utilizadas para la creación de medicinas, ropa y adornos.
Lo anterior cobra relevancia luego de que en el mercado de alimentos de Wuhan, ubicado en la provincia de Hubei, hace poco más de tres meses se detectara el origen del nuevo coronavirus, que hasta la fecha ha provocado un millón 446 mil 557 contagios y más de 80 mil muertes a nivel global, de acuerdo con la información del Centro de Ciencia e Ingeniería de Sistemas (CSSE) de la Universidad Johns Hopkins (JHU).
Andrea Ugarte Vázquez, fudadora del proyecto de divulgación científica y bienestar animal, Siempre Animal, asegura que a pesar de las lecciones que ha dejado el Covid-19, es muy probable que el panorama de comercio y consumo de animales silvestres continúe, debido a que en China esto es parte de una cultura muy arraigada.
Ugarte Vázquez también argumenta que la destrucción de los hábitats propicia que los animales se acerquen a las poblaciones humanas, aumentando el riesgo de contagio por la transmisión de patógenos, como fue el caso del brote por Covid-19.
Signos de esperanza
De acuerdo con una encuesta realizada por el Fondo para la Vida Salvaje (WWF, por sus siglas en inglés) el 93 por ciento de cinco mil personas procedentes de Hong Kong, Japón, Myanmar, Tailandia y Vietnam, está de acuerdo con la acción del gobierno chino de eliminar los mercados de animales silvestres ilegales y no regulados.
“Faltan acciones más concretas para que esto suceda, otros gobiernos asiáticos necesitan seguir el ejemplo y cerrar sus mercados de vida silvestre para poner fin a este comercio de una vez por todas. Estas acciones no solo salvarán vidas humanas y animales, con ellas también se puede evitar la repetición de la crisis social y económica que se vive en la actualidad”, dijo Christy Williams, director regional del Programa de Asia Pacífico de WWF.
La fundadora de Siempre Animal, Andrea Ugarte comenta que parte del reto al que se enfrentan las autoridades chinas para hacerle frente al comercio y consumo ilegal de animales silvestres depende de la habilidad que tengan para rastrear a las fuentes de la caza ilegal.
Un segundo desafío radica en aumentar la conciencia pública sobre los problemas asociados con el consumo de vida silvestre, muchos chinos no solo consideran que este tipo de carne es un manjar para las mesas, también creen que comer partes del animal es un elemento importante de la medicina tradicional china.
“Hace falta recurrir a otras alternativas medicinales, no existe fundamento científico de que esto funcione, y también se deben dejar de lado los mitos qué hay en torno al origen del virus, no se puede señalar a un animal como el murciélago o el pangolin sin evidencia. Estos animales están siendo sacrificados solo por el miedo que tienen las personas de contagiarse”.