El aborto, un tema electoral para Estados Unidos

Con la decisión de los derechos reproductivos en manos de los estados, tras la derogación de Roe vs Wade, las próximas votaciones generales podrían marcar la diferencia en la legalidad de la interrupción del embarazo
Pablo Abundiz Pablo Abundiz Publicado el
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Las elecciones presidenciales que Estados Unidos celebrará el próximo noviembre no solo decidirán al siguiente residente de la Casa Blanca, sino también los derechos reproductivos de millones de mujeres en muchas entidades del país norteamericano.

Después de la decisión de la Suprema Corte de Justicia de ir en contra de medio siglo de jurisprudencia y revocar su falló concerniente a Roe vs Wade, el aborto quedó en un limbo legislativo y ahora cada estado tiene la potestad para legislar sobre un tema que polariza a los partidos políticos.

Por todo el país, legislaturas locales dominadas por el Partido Republicano han buscado restringir los derechos reproductivos mediante leyes que penalizan el procedimiento, como el Código de Salud y Seguridad de Texas que castiga con penas carcelarias más multas de al menos 100 mil dólares a los médicos que interrumpan un embarazo.

En otras entidades de Estados Unidos, aunque las leyes no prohíben expresamente la interrupción del embarazo sí limitan el tiempo en el cual se puede realizar, tal es el caso en Florida donde el aborto solo está permitido en las primeras seis semanas de gestación o se niegan a financiar servicios medicos de planificación familiar.

En 19 de los 36 estados en los que es legal el aborto el seguro médico provisto por el gobierno no cubre el procedimiento.

La opinión de los estadounidenses respecto al aborto

En contrasentido de los esfuerzos legislativos por prohibir o dificultar el acceso al aborto, seis de cada 10 estadounidenses consideran que su la entidad donde viven debería garantizar la interrupción legal del embarazo para todos los casos, de acuerdo con una encuesta realizada por Associated Press y el Centro Nacional de Investigación de Opinión de la Universidad de Chicago.

Aunque la postura de la población respecto al aborto contínúa estando dividida por la afiliación partidista, la opinión a favor de los derechos reproductivos ha incrementado en votantes de ambos partidos desde la derogación de Roe vs Wade en 2022.

En un estudio realizado en 2021,  solo el 27 por ciento de aquellos identificados como republicanos apoyaban la interrupción legal del embarazo, en 2024 este número alcanzó el 38 por ciento de los votantes republicanos. En el bando demócrata, el 83 por ciento favorece el aborto actualmente, mientras que en 2021 solo el 69 por ciento lo hacía.

La opinión mayoritaria a favor de la interrupción legal del embarazo se ha visto reflejada en las urnas. Desde la decisión de la Corte, en siete estados donde la medida se ha enfrentado al voto popular, ya sea para proteger el derecho con la Constitución local o para prohibir el acceso, el apoyo a favor del aborto ha ganado en cada una de las ocasiones; sin embargo, solo 25 de las 50 entidades permiten que se vote por esta medida mediante un referendum propuesto por la ciudadanía.

Incluso en los estados donde se permiten iniciativas ciudadanas se presentan dificultades para que la cuestión llegue a la boleta. La semana pasada, Arkansas se convirtió en el último territorio en retirar de la boleta un referendum propuesto por grupos a favor del aborto que pondría a votación la ley que prohibe la gestación. La propuesta presentada en la entidad republicana proponía legalizar el procedimiento hasta la semana 20 de gestación, y más allá en casos de emergencia médica o violación; fue rechazada debido a un tecnisismo por funcionarios conservadores.

En las elecciones de noviembre próximo, cinco estados tendrán en las boletas iniciativas concernientes al aborto, y en nueve referendums más podrían ser incluidos en las boletas dependiendo de las decisiones de los funcionarios locales. Gran parte de las entidades donde la cuestión de los derechos reproductivos estará en manos de los votantes actualmente tiene legislaturas controladas por el Partido Republicano; en ellas, la voluntad popular podría modificar legislación previa.

En Florida, donde gracias a un fallo de la Corte estatal se permitió que una iniciativa ciudadana, con casi un millón de firmas, consultara en las próximas elecciones la legalidad de la interrupción del embarazo hasta la viabilidad del producto. En el estado del sur, 60 por ciento de la población apoya la despenalización del aborto.

¿Es el aborto un tema en la campaña presidencial?

Con una agenda republicana en contra de la despenalización del aborto, esta podría ser la oportunidad para el Partido Demócrata de utilizar el tema como un distintivo de su campaña, tanto presidencial como local; sin embargo, en opinión de la doctora Arlene Ramírez Uresti, internacionalista y académica de la Universidad Iberoamericana, la estrategia se encontraría con trabas tanto políticas como sociales.

“El contexto legal de los Estados Unidos en este tema es muy complicado, muchas de las entidades bisagra son conservadores, puritanos. La visión de la Constitución del país, de entrada es ultra puritana; entonces, para lograr que esto tuviera un impacto político se requiere hacer campaña en estos estados que tienen un corte ultraconservador, porque recordemos que la mayoría de la población es cristiana protestante.

“Sería buscar el voto de las nuevas generaciones, y el tema no es tan difícil, pero los partidos siguen apuntando al votante de más de 40 años porque ellos son los que tienen mayor capacidad de recaudación para las campañas políticas; sin embargo, el voto que no está definido y que puede hacer la diferencia está en las juventudes”, señala la especialista.

La académica apunta que uno de los mayores problemas para impulsar la legislación desde el gobierno federal y que eventualmente baje a las legislaturas locales es la falta de una agenda en materia de salud y de políticas públicas pensadas para las mujeres por parte de los demócratas que dicen apoyar la despenalización del aborto.

“El tema es qué tanto le interesa subir el tema a la agenda al actual presidente, y todavía candidato, del Partido Demócrata (…) De haber un interés genuino ya lo hubiera hecho en su calidad de presidente. Da la impresión de que en realidad él y los grupos que lo acompañan son más conservadores de lo que aparentan, no al grado de los republicanos del Great Old Party. Tristemente la agenda de las mujeres en los Estados Unidos no es prioridad y se ve desde el tema de los candidatos y la equidad de género”, finaliza Ramírez Uresti.

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