Al menos 132 millones de niños en edad de recibir educación primaria o secundaria no asisten a la escuela actualmente en el mundo.
El dato de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), también deja entrever la situación que ha originado esta dura realidad, como la pobreza, la necesidad de los menores de edad de trabajar, al igual que las normas tradicionales y las expectativas de género que llevan a millones de niños y niñas a abandonar sus estudios.
En su informe del 7 de abril, la ONG especifica que hoy en día son los niños quienes corren un mayor riesgo de repetir grados, no completar los diferentes niveles educativos y de tener peores resultados de aprendizaje en comparación con las niñas, esto a pesar de que ellas deben superar más retos en la esfera de la educación.
“Pese a que las niñas enfrentan desventajas y desigualdades, en muchos países son los niños los que corren un mayor riesgo de no completar su educación. La pobreza y el trabajo infantil son dos de las principales causas de que los niños abandonen los estudios. En 57 naciones estudiadas, los niños y adolescentes tienen un peor rendimiento que las niñas y presentan un rezago en su capacidad de lectura”, explica la UNESCO.
Las estadísticas de la organización internacional muestran que por cada 100 mujeres inscritas en la educación terciaria hay 88 hombres a nivel global, y que en 73 países hay menos niños que niñas matriculadas en educación secundaria superior.
“Con excepción de África subsahariana, en todas las regiones hay menos hombres recibiendo educación superior. En América Latina y el Caribe hay 81 hombres inscritos en educación terciaria por cada 100 mujeres. Lo mismo ocurre en Europa Occidental y Norteamérica. En Asia Oriental y el Pacífico, la proporción es de 87, mientras que en los Estados Árabes y Europa Central y Oriental es de 91”, indica el informe.
El COVID-19 también es responsable de buena parte de los daños. El Fondo de la ONU para la Infancia alertó a finales de marzo que a causa de la pandemia las escuelas de 23 naciones, donde habitan un total de 405 millones de niños en edad escolar, continúan sin abrir sus puertas por completo y que muchos de estos estudiantes corren el riesgo de abandonar sus estudios.
Uno de los hallazgos más insólitos del estudio titulado “¿Están aprendiendo realmente los niños?”, indica que 147 millones de menores han perdido más de la mitad de su escolarización presencial durante los dos últimos años. Este registro equivale a un total de dos billones de horas de aprendizaje presencial perdidas en todo el mundo.
Panorama desalentador para la educación
Si bien existen patrones claros de género en la educación en ciertos contextos, son muy pocos los programas e iniciativas que abordan la desvinculación y la desventaja de los niños en la educación, alerta la UNESCO.
“En cuanto a las políticas específicas de género que se dirigen a los niños, son todavía más escasas. En general, se ha prestado muy poca atención al tema y las políticas que se aplican ocurren principalmente en países de ingresos altos.
“Sólo unos pocos países de renta mediana y baja cuentan con políticas específicas para mejorar la matriculación y finalización de la educación básica de los niños, incluso en naciones donde las disparidades son graves”.
En este mismo sentido, la UNICEF indica que el ritmo actual de aprendizaje “es tan lento que la mayoría de los niños en edad escolar tardarían siete años en adquirir las competencias básicas de lectura que deberían haber aprendido en dos años, y 11 años en adquirir las competencias básicas de aritmética”.
El informe también dice que “en muchos casos, ni siquiera se garantiza que los niños en edad escolar hayan adquirido alguna competencia básica”.
Revertir la situación
De acuerdo con la UNESCO, para revertir la crisis educativa que vive el mundo se debe aumentar la inscripción de los niños en la escuela y lograr una paridad de género en la educación, además recomienda, entre otras cosas, destinar recursos para apoyar el regreso de los niños a la educación, prohibir los castigos corporales y abordar la violencia en la escuela.
Por último, aboga por la colaboración entre los actores nacionales y locales de los departamentos de educación, trabajo, juventud y justicia para abordar el abandono escolar temprano y actuar respondiendo a las necesidades tanto de los niños como de las niñas, mejorando las oportunidades educativas de ambos.
“No podemos permitirnos volver a esa ‘normalidad’, debemos alcanzar una nueva realidad: llevar a los niños de regreso a las clases, evaluar su nivel de aprendizaje, proporcionarles el apoyo intensivo que necesitan para recuperar lo que han perdido y garantizar que los maestros cuenten con la formación y los recursos educativos que necesitan”, dijo Catherine Russell, directora Ejecutiva de UNICEF.