Ecos de la guerra fría

El jueves, el presidente ruso, Vladímir Putin, dio su primera conferencia de prensa desde que regresó al Kremlin y El País reportó lo que en ella se dijo.

La polémica giró en torno a una nueva ley que adoptó recientemente EU para castigar a funcionarios rusos vinculados con la violación de derechos humanos negándoles visados y congelando sus activos.

Indigo Staff Indigo Staff Publicado el
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El jueves, el presidente ruso, Vladímir Putin, dio su primera conferencia de prensa desde que regresó al Kremlin y El País reportó lo que en ella se dijo.

La polémica giró en torno a una nueva ley que adoptó recientemente EU para castigar a funcionarios rusos vinculados con la violación de derechos humanos negándoles visados y congelando sus activos.

Esta ley, conocida como ley Magnitski por ordenar la publicación de los nombres de los involucrados supuestamente en la muerte del abogado Serguéi Magnitski en una cárcel rusa en el año 2009, sustituye a la enmienda Jackson-Vinik que, aprobada en 1974, ha regido desde entonces la limitación del comercio con Rusia.

Para el presidente ruso, la ley de EU es “antirrusa” ya que, si bien el gobierno ruso reconoce que tienen problemas con los derechos humanos y es partidario de que los funcionarios implicados en las mismas no tengan cuentas en el extranjero, también en las cárceles estadounidenses se violan derechos humanos.

En concreto, Putin mencionó Abu Ghraib y Guántanamo, institución que Obama prometió cerrar en su campaña electoral de 2008 pero que, a día de hoy,  continúa abierta.

El presidente ruso, que concluyó que “cuando te golpean, debes responder. De lo contrario siempre nos golpearán”, no tardó en anunciar su respuesta: prohibir a los estadounidenses adoptar niños rusos.

Su argumento: “Cuando se cometen delitos contra los niños rusos adoptados, en la mayoría de los casos la justicia norteamericana no reacciona en absoluto”. Sin embargo, es cuestionable qué tanto se hace en Rusia o se puede hacer para evitar ciertos delitos.

Defensores de derechos humanos y algunos políticos han mostrado su rechazo a la ley que, para entrar en vigor, requiere de la denuncia del  Kremlin al acuerdo sobre adopciones con EU.  

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