Dividida por el ‘Brexit’

Una pesadilla para los europeístas. Una liberación para los eurofóbicos: el “Brexit” sería un salto a lo desconocido, pues hasta ahora ningún miembro de la Unión Europea lo ha hecho. 

A finales de enero tuvo lugar un juego de simulación en Londres, en presencia de los ex funcionarios de la UE, con el escenario de un “Brexit”. La situación rápidamente se puso agria. 

De entrada, una primera etapa obligaba a los partidos a negociar una salida como exige el artículo 50 del Tratado de Lisboa sobre la retirada de un Estado miembro de la Unión Europea. 

Andrea Montes Renaud Andrea Montes Renaud Publicado el
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Con menos de dos meses para votar para quedarse o irse, una cuarta parte de los votantes siguen indecisos

Una pesadilla para los europeístas. Una liberación para los eurofóbicos: el “Brexit” sería un salto a lo desconocido, pues hasta ahora ningún miembro de la Unión Europea lo ha hecho. 

A finales de enero tuvo lugar un juego de simulación en Londres, en presencia de los ex funcionarios de la UE, con el escenario de un “Brexit”. La situación rápidamente se puso agria. 

De entrada, una primera etapa obligaba a los partidos a negociar una salida como exige el artículo 50 del Tratado de Lisboa sobre la retirada de un Estado miembro de la Unión Europea. 

En caso de aprobarse la salida de la Unión Europea, el Reino Unido recuperaría el control de sus fronteras y podría abolir todas las normas que la UE ya incorporó a la ley británica. 

Referéndum de junio

Resulta evidente que David Cameron se encuentra entra la espada y la pared, y le restan menos de dos meses para reconciliar a los británicos con la Unión Europea.

Pero a la vez, debe mantener su amenaza firme: si la UE no hace los esfuerzos fijados en febrero para que Gran Bretaña pueda permanecer, los británicos votarán a favor de la salida en el referéndum que prometió a sus conciudadanos y que se celebrará el próximo 23 de junio del 2016.

El abandono del Reino Unido de la UE no solo pondría en jaque a los miembros del eurogrupo, según el Fondo Monetario Internacional, sino también pondría en peligro la seguridad de la OTAN, como señaló el secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg: “Una Europa fragmentada es mala para la seguridad de Europa y es malo para la OTAN”.

Los costos de la indecisión

Se teme que el veredicto del referéndum sea el resultado de una votación en contra de los inmigrantes; un voto en contra de Cameron -tan afectado por los Panama Papers; en contra de la entrada de los refugiados, o contra una Bruselas cada vez más autoritaria y burocrática.

Una nueva encuesta dada a conocer el 12 de abril por The Financial Times -basada en el resultado de un centenar de sondeos-, revela que el entusiasmo sobre el referéndum ya se asentó. 

El “Permanecer” (43 por ciento) tiene solo un punto de ventaja sobre el “Abandonar” (42 por ciento), y se mantuvo por semanas sin ninguna diferencia entre los “no sé” y los “no voy a votar”.

Con menos de dos meses para votar para quedarse o irse, alrededor de una cuarta parte de los votantes siguen indecisos (18 por ciento) o dicen que se abstienen (5 por ciento). Esto sugiere que todavía quedan suficientes votos en juego para propulsar una de las dos victorias – lo que sea que eso signifique.

De momento, si algo resulta particularmente evidente es que ninguna de las partes ha logrado despertar el interés suficiente para romper este punto muerto.

El ex jefe de YouGov -la empresa de sondeo más importante en Gran Bretaña-,  Peter Kellner, confirma que “la probabilidad del voto por abandonar Europa no es despreciable y puede progresar en los próximos meses” y en este sentido, la apuesta de David Cameron por permanecer está fallando.

Más preocupante para el Primer ministro -que ha hecho campaña sin descanso en todo el país para promover la permanencia en la UE-, es que está viendo su popularidad colapsarse. 

Una encuesta difundida este jueves por el Times, muestran al líder de la oposición laborista, Jeremy Corbyn, por delante de Cameron con varios puntos.

¿Se queda o se va?

Los expertos observan que el “Brexit” tiene una larga ventaja en la opinión pública. En primer lugar, porque su campaña en las redes sociales está mejor organizada y es mucho más eficaz que la del pro-Europa. 

En segundo lugar, los votantes para la salida se ven más motivados. Datos demográficos explican este desequilibrio de la siguiente manera:

El 73 por ciento de los menores de 30 años votaría para seguir en la UE. Mientras que el 63 por ciento de más de 60 años votaría para salir. 

“El problema” es que si bien lo jóvenes son la mayoría, los votantes de más edad son más propensos a acudir a las urnas (76 por ciento) que el resto (44 por ciento).

 

Si los británicos votan la salida

>No. 1: Ojo por ojo

Además de la grave amenaza a la economía del Reino Unido y a la economía mundial -como ya advirtió el FMI-, estos serían tres escenarios hipotéticos para el futuro de Gran Bretaña:

El Reino Unido recuperará el control de sus fronteras y podrá limitar la inmigración de todos los países y privar a estos ciudadanos de los beneficios sociales, incluidos los europeos.

Todos los ciudadanos europeos residiendo en el Reino Unido serán tratados como extranjeros y necesitarán un permiso de residencia y un permiso de trabajo. 

Pero con la misma dureza serán tratados todos los ciudadanos de la Gran Bretaña viviendo y trabajando en otros países de Europa, que van a responder con la aplicación de las mismas reglas a los ciudadanos del Reino Unido.

>No. 2: Ni tan ajenos a la inmigración

La salida de una unión aduanera y un mercado único, no se vería compensado por un nuevo acuerdo comercial con la UE. 

Un estudio realizado por el grupo Open Europe señala que “el país deberá mejorar solo y lejos de la UE. Solo, y a través de la liberalización del comercio y de la desregulación”. 

Para esto deberá abrir las fronteras a la competencia con países con bajos costos en mano de obra, lo que representaría una fuerte contradicción con la ferviente voluntad de los británicos por limitar la inmigración: el centro neurálgico del “Brexit”.

>No. 3: De regreso a los años “Imperiales”

El papel del Reino Unido en el escenario mundial se podría ver debilitado por la siguiente razón: es un punto de entrada estratégico para las grandes potencias, como Estados Unidos y China, en Europa.

Los presidentes Barack Obama y Xi Jinping ya se pronunciaron públicamente para que Londres reconsidere su salida en la UE. 

A esto se sumaría que Escocia podría organizar un nuevo referéndum para lograr su independencia, y en ese caso, a diferencia de la consulta del 2014, la independencia sí pasaría.

Polémica sobre el folleto pro-Europa

Esta semana, 27 millones de hogares británicos recibieron en su buzón de correo un folleto promocionando “los beneficios de una Gran Bretaña dentro de la Unión Europea.” 

Dieciséis páginas satinadas con fotos a todo color, que reproducían los argumentos de David Cameron sobre el referéndum: la protección del trabajo, la economía más fuerte, seguridad, los riesgo de salida …

La impresión y distribución de este folleto costó 9 millones de libras a los contribuyentes (11 millones de euros). Y más que ayudar a la adhesión de la causa, provocó la furia del Brexit, que se indignó de ver los fondos públicos utilizados para tal “propaganda sesgada” que solo beneficia al pro-europeísmo.

Una petición lanzada por una organización pro-Brexit ya reunió más de 200 mil firmas y cientos de militantes devolvieron el folleto enumerando las “mentiras” que se tejen desde las esferas del Downing Street.

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