Disputas fuera de la cancha

Mientras los asistentes de la Arena Corinthians vivían un ambiente de nerviosismo y emociones, en las calles de Brasil se disputaba otra batalla.

Aunque con una intensidad menor a la de meses previos y con menos complicaciones  de las esperadas, miles de manifestantes inundaron las vialidades de cuatro capitales brasileñas: Sao Paulo, Río de Janeiro, Porto Alegre y Belo Horizonte.

Indigo Staff Indigo Staff Publicado el
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Mientras los asistentes de la Arena Corinthians vivían un ambiente de nerviosismo y emociones, en las calles de Brasil se disputaba otra batalla.

Aunque con una intensidad menor a la de meses previos y con menos complicaciones  de las esperadas, miles de manifestantes inundaron las vialidades de cuatro capitales brasileñas: Sao Paulo, Río de Janeiro, Porto Alegre y Belo Horizonte.

Inconformes y policías protagonizaron un encontronazo en Sao Paulo, donde hubo al menos 12 personas heridas, de las que cinco eran periodistas extranjeros, como una reportera y una productora de CNN. 

Mientras que más de cuatro mil quejosos se congregaron en Sao Paulo, en Río de Janeiro más de mil personas bloquearon las principales calles, lo que causó caos vial.

En ambas ciudades, los policías rociaron gas lacrimógeno para disipar las protestas, además de lanzar balas de goma, gas pimienta y arrestar por la fuerza a decenas de personas.

Pese a la presencia de anarquistas en las marchas, organismos como Amnistía Internacional (AI) emitieron declaraciones en las que señalaban que los elementos de seguridad hicieron un uso “desproporcionado de la fuerza” para reprimir.

EFE reportó que en Porto Alegre hubo 500 manifestantes y en Belo Horizonte fueron 250. 

Sin embargo, los medios brasileños destacaron también que las ciudades comenzaron a tornarse cada vez más festivas y con menos protestas.

“Sí va a haber Copa”, publicó ayer la Folha de Sao Paulo en un editorial, “apoyar a la selección brasileña no significa ignorar los muchos problemas del país; el eventual éxito en la cancha no dice nada sobre los gobiernos”. 

Huelgas pacíficas

Previo al Mundial, la prensa extranjera alertó que huelgas de sindicatos del transporte público y aeropuertos podrían habcer afectado el torneo. 

Los empleados de los aeropuertos de Río de Janeiro suspendieron desde temprana hora el paro que habían anunciado, por falta de participación.

“La huelga de los trabajadores aéreos no causó trastornos en el Aeropuerto Internacional Tom Jobim  y en el Santos Dumont. Las terminales estaban llenas debido a la gran cantidad de vuelos matutinos del jueves”, reportó O Globo. 

Pese a que ya desistieron de hacer paros, policías federales y empleados del metro de Sao Paulo anunciaron que planean realizar protestas pacíficas.

Otra manifestación no violenta ocurrió en las cercanías de la Arena Corinthians, donde más de 3 mil familias del Movimiento de Trabajadores Sin Techo (MTST) realizaron un asentamiento con tiendas de plástico para exigir viviendas sociales al gobierno.

Abucheada, pero respaldada

A pesar de que no dieron un discurso inaugural, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, y el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, no se salvaron de los abucheos. 

Poco después de que ambos llegaran al estadio, los asistentes comenzaron a lanzar insultos contra ambos, además de recordar a los trabajadores muertos durante las construcciones.

“Hey, Dilma, vete a la mierda”, “Hey, FIFA, vete a la mierda”, exclamaron algunos aficionados, según el diario Estadao, aunque poco después las porras volvieron inaudibles a los insultos.

Antes de la inauguración, Rousseff ofreció un almuerzo a invitados como el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y los presidentes de Bolivia, Evo Morales; Ecuador, Rafael Correa; Paraguay, Horacio Cartes, y Uruguay, José Mujica.

Durante el desarrollo del torneo se espera a la canciller alemana Angela Merkel y al presidente ruso Vladimir Putin. 

Pero el más grande apoyo de Dilma fue la reunión de 30 minutos con su amiga la presidenta de Chile, Michelle Bachelet.

“Bachelet dijo a Dilma que la Copa no es de Brasil, sino de América Latina y que espera que Brasil no obstruya el camino chileno en los octavos de final”, informó O Globo.

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