Dina Boluarte, presidenta de Perú, elige octubre para elecciones generales

Ante la falta de respaldo del Congreso, la presidenta de Perú decidió que la próxima jornada electoral sea el segundo domingo de octubre; una postura con la que se espera puedan disminuir las protestas sociales
Fernanda Muñoz Fernanda Muñoz Publicado el
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La presidenta de Perú, Dina Boluarte, propuso una fecha para las próximas elecciones generales: el segundo domingo de octubre de este año.

La decisión de la jefa del Ejecutivo se concretó luego de que en el Congreso no se llegara a ninguna resolución favorable, aun cuando los legisladores se dieron cita en el Pleno en diferentes ocasiones.

La última sesión en la que las y los congresistas discutieron el adelanto de las elecciones fue el pasado 3 de febrero, cuando con 75 votos en contra rechazaron el proyecto de reforma constitucional para adelantar la jornada presidencial. Minutos después, 78 legisladores desaprobaron reconsiderar otra votación referente al tema.

De ese modo, la exvicepresidenta se vio en la obligación de elegir la fecha para reunir a los electores y asimismo concretar su último día al mando de su país.

De acuerdo con su proyecto de ley, el cual fue aprobado por el Congreso de Ministros virtual de manera inmediata, Dina Boluarte tendrá hasta el próximo 31 de diciembre para gobernar a los peruanos, mientras que los congresistas ocuparán sus curules hasta el 29 del mismo mes.

El día de las elecciones, la población elegirá a su presidente, vicepresidente y congresistas, quienes tomarán su cargo los mismos días en los que sus antecesores los abandonen, y terminarán sus mandatos el 28 de julio de 2028, en el caso del próximo mandatario y vicepresidente; y el 26 los legisladores.

En entrevista, el doctor Fernando Neira, investigador del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe (CIALC) de la UNAM, opina que la decisión de la presidenta Boluarte para adelantar las elecciones no representa otra cosa sino un choque de intereses.

Desde su perspectiva, las y los congresistas no aprobaron el adelanto de las elecciones como pedía la presidenta debido a que si lo hacían corrían el riesgo de dar por terminado su periodo en el Legislativo de manera apresurada. Boluarte, por su parte, deseaba que con la confirmación del adelanto de la jornada general las manifestaciones fueran a la baja.

“Ese choque de intereses no permitía que hubiera una salida en el corto plazo, lo cual llevaba a consecuencias sociales y económicas (…) Estábamos ante un enfrentamiento de poderes que se sumaba al conflicto entre militares y ciudadanos”, dice el especialista, en referencia las protestas que comenzaron en diciembre pasado debido a la detención del expresidente Pedro Castillo por buscar diluir el Congreso y a la toma de posesión de la ahora jefa de Estado.

Las consecuencias humanas y turísticas

A diferencia de los integrantes del Congreso, la presidenta de Perú eligió la fecha de las próximas elecciones generales con el propósito fundamental de que la población abandone las calles.

Desde que comenzaron las protestas el pasado 7 de diciembre, más de 60 personas han perdido la vida debido a la crisis social; cifra que podría ir en aumento con el paso de los días en caso de que las manifestaciones no se detengan.

De igual manera, van contabilizados 57 heridos, así como 22 personas detenidas por actos violentos, quienes han recibido asesoramiento legal y el monitoreo de Walter Martínez, director general de la Defensa Pública de Perú.

De acuerdo con medios locales, las manifestaciones también han provocado el bloqueo de vías en al menos 22 provincias, entre ellas Lima, San Román y Azángaro.

Por otro lado, Richard Velásquez, presidente de la Asociación Peruana de Empresas de Turismo, declaró que las protestas han provocado la pérdida diaria de 10 millones de soles tan sólo en la ciudad de Cusco, donde salen perjudicados más de 40 mil personas que dependían del turismo previo a las protestas.

A nivel nacional, la crisis social ha generado una pérdida de 52 millones de soles a las empresas dedicadas al turismo, según el último informe publicado por Luis Fernando Helguero González, ministro de Comercio Exterior y Turismo de Perú.

Ante esa situación, el doctor del CIALC, Fernando Neira, asegura que la presidenta entendió que la única vía para lograr pacificar al país era adelantando las elecciones lo más pronto posible y no hasta 2024 como inicialmente se tenía previsto.

“Indudablemente Boluarte entendió que esta era una salida que se tenía que dar para calmar los ánimos, sobre todo porque la población peruana ya no iba a aguantar esta situación por más tiempo”, detalla el investigador.

Para el doctor Neira, lo mejor que pueden hacer los países de la región con respecto a la situación de Perú es analizarla para preservar sus canales democráticos y sólo así se respeten las decisiones que más favorezcan a sus pueblos.

“Esta es una enseñanza en todos los sentidos, sobre todo porque nadie, ni los políticos, deben estar por encima de la gente”, opina.

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