Mientras muchos en Estados Unidos celebran hoy el Día de la Independencia, algunas minorías tienen sentimientos encontrados sobre los festejos con desfiles y fuegos artificiales en medio de una atmósfera de tensión.
Negros, hispanos y activistas dicen que lo transcurrido tras la elección presidencial del 2016, recientes absoluciones de policías por balear a hombres negros y el incremento en las detenciones de inmigrantes y refugiados para deportación les hacen cuestionar la igualdad y la promesa de vida, libertad y la búsqueda de felicidad en la Declaración de Independencia.
La inmigración fue un tema clave en la campaña presidencial para ambos partidos. Desde entonces, el gobierno de Donald Trump ha redoblado la implementación de leyes en esta materia e instituido una prohibición parcial de viajes que limita la entrada a Estados Unidos de ciudadanos de países musulmanes.
El viernes, el gobierno anunció que el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas arrestará a personas, incluyendo familiares que contraten a contrabandistas para traer a niños ilegalmente a Estados Unidos.
Patricia Montes, una inmigrante hondureña dice que se siente agradecida por las oportunidades y la seguridad que le ha dado Estados Unidos. Pero este año no sabe cómo va a conmemorar el 4 de julio.
Aumenta aprecio por migrantes
Más estadunidenses creen que los inmigrantes ayudan a la economía que aquellos que consideran que la perjudican, lo que representa un cambio histórico de las actitudes de la población del país, de acuerdo con un sondeo de Gallup.
A más de cinco meses del inicio de la presidencia de Donald Trump, un 49 por ciento de los estadounidenses cree que los inmigrantes ayudan a la economía, al ofrecer mano de obra de bajo costo, comparado con un 40 por ciento que los considera perjudiciales, porque empujan los salarios a la baja.
“Se trata de una reversión casi total de la última vez que Gallup hizo la pregunta en 2005, cuando un mayor número de estadounidenses (49 por ciento) pensaba que los inmigrantes afectaban a la economía más que la ayudaban (42 por ciento”, indicó la encuestadora.
Más aún, 72 por ciento de la población estadunidense reconoce incluso que aceptan trabajos que las personas nacidas en el país simplemente no quieren.