Después de los incendios que quemaron cinco zonas de Grecia, el país Mediterráneo ahora sufre inundaciones graves. El gobernador regional Giorgos Karamero aseguró que aunque fueron lluvias torrenciales las presentadas en gran parte del país, no fue registrada ninguna persona sin vida.
Mientas que el fuego dejó 80 muertos, en su mayoría encontrados al noreste y al oeste de Atenas, así como autos, árboles y casas negras debido a las flamas que pasaron por ellos, las lluvias dejaron las calles cubiertas de lodo al norte de la capital, en Maroussi, Kifissia y Halandri.
A través de imágenes difundidas, se reflejó el estado de los automóviles, algunos inundados y en algunos casos encimados en banquetas. Tras la lluvia, vecinos intentaron liberar los autos de la maleza y basura.
El Servicio Meteorológico Nacional reportó que aún se esperan lluvias y tormentas eléctricas en regiones al norte y sur de Grecia, entre ellas en Ática y en Salónica.
A pesar de los suelos inundados, los bomberos, el ejército y protección civil aseguraron que continuarían con las labores de búsqueda de víctimas tras los incendios, sobre todo en las localidades de Mati y de Kokkino Limanaki, en la ciudad de Rafina, a 40 kilómetros de Atenas.