La agitada temporada de elecciones estadounidense ha provocado que cada vez más personas busquen refugio espiritual en el yoga y la meditación.
De acuerdo a instructores de la disciplina, de las personas que se inscriben a las sesiones ha habido un porcentaje mayor de gente que se mantiene dentro del programa a diferencia de otros años.
El yoga y la meditación se rigen bajo creencias de que a través de estas prácticas se puede contribuir a un mejoramiento energético en el mundo, así que quienes lo practican también están llevando a cabo una especie de resistencia.
Kristin McGee, un conocido instructor dice: “La idea del yoga es unir y crear comunidad… La gente está tratando de encontrar formas para estar juntos y sentirse conectados”, ya que en las elecciones pasadas surgió un ambiente de mucho enojo.
Un estudio que realizaron el Yoga Yournal y la Yoga Aliiance reveló que el número de practicantes en Estados Unidos aumentó 16 millones desde el 2012 al 2016. Aproximadamente el 72% de ellos son mujeres.
El instructor David Romanelli y el director de la app Stop, Breathe & Think, Julie Campistron, reportan que en sus respectivos grupos de practicantes, el número de gente que abandona las sesiones disminuyó después de las elecciones. Normalmente, después de la época de inicio de año en la que muchas personas se proponen acudir al yoga o al gimnasio, en unas semanas o meses lo abandonan.
En la app de Campistron se reflejó que en los días siguientes a que Trump fuera electo presidente de los Estados Unidos los usuarios describían su estado de ánimo como: decepcionado, impotente y pesimistas siendo el estado emocional más bajo en la historia de la aplicación.
Los índices de estrés en los estadounidenses también han aumentado, en mayo de acuerdo a la Asociación Psicológica Americana el 26 por ciento de los trabajadores se sentían estresados por las discusiones sobre política en el trabajo. En enero la asociación concluyó que éste es el primer aumento significativo en 10 años ya que desde 2007 los índices de estrés habían estado a la baja.
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La instructora Hari-kirtana Das dijo que los estudios de yoga se han convertido en guardias de trauma emocional, y que la gente “está necesitada de encontrar un espacio tranquilo para ellos mismos para sentirse protegidos de la atmósfera que ha creado la actual administración”.
Además de ser un espacio para la introspección, el autocontrol y la respiración, a través de los grupos de yoga la gente ha empezado a tornarse más participativa en asuntos políticos, por ejemplo haciendo eventos para fondear causas como la paternidad planeada.
A través de las técnicas de meditación y yoga se puede contribuir a combatir el racismo y las injusticias sociales. Sean Hoess, director de Wanderlust, un festival de yoga y meditación, dice que la gente está tratando de encontrar algo que les permita tener fe en que la gente es buena.
Con información de USA Today.