Como salido de una ficción: un hombre que viajaría en el vuelo que se desplomó en Brasil no pudo abordar porque perdió la noción del tiempo mientras se tomaba un café. Este afortunado retraso le salvó la vida.
Adriano Assis es un hombre que compró su boleto para viajar en el vuelo 2Z2283 de la aerolínea VeoPass. Se trata del mismo que se estrelló este viernes cerca de Sao Paulo, lo que provocó la muerte de 61 personas, sin sobrevivientes.
Como en destino final: un café le salvó la vida
Assis, quien es residente de Río de Janeiro, llegó al aeropuerto para viajar en el avión que se desplomó. Sin embargo, se confundió con respecto a la hora de abordar y decidió tomar un café mientras esperaba. Cuando finalmente tomó rumbo al abordaje, un empleado le dijo que ya no sería posible que subiera al vuelo.
“Me quedé tomando mi café y no me di cuenta de la hora. Cuando llegué a la puerta, ya no me dejaron subir al avión. Discutí con el empleado, pero él simplemente hizo su trabajo y no me permitió entrar. Esa decisión me salvó la vida”, contó Assis para la prensa.
#SaoPaulo | Adriano Assis pudo ser uno de los muertos del avión la aerolínea Voepass que se estrelló en unas casas de Sao Paulo, Brasil, pero se le pegó la cobija y perdió el vuelo.
“Me quedé arriba, tomé mi café, esperé, el micrófono no decía nada, los paneles tampoco decían… pic.twitter.com/D2u0o6kOxa
— Noticias Reales (@NoticiasRSV) August 10, 2024
“Aún no puedo creer lo que ocurrió. Es difícil asimilar que, de no haber sido por un café, hoy no estaría aquí”, agregó el hombre.
Siete médicos se salvan tras cambiar su vuelo de último momento
En sintonía con la historia de Assis, siete oncólogos sobrevivieron al siniestro, según declaraciones proporcionadas por Eduardo Baptistella, integrante del Consejo Médico Regional.
Baptistella detalló que estaba programado que 15 médicos especialistas en cáncer tomaran el vuelo que terminó por desplomarse. Sin embargo, siete de ellos tomaron otro avión debido a una decisión de último momento. Este hecho, sin saberlo, habría salvado sus vidas, dado que el avión siniestrado no tuvo ningún sobreviviente. Ocho de los oncólogos que sí viajaron en ese avión murieron.