Decepción castiga a Obama

Lejos quedó el triunfalismo del 2008, cuando millones de estadounidenses celebraron con furor la victoria del presidente demócrata Barack Obama.

Los latinos, los jóvenes, los negros y las mujeres, grupos vulnerables que lo llevaron a la victoria, ahora están decepcionados del mandatario, lo que podría significar una derrota de los demócratas en las elecciones de medio término, que se realizan hoy.

Pedro Pablo Cortés Pedro Pablo Cortés Publicado el
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55%
de los 2.2 millones de anuncios de ambos partidos fue ‘negativo’
"Es fácil culpar al hombre a la cabeza y en las elecciones de medio término Barack Obama parece destinado a ser el principal chivo expiatorio de los votantes estadounidenses insatisfechos con los problemas de su país"
The Guardian
Para los demócratas sólo queda una esperanza: que las minorías sociales acudan a las urnas para evitar que los republicanos impongan leyes que los perjudiquen o discriminen
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Lejos quedó el triunfalismo del 2008, cuando millones de estadounidenses celebraron con furor la victoria del presidente demócrata Barack Obama.

Los latinos, los jóvenes, los negros y las mujeres, grupos vulnerables que lo llevaron a la victoria, ahora están decepcionados del mandatario, lo que podría significar una derrota de los demócratas en las elecciones de medio término, que se realizan hoy.

The Upshot, el sitio de análisis político de The New York Times, estima que los republicanos tienen un 70 por ciento de probabilidad de ganar la mayoría del Senado, que por ahora está controlado por los demócratas.

Por otra parte, la prensa estadounidense da casi por sentado que los republicanos se quedarán con la mayoría de la Casa de Representantes,  la cámara baja de Estados Unidos (EU).

Los analistas adjudican este fenómeno a los bajos niveles de popularidad de Barack Obama, que cuenta con un nivel de aprobación de apenas 42 por ciento, según Gallup. 

El presidente está afrontando obstáculos que merman su gestión, como el terror causado por el Estado Islámico (ISIS), la paranoia que provoca el virus del ébola, la ansiedad económica y las reformas que están frenadas en el Congreso. 

Para los demócratas sólo queda una esperanza: que las minorías sociales acudan a las urnas para evitar que los republicanos impongan leyes que los perjudiquen o discriminen.

El perfil ‘antidemócrata’ del votante

Uno de los factores más sobresalientes de estas elecciones de medio término es la apatía generalizada de los ciudadanos estadounidenses. 

 “Mientras que, en las elecciones presidenciales la participación ronda el 60 por ciento, en las llamadas ‘midterms’, las elecciones de medio mandato, es inferior al 40 por ciento”, apuntó ayer El País. 

También ha sido una de las campañas más negativas de la historia, según el diario El Mundo, que reporta de los 2.2 millones de anuncios de televisivos que hubo entre ambos partidos, 55 por ciento tenían un mensaje negativo.

Las agencias de investigación encuentran que aquellos que se abstendrán de votar son los grupos sociales que apoyaron a Obama en su carrera presidencial.

El Pew Research Center calcula que 20 por ciento de los electores que podrían acudir a las urnas son “firmes conservadores” y 18 por ciento son “conservadores empresariales”, ambos grupos con tendencia favorable a los republicanos.

Mientras tanto, 22 por ciento del posible electorado son “sólidos liberales”, que suelen votar por los demócratas.

Ante estas cifras, los candidatos demócratas se han alejado de la imagen de Obama y han hecho campaña con personajes más populares: el expresidente Bill Clinton, la exsecretaria de Estado Hillary Clinton y hasta la primera dama, Michelle Obama. 

Además, sus mensajes se han enfocado en defender los derechos de los afroamericanos, las mujeres y los latinos. 

Leyes en peligro

“Los demócratas quieren mantener el control del Senado, así que su mejor discurso de terror es que si los republicanos ganan las cosas en Washington de repente empeorarán”, escribió ayer Rachel Maddow en The Washington Post.

 Los especialistas consideran que temas como los derechos reproductivos de las mujeres, leyes de equidad de género en el campo laboral, el salario mínimo y la reforma de salud del “Obamacare” están en riesgo si los republicanos vencen.

“Si, como sugieren las encuestas, los republicanos tienen una buena noche este martes, no significará mucho para la actual legislación en el corto plazo”, publicó ayer MSNBC, “dado que Obama tiene el poder de veto por dos años más.

“Pero sí podría tener un fuerte impacto en las cortes federales, cuyos jueces son confirmados por el Senado”.

Lo irónico es que el Congreso es menos popular que el presidente, pues 80 por ciento de los estadounidenses desaprueban al poder legislativo, según Real Clear Politics.

Pero, como señala un editorial de The Guardian, es más fácil acusar a la Casa Blanca.

“Es fácil culpar al hombre a la cabeza y en las elecciones de medio término Barack Obama parece destinado a ser el principal chivo expiatorio de los votantes estadounidenses insatisfechos con los problemas de su país”. 

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