Para Harris, el primer encuentro ante Trump le da la oportunidad de mantener el impulso que su candidatura tuvo en un inicio. Foto: Especial

Debate presidencial: la última oportunidad de Kamala Harris contra Trump

La candidata demócrata enfrenta el primer encuentro con el magnate republicano con una ventaja en las encuestas pero sin la suficiente superioridad para asegurar las elecciones de noviembre

A dos meses de las elecciones presidenciales en Estados Unidos del 5 de noviembre, los electores estadounidenses vuelcan su atención al primer, y probablemente último debate, entre Donald Trump y Kamala Harris.

Con los equipos de campaña de ambos contendientes con reservas acerca de un segundo debate, el encuentro de hoy se perfila como el punto de partida para los votantes indecisos que esperan escuchar y comparar ambas propuestas.

Tras el anuncio de la candidatura de Harris, Trump y su equipo de campaña han tenido problemas para mantener el control de la narrativa política, y el magnate pasó de estar a la cabeza de la carrera presidencial a tratar de alcanzar a la vicepresidenta en intención de voto.

Para Harris, el primer encuentro ante Trump le da la oportunidad de mantener el impulso que su candidatura tuvo en un inicio y calmar las críticas recibidas en las últimas semanas por su falta de apariciones públicas.

La estrategia de los candidatos para ganar la Casa Blanca

A pesar del entusiasmo que la vicepresidenta generó en los votantes demócratas y la campaña que junto a su compañero de fórmula, Tim Walz, han enfocado a los estados bisagra, las entidades clave del mapa electoral continúan al alcance del republicano.

Tras el fin de la campaña de Robert F. Kennedy y el inmediato respaldo que el exdemócrata brindó a Trump, los 3.7 puntos porcentuales de ventaja que Harris llevaba sobre el republicano se han reducido a tan solo 2.8, de acuerdo con la agregadora Project fivethirtyeight; sin embargo, los escasos tres puntos que el candidato independiente comandaba han sido suficientes para empatar la contienda en Pennsylvania, Nevada y Arizona.

Si bien en los estados que se juegan al norte del país la reactivación industrial y los incentivos de la transición verde son las principales preocupaciones de los votantes, en todo el país la economía es la mayor inquietud, de acuerdo al PEW Research Center.

A pesar de una economía robusta, con buenas cifras macroeconómicas, la administración Biden-Harris no ha logrado transmitir la sensación de confianza a los votantes y la mayoría de ellos, un 55 por ciento de acuerdo con el PEW Research Center, confía más en Trump para tomar buenas decisiones económicas.

Para contrarrestar esta percepción, muchos esperaban que Harris utilizara la Convención Nacional Demócrata para comunicar políticas claras que la llevaran a convencer a los estadounidenses; sin embargo, la vicepresidenta y su partido utilizaron los pisos del United Center de Chicago para mandar un mensaje optimista que la enmarca como la esperanza de las tradiciones democráticas del país sin atender las medidas concretas que se demandan de ella.

Si bien Harris ha sido poco concreta en cuanto a las medidas que su administración pudiera llevar y su plataforma es una continuación del gobierno del presidente Joe Biden, el expresidente Trump también ha tenido problemas para articular una plataforma de gobierno consistente. En una intervención de un foro económico, el republicano no logró formular una respuesta clara sobre el cuidado infantil, y en su discurso reiteró su intención de imponer aranceles a sus aliados comerciales.

Se necesita una oferta política en Estados Unidos

En opinión del internacionalista Gustavo Ramírez Paredes, profesor del Centro de Relaciones Internacionales de la UNAM, la mejor estrategia para que ambos candidatos apelen a los estados bisagra es una oferta de política económica que logre remediar la percepción que los estadounidenses tienen de su economía.

“El tema económico es en gran parte el reclamo que los votantes pueden hacerle al gobierno de Biden, pues si bien hay una recuperación post pandemia, la inflación sigue siendo importante y los votantes suelen participar más cuando las elecciones los afectan al bolsillo. Aunque Trump presente una propuesta de miedo, en la que él es el único que puede controlar la frontera y, como ha declarado, el único capaz de prevenir una tercera guerra mundial, también tendrá que formular una promesa de retomar un mejor desempeño en la economía y la oferta a las grandes empresas de reducir los impuestos”, apunta el académico.

La renuncia de Robert F. Kennedy a su aspiración presidencial redujo la ventaja de Kamala Harris en la mayoría de los estados bisagra. Foto: Especial

Para el republicano, el cambio en la oferta del Partido Demócrata representó pérdidas importantes en sus positivos ante el electorado. Los votantes ven en Harris una mejor modelo a seguir y una persona más honesta. Sumando a los negativos de Trump la edad del magnate, ha costado que solo la mitad de los estadounidenses asocie la agudeza mental con él.

Ante este panorama, el profesor Ramírez Paredes considera que para Trump el debate puede costarle la elección.

Trump viene cuesta abajo y él y sus asesores tendrán que pensar cómo recuperar sus índices de popularidad, por lo que tendrá que ser muy cuidadoso para no parecer un líder intransigente, como lo fue en sus encuentros con Hillary Clinton. Él está centrado en su mensaje efectista, como especialista en medios de comunicación, pero si él perdiera el debate sería difícil retomar la estrategia”, señala el especialista.

En una elección tan cerrada, tanto Harris como Trump apuestan mucho en la noche del debate, como Harris, que tiene el espacio para aclarar las dudas que su campaña ha dejado en el aire.

“El debate podría ser definitorio para Harris. Ella tendrá que tener una victoria contundente, con argumentos claros, una oferta política atractiva, centrada en el mejoramiento del nivel de vida de la clase media; igualmente proponer su política a favor del aborto y las libertades, sin que sea el centro de su oferta porque puede ahuyentar a los votantes moderados. Harris está preparada para el debate y tendrá que contestar de manera contundente a Trump al mismo tiempo que plantea una propuesta atractiva. Esta podría ser la última oportunidad para ella porque el público está muy atento en su desempeño y el poder de convencimiento de lo que se dirá por la noche”, finaliza el académico.

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