De las lágrimas al enojo

En una de sus últimas apariciones al mando de la Secretaría de Estado, Hillary Clinton acudió al Congreso de Estados Unidos para dar la cara por el atentado terrorista en Libia.

La exprimera dama pasó de estar al borde del llanto, cuando mencionó a las familias de las víctimas, a alzar fuertemente la voz después de que el senador republicano Ron Johnson le reclamara ciertos detalles del reporte que el departamento en ese entonces.

Jorge Mireles Jorge Mireles Publicado el
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El testimonio de la exprimera dama estaba agendado para mediados de diciembre del año pasado, pero tuvo que aplazarse por complicaciones de su salud

En una de sus últimas apariciones al mando de la Secretaría de Estado, Hillary Clinton acudió al Congreso de Estados Unidos para dar la cara por el atentado terrorista en Libia.

La exprimera dama pasó de estar al borde del llanto, cuando mencionó a las familias de las víctimas, a alzar fuertemente la voz después de que el senador republicano Ron Johnson le reclamara ciertos detalles del reporte que el departamento en ese entonces.

Primero, se le quebró la voz cuando recordó que “estuvo al lado del presidente Obama cuando los marines bajaron del avión los ataúdes con cubiertos con la bandera nacional en la base militar en Andrews”.

“Yo puse mis brazos alrededor de las madres y los padres, las hermanas y hermanos, hijos e hijas y las esposas que se quedaron solas para criar a sus hijos”.

“Ha sido uno de los honores más grandes en mi vida liderar a los hombres y mujeres que trabajan en el Departamento de Estado”, agregó

Posteriormente, el legislador de la Cámara alta Johnson cuestionó que inicialmente su departamento dijera que el ataque al consulado en Bengasi fue producto de protestas que se salieron de control.

“¿No cree que una simple llamada a las personas evacuadas hubiera determinado qué pasó que no era una protesta? 

“Ese era un pedazo de información que se pudo haber obtenido en horas y no en días”, dijo el republicano.

La secretaria de Estado explotó y contestó enfurecida: “Con todo respeto, tenemos cuatro norteamericanos muertos. ¿Que si fue por una protesta o porque unos tipos una noche dando una caminata decidieron ir a matar algunos estadounidenses? 

“¿Qué diferencia tiene a estas alturas? Es nuestro trabajo investigar qué pasó y hacer todo lo posible para que no vuelva a suceder otra vez”.

Hillary Clinton asumió la culpa del tropiezo que muy probablemente le costó ser la próxima secretaria de Estado a la embajadora de Estados Unidos en Naciones Unidas, Susan Rice.

“Como he dicho muchas veces desde el 11 de septiembre, asumo toda la responsabilidad y nadie está más comprometida que yo con aprender de las lecciones de este ataque”, dijo la exsenadora por el estado de Nueva York.

El 11 de septiembre del año pasado, un ataque se suscitó en el Consulado norteamericano en la ciudad libia de Bengasi. 

En él se encontraba el embajador Christopher Stevens, quien fue una de las cuatro víctimas mortales que dejó el trágico evento.

Horas después de que se hizo público, las primeras informaciones apuntaban a que una manifestación generada por el filme “La Inocencia de los Musulmanes”, el cual se mofaba de la religión islámica y del profeta Mahoma, se había salido de control.

No obstante, cinco días después, Rice dio a conocer por primera vez que se trataba realmente de un ataque terrorista perpetrado por extremistas islámicos en Libia.

Se sabe de manera tácita que tal tropiezo fue determinante para que se eligiera al excandidato a la presidencia John Kerry como suplente de Clinton en la Secretaría de Estado y no a la embajadora en la ONU.

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