De ‘Gitmo’ al altar

La hospitalidad uruguaya hacia seis exprisioneros de la cárcel estadounidense en Guantánamo, Cuba, está rindiendo frutos. 

Después de haber pasado  13 años de detención sin haber sido nunca juzgados, un tunecino y un sirio iniciarán una familia en Uruguay. 

Abdul bin Mohamed y Abd Hadi Omar Mahmoud Faraj contraerán matrimonio con dos uruguayas, a cinco meses de haber pisado Montevideo. 

Así lo informó a The Associated Press el imán Samir Selim, director del Centro Islámico Egipcio de Cultura, donde se realizará la ceremonia nupcial.

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El representante legal de los refugiados indicó que sus clientes realizaron el trámite legal para contraer matrimonio civil

La hospitalidad uruguaya hacia seis exprisioneros de la cárcel estadounidense en Guantánamo, Cuba, está rindiendo frutos. 

Después de haber pasado  13 años de detención sin haber sido nunca juzgados, un tunecino y un sirio iniciarán una familia en Uruguay. 

Abdul bin Mohamed y Abd Hadi Omar Mahmoud Faraj contraerán matrimonio con dos uruguayas, a cinco meses de haber pisado Montevideo. 

Así lo informó a The Associated Press el imán Samir Selim, director del Centro Islámico Egipcio de Cultura, donde se realizará la ceremonia nupcial.

Selim indicó que se casarán con dos mujeres convertidas al islam que frecuentan el Centro Islámico Egipcio, dependiente de la embajada de ese país en Uruguay, donde una vez a la semana se realizan oficios religiosos.

El abogado Mauricio Pígola, representante legal de los refugiados, indicó que sus clientes realizaron el trámite legal para contraer matrimonio civil.

“Ellos son residentes y pueden contraer matrimonio como cualquier otro residente en Uruguay. No influye para nada su condición de refugiados”, dijo Pígola.

Selim los casará también en una ceremonia religiosa islámica. “Esto es bueno. Es bonito”, dijo respecto de la boda. “Ellos quieren vivir aquí en Uruguay. Quieren trabajar y vivir como cualquier hombre y parte de eso es casarse”, agregó.

Los refugiados -cuatro sirios, un tunecino y un palestino- llegaron a Uruguay en diciembre de 2014, en un gesto que el entonces presidente José Mujica definió como un acto de humanismo.

Manutención asegurada

Cinco de los seis refugiados firmaron hace dos semanas un convenio para reinsertarse en el país y desarmaron el campamento de protesta que durante 25 días habían montado frente a la embajada de Estados Unidos.

Los asilados protestaban porque querían acceder a una vivienda individual, ya que todos compartían el mismo techo.

Ahora, según el trato, los refugiados recibirán unos 560 dólares por mes provenientes de la cancillería uruguaya, una cifra que se incrementará de acuerdo con la cantidad de familiares que se radiquen en el futuro con ellos. 

Además, durante un año como mínimo y dos como máximo, el gobierno arrendará una vivienda para cada uno.

Desde 2002 Estados Unidos ha recluido en la cárcel de Guantánamo a supuestos implicados en el terrorismo internacional que nunca fueron juzgados. (Fuente: AP)

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