De gira histórica

En una gira histórica, Barack Obama se convirtió el lunes en el primer mandatario de Estados unidos que visita Myanmar y Camboya, dos países asiáticos con historias turbulentas, una en proceso de reivindicación y la otra como persistente causa de preocupación.

El viaje relámpago de Obama ilustra claramente los caminos distintos que ambos vecinos regionales han emprendido para superar sus respectivos legados de violencia, pobreza y represión.

En una gira histórica, Barack Obama se convirtió el lunes en el primer mandatario de Estados unidos que visita Myanmar y Camboya, dos países asiáticos con historias turbulentas, una en proceso de reivindicación y la otra como persistente causa de preocupación.

El viaje relámpago de Obama ilustra claramente los caminos distintos que ambos vecinos regionales han emprendido para superar sus respectivos legados de violencia, pobreza y represión.

Ovacionado por multitudes que ondeaban banderas, Obama tendió a Myanmar una “mano de amistad” en momentos en que el país, aislado durante mucho tiempo, adopta con rapidez reformas democráticas. Horas después, Obama llegó a Camboya con pocas fanfarrias y censuró al gobernante local en el tema de los derechos humanos durante una tensa reunión entre ambos.

Obama fue uno de los primeros en apoyar la súbita transformación de Myanmar en un régimen civil tras medio siglo de dictadura militar. Obama recompensó al país, también conocido como Birmania, con una reducción de las sanciones económicas, un aumento de las inversiones estadounidenses y ahora con una visita presidencial, en parte para mostrar a otras naciones los beneficios de emprender reformas similares.

“Ustedes han emprendido una travesía que tiene el potencial de inspirar a muchísimas personas”, dijo Obama en su discurso en la Universidad de Rangún de Myanmar.

Funcionarios de la Casa Blanca dijeron que Obama ratificó a Myanmar, otrora un Estado Paria, como una nación de referencia durante la entrevista que sostuvo el lunes en la noche en privado con el primer ministro Hun Sen, el gobernante autocrático de Camboya y quien ha permanecido casi 30 años en el poder. Los rivales de Hun Sen han terminado algunas veces en prisión y otras en el exilio.

En contraste con las reuniones de Obama con el presidente de Myanmar, Thein Sein, y la defensora de la democracia y líder de la oposición Aung Sun Suu Kyi, el mandatario estadounidense y el gobernante de Camboya no hicieron declaraciones a la prensa al término de su entrevista directa.

Antes de su reunión, ambos posaron brevemente para las cámaras; se saludaron de mano rápidamente y con poca calidez.

En privado, dijeron las autoridades de Estados Unidos, Obama apremió a Hun Sen a que deje en libertad a los prisioneros políticos, frene las confiscaciones de tierra y efectúe elecciones justas y libres.

Colaboradores advirtieron que la reunión fue tensa y el gobernante camboyano defendió sus prácticas, aun cuando se pronunció por la profundización de las relaciones con Estados Unidos.

Ben Rhodes, asesor adjunto de seguridad nacional de Obama, dijo que el presidente manifestó a Hun Sen que sin reformas, la situación sobre derechos humanos en Camboya persistirá como “un impedimento” para ese propósito.

 (Fuente: AP)

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