Culpable de estafa
Su producto fraudulento llegó a ser conocido en México como la “ouija del diablo”, pues convertía personas inocentes en traficantes de drogas con solo lanzar un resultado positivo.
Se trata de James McCormick, el hombre de negocios británico que hizo una fortuna vendiendo un supuesto detector de bombas, drogas y hasta marfil, a 40 mil dólares la pieza.
Lo que realmente comerció McCormick era un simple dispositivo que encontraba pelotas de golf con un costo que no sobrepasa los 20 dólares.
Jorge MirelesSu producto fraudulento llegó a ser conocido en México como la “ouija del diablo”, pues convertía personas inocentes en traficantes de drogas con solo lanzar un resultado positivo.
Se trata de James McCormick, el hombre de negocios británico que hizo una fortuna vendiendo un supuesto detector de bombas, drogas y hasta marfil, a 40 mil dólares la pieza.
Lo que realmente comerció McCormick era un simple dispositivo que encontraba pelotas de golf con un costo que no sobrepasa los 20 dólares.
Pero su engaño no solo envió a civiles libres de culpa a prisión, ya que en países como Irak se utilizaba para encontrar explosivos.
Una de las víctimas de una bomba que el GT-200 (uno de los nombres con los que se conoce al supuesto detector molecular) dijo a la cadena británica BBC que el enjuiciado millonario era un “hombre con una moral en bancarrota”.
Ayer, un jurado de la Corte Criminal Central de Inglaterra y Gales lo encontró culpable de fraude por la venta más de 80 millones de dólares de dichos aparatos.
McCormick podría pasar hasta ocho años en prisión cuando se conozca la sentencia el próximo mes, informó el diario The Guardian.
Entre los países que llegaron a comprar la “ouija del diablo” están Níger, en África; México en América Latina; y Siria, Líbano e Irak en Medio Oriente.
Además de una agencia de las Naciones Unidas también era cliente de Global Technical Ltd, la empresa que manufacturaba el GT-200.