Crónicas de un naufragio

Vito Fiorino se encontraba pescando en el Mar Mediterráneo cuando sintió que se transportaba a plena escena final del Titanic. 

Lampedusa, una isla situada entre África e Italia, fue escenario para el trágico naufragio que cobró la vida de más de 230 inmigrantes. 

La embarcación de 20 metros llevaba ciudadanos de Ghana, Somalia y Eritrea.

“(Los buzos) retiraron un muro de personas (fallecidas), los cuerpos estaban muy enredados unos con otros, es indescriptible. Estaban tan amontonados que era difícil retirarlos”, afirmó el capitán de la Armada Paolo Trucco.

Andrea B. Assunto Andrea B. Assunto Publicado el
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El papa Francisco denunció como “salvaje” el sistema que obliga a las personas a dejar su hogar en la búsqueda de una vida mejor

Vito Fiorino se encontraba pescando en el Mar Mediterráneo cuando sintió que se transportaba a plena escena final del Titanic. 

Lampedusa, una isla situada entre África e Italia, fue escenario para el trágico naufragio que cobró la vida de más de 230 inmigrantes. 

La embarcación de 20 metros llevaba ciudadanos de Ghana, Somalia y Eritrea.

“(Los buzos) retiraron un muro de personas (fallecidas), los cuerpos estaban muy enredados unos con otros, es indescriptible. Estaban tan amontonados que era difícil retirarlos”, afirmó el capitán de la Armada Paolo Trucco.

Los sobrevivientes 

El terror empezó cuando el capitán prendió en fuego una camiseta, la tripulación comenzó a trasladarse al mismo lado lo que ocasionó que el barco se desequilibrara y muchos cayeran al fondo del mar. 

 “Tuve que nadar cinco horas antes de que llegaran los socorros. Mi familia y muchos amigos se encontraban en el barco. No puedo hablar de esto, es demasiado doloroso”, asegura Alí, inmigrante que pagó mil euros por ingresar a la embarcación que los llevaría a Italia.

“Soy diabético, lo que me hace el viaje más peligroso. Cuando salíamos de Libia, tuve que caminar con el agua hasta la barbilla, sujetando con los dientes la bolsa con mis medicinas. Resultaba terrible pensar que corría el riesgo de perderlo todo”, cuenta Mohammed, un sirio de 53 años. 

Esta no fue la excepción. Decenas de miles de inmigrantes de África y Oriente Medio intentan surcar cada año el Mediterráneo en busca de una vida mejor en Europa. Centenares mueren en el intento.

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