Crece en Nicaragua agresiones a periodistas, activistas y miembros de la comunidad LGBTTTI

Grupos coordinados por el presidente de Nicaragua y simpatizantes del gobierno agreden a reporteros nacionales y extranjeros que dan cobertura a la crisis en el país centroamericano. También persiguen y violentan a colectivos de defensa de los derechos humanos, grupos feministas e integrantes de la comunidad LGBTTTI
Mariana Recamier Mariana Recamier Publicado el
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Los periodistas que intentan cubrir las protestas y la crisis política que atraviesa Nicaragua son blanco de ataques directos del ejército y de grupos paramilitares.

Agresiones físicas, arrestos, detenciones arbitrarias, confiscación de material, robo o destrucción del equipo de los reporteros son algunos de los problemas que enfrenta la prensa, de acuerdo con el último informe de Reporteros Sin Fronteras.

Uno de los casos más recientes es el de Sandra Weiss, corresponsal alemana enviada a Nicaragua por el diario suizo Neue Zürcher Zeitung, quien fue asaltada el 10 de agosto cuando documentaba una invasión de tierras en Chinandega, provincia localizada al oeste del país.

La reportera quería documentar los daños causados al proyecto Chinandega Maracuyá Company, una enorme plantación de maracuyá con una inversión de 20 millones de dólares que había sido invadida por grupos armados leales al gobierno de Ortega.

Personas encapuchadas dispararon al aire y le ordenaron a la reportera que se bajara del taxi que había contratado, le robaron su cámara, grabadora, sus notas y la tarjeta de crédito, con la que más tarde sus asaltantes hicieron una compra por 2 mil dólares en gasolineras locales.

Las agresiones de las fuerzas oficialistas también han provocado la muerte de periodistas. El 22 de abril en la ciudad costera de Bluefields, Ángel Eduardo Gahona, director del noticiero El Meridiano y corresponsal del Canal 6 Nicaragua, fue asesinado por un disparo de arma de fuego en la cabeza cuando transmitía en vivo las manifestaciones.

Testigos señalaron que cuando ocurrieron los hechos se encontraban en el lugar policías y agentes antimotines armados, pero la investigación el crimen está estancada.

Periodistas sin protección

Los reporteros de los medios de comunicación independientes y de oposición no cuentan con ningún equipo de protección –por ejemplo, con chalecos antibalas para cubrir las manifestaciones– debido a la falta de recursos económicos, denuncia Reporteros Sin Fronteras.

Estas medidas de seguridad son necesarias, ya que los periodistas sufren amenazas y agresiones directas de los partidarios del presidente, pero sobre todo de la policía y las fuerzas antimotines.

Fue el caso de un equipo de periodistas del diario nacional La Prensa. El 9 de mayo del presente año, cuando cubrían las manifestaciones en la capital, Managua, policías insultaron a los reporteros y les pidieron que se fueran del lugar después de apuntarles con sus armas de fuego.

Días después, las oficinas de la radio progubernamental Tu Nueva Radio Ya y el canal de televisión de oposición 100% Noticias fueron saqueados. Por otra parte, civiles y grupos paramilitares incendiaron el edificio de Radio Darío.

Persecusión a prensa extranjera

Como en el caso de Weiss, la prensa extranjera no escapa a la represión. El 27 de abril pasado, el periodista estadounidense Tim Rodgers, quien trabaja para el diario digital Fusion, se vio obligado a dejar el país porque sufrió una campaña de acoso y amenazas online emprendida por grupos sandinistas cercanos al gobierno que lo acusaron de trabajar para la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos.

“Esta violencia y estos atentados contra la libertad de informar son inaceptables”, asevera Emmanuel Colombié, responsable de la oficina para América Latina de Reporteros Sin Fronteras (RSF).

“El gobierno no resolverá la crisis amordazando a los periodistas. Al contrario, es responsabilidad de las autoridades garantizar la seguridad de la prensa y permitir que esta realice una cobertura independiente de los acontecimientos que sacuden al país desde hace casi tres meses”, agrega.

También hay censura

La prensa nacional y local que no se alinea con el régimen de Ortega también debe enfrentarse a otro tipo de violencia: la censura y los intentos de desestabilización.

Desde que comenzó la crisis, el Instituto Nicaragüense de Telecomunicación y Correos (Telcor) ha sacado del aire varias veces a algunas cadenas de radio y televisión de oposición, como 100% Noticias, Canal 12, Telenorte, Canal de Noticias de Nicaragua (CDNN23), Canal 12, Canal 23 y Canal 51.

Otros medios de comunicación afrontan grandes dificultades económicas para sobrevivir porque reciben una menor cantidad de publicidad oficial o ya no obtienen ninguna.

Por otra parte, algunos medios de comunicación, como el diario La Prensa o el semanario Confidencial, han sufrido varios ciberataques a sus versiones digitales.

El 28 de junio, en una conferencia de prensa, miembros de la prensa independiente de Nicaragua denunciaron esta situación, así como la campaña de difamación contra periodistas emprendida por los representantes del Estado.

En este sentido, tras realizar varias misiones de observación, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) publicó el 22 de junio pasado un informe detallado sobre las violaciones a los derechos humanos en el marco de las protestas sociales en Nicaragua.

El documento señala que los medios de comunicación independientes tienen poco o ningún acceso a la información oficial y que la presidencia no organiza conferencias de prensa.

Además, el texto menciona que los funcionarios que aceptan hablar o responder a las solicitudes de los periodistas independientes se enfrentan a sanciones o represalias.

Por otra parte, la cuenta de Twitter de Pen Nicaragua, asociación internacional de escritores, comparte todos los días las agresiones contra periodistas en este país centroamericano.

Persecusión a colectivos que defienden los derechos humanos

A la par de las agresiones a periodistas, colectivos feministas, comunidad LGBTTTIQ y grupos de defensa de derechos humanos denuncian que son vigilados, amenazadas y agredidos por las fuerzas del presidente de Nicaragua.

“Feministas, defensoras de derechos humanos, activistas LGBTIQ estamos siendo vigiladas, amenazadas y acusadas de recibir financiamientos externo para promover el terrorismo y alentar lo que ellos llaman un golpe de Estado”, menciona una carta firmada por más de 20 agrupaciones.

El documento señala que uno de los casos más recientes de detención ilegal es el del activista Bayardo Siles, quien fue obligado a bajar de un autobús mientras viajaba hacia Costa Rica.

Las agrupaciones aseguran que sus familiares no han recibido información sobre las razones de su detención, no le han permitido asistencia legal y no se tienen datos sobre su integridad.

El texto añade que la Iniciativa Nicaragüense de Defensoras de Derechos Humanos ha registrado al menos 182 denuncias de agresiones a mujeres cis y trans, incluyendo detenciones arbitrarias, tratos crueles, torturas y violaciones sexuales perpetradas por policías, paramilitares y funcionarios del régimen.

¿Cómo se puede ayudar?

Frente a la negativa de Ortega de aceptar una salida razonable a la crisis, las organizaciones piden el apoyo de la comunidad internacional para ejercer presión desde sus países. Proponen, entre otras, las siguientes acciones:

-Enviar cartas a las embajadas de Nicaragua en las que se demande el respeto a la integridad física y psicológica de todas las personas encarceladas y su inmediata liberación.

-Firmar y divulgar la petición difundida a través de Change.org para exigir la liberación del activista Bayardo Siles: ¡Libertad ya para Bayardo Siles!
-Realizar acciones de denuncia contra el régimen de Ortega afuera de embajadas el 31 de agosto

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