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De morder la manzana a comerse el globo. El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, está escalando su influencia a nivel global.
A inicios de mes, el gobernador de Nueva Jersey y vecino estatal de De Blasio, Chris Christie, visitó México en lo que aparentó ser una gira de conquista de la política exterior, como un canapés de su posible campaña presidencial en el 2016.
Y aunque el edil neoyorquino no ha demostrado intenciones de apoderarse de la Casa Blanca, sus movimientos en los últimos días se han disparado hacia el panorama internacional.
De Blasio, “un virtual desconocido no hace mucho, está ahora determinado a cultivar un perfil en el escenario internacional. Y el miércoles trajo su mayor chapoteo extranjero hasta ahora, un viaje transatlántico a Manchester, Inglaterra, donde el señor De Blasio exhortó a los líderes del Partido Laboral a adoptar su tema de desigualdad de ingresos”, informó The New York Times el pasado miércoles.
Y aunque sus asesores aseguran que su trabajo municipal es su prioridad, el alcalde demócrata ha intentado esparcir su mensaje de equidad social por el mundo.
“Lo líderes no tradicionales se están tornando cada vez más comunes, y yo siento gran empatía con ellos”, dijo De Blasio en un simposio en Columbia University.
“Los alcaldes de Nueva York no son extraños en el escenario mundial, y el predecesor de De Blasio, Michael Bloomberg, un independiente político, se enorgullecía de trabajar con funcionarios locales en los muchos lugares que visitó, incluyendo Jerusalén, Londres, Paris y Singapur. El señor Bloomberg, quien tiene un hogar en Londres, también incursionó en la política británica, hablando en dos conferencias del Partido Conservador y haciéndose gran amigo del primer ministro, David Cameron”, apuntó el Times.
Sin embargo, las pretensiones del actual alcalde son más idealistas. Su única intención, hasta ahora, ha sido galvanizar un movimiento social.
Según sus ayudantes, él quiere inspirar a líderes con pensamiento similar al suyo, quienes lo puedan ver como ejemplo de un “liberal que se ha mantenido apegado a sus políticas y todavía se las arregla para ganar”, añadió el medio estadounidense.
Apunta alto
Y quedarse con las intenciones no es algo que el demócrata aplique.
“Un discurso en las Naciones Unidas. Un puesto al lado de Al Gore liderando una marcha por el cambio climático. Un espacio principal en una conferencia política en Inglaterra. Todos estos grandes escenarios –todos ocurridos con pocos días de diferencia entre ellos– se han convertido en un común denominador para el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio. Su perfil va en ascenso tanto nacional como internacionalmente y es constantemente visto en círculos políticos como una estrella en ascenso, particularmente en el ala más liberal del Partido Demócrata”, afirmó AP el miércoles.
Según la agencia, su perfil le ha otorgado una plataforma en la que puede perseguir sus políticas liberales y que potencialmente lo perfilen como un valioso sustituto en las elecciones presidenciales del 2016.
Además, “mejora su poder local por haber obtenido el respeto internacional”, destacó Kenneth Sherrill, profesor de política retirado.
Incluso, consiguió la manera de unir ambos panoramas cuando se reunió con el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto.
El pasado domingo, la Presidencia de México informó en un comunicado que el jefe de Estado y el alcalde se reunieron a tratar temas económicos y relativos a la comunidad mexicana que radica en la Gran Manzana.
“El presidente Peña Nieto y el alcalde reconocieron que el cambio demográfico en Estados Unidos se traduce en una creciente participación de la comunidad hispana en los ámbitos empresarial, político, educativo y cultural”, rezaba el informe.
Y aunque a varios políticos estadounidenses le parezcan innecesarias este tipo de acciones de Bill de Blasio, el exalcalde Rudolph Giuliani, quien lo acusó de arruinar el curso de la ciudad, afirma que es importante que el munícipe viaje.
“Cuando yo me lancé para presidente, me desafiaron sobre cuánto sabía de política exterior… Es bueno que el alcalde viaje, mientras mantenga todo bajo control”, indicó Giuliani el pasado marzo.