Control de armas, una medida desesperada

México y Estados Unidos crearon un grupo binacional para controlar el tráfico de armas, pero esta estrategia tiene pocas posibilidades de prosperar porque el presidente Donald Trump no quiere legislar sobre el tema y la administración mexicana no tiene lo necesario para regular la frontera
Mariana Recamier Mariana Recamier Publicado el
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Una nueva carta entró en las negociaciones entre México y Estados Unidos: el control del tráfico de armas. Durante la reunión con el vicepresidente Mike Pence y otros funcionarios estadounidenses, la delegación mexicana pidió detener el flujo ilegal de armas hacia su territorio.

En una conferencia de prensa posterior al encuentro, el secretario de Relaciones Exteriores Marcelo Ebrard anunció que entre los dos gobiernos se acordó una primera respuesta para enfrentar el tráfico ilegal de armas.

Se trata un grupo binacional que reportará cada mes el número de armas ilegales que entran a México desde Estados Unidos y trazará su origen desde el lugar en el que fueron compradas y cómo fue que entraron a territorio mexicano.

“El flujo ilegal de armas de EU a México representa una amenaza común. El canciller Ebrard destacó este tema hoy en la Casa Blanca. Se acaba de arrancar un grupo binacional para identificar e implementar medidas concretas para combatir esta amenaza”, confirmó Christopher Landau, embajador de Estados Unidos en México, en su cuenta de Twitter.

En la revisión mensual que realizará el Subgrupo Binacional sobre Tráfico de Armas, del Grupo de Alto Nivel sobre Seguridad México-Estados Unidos, detallará el tipo de armas que ingresan al país y el delito al que están vinculadas.

No obstante, especialistas aseguran que esta estrategia tiene pocas posibilidades de prosperar porque el gobierno del presidente de Donald Trump no quiere legislar sobre este tema y la administración mexicana no tiene lo necesario para regular el flujo de armas.

Sin importar los detalles para su aplicación, esta iniciativa binacional comienza la próxima semana porque la situación es urgente debido a que la mayoría de armas utilizadas en delitos en México provienen de Estados Unidos.

Entre 2013 y 2010, el 70 por ciento de las 96 mil armas de fuego recuperadas como parte de una investigación criminal por las autoridades de México y entregadas para su rastreo a la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de fuego y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés) resultaron ser procedentes de Estados Unidos, de acuerdo con los datos oficiales de la agencia federal estadounidense.

Solo en 2018, la mitad de las 16 mil 343 armas recuperadas en México y rastreadas por la ATF eran de factura estadounidense.

El artículo académico The Way of the Gun: Estimating Firearms Trafficking across the US-Mexico Border menciona que cerca de 213 mil armas de fuego se introducen de contrabando de Estados Unidos a México cada año. Además, la mayoría de las armas criminales recuperadas en México de 2009 a 2014 provenían de tres estados fronterizos del sur: 41 por ciento de Texas, 19 por ciento de California y 15 por ciento de Arizona, de acuerdo con los datos de la Oficina de Responsabilidad del Gobierno de los Estados Unidos (GAO).

En una conferencia de prensa el 22 de julio, Ebrard destacó cinco cruces fronterizos donde Estados Unidos y México pretende detener el flujo de armas: San Diego-Tijuana, El Paso-Ciudad Juárez, Laredo-Nuevo Laredo, McAllen-Reynosa y Brownsville-Matamoros.

La GAO también registra que casi la mitad de las armas de origen estadounidense recuperadas en México son largas que incluyen rifles semiautomáticos de alto calibre como las variantes AK y AR.

Esta es una preocupación para las fuerzas armadas mexicanas, quienes informaron a la GAO que los rifles de asalto son las armas preferidas de las organizaciones de narcotráfico, en parte porque se pueden convertir fácilmente en rifles automáticos.

La vinculación entre tráfico de armas y violencia también es denunciada por los gobiernos estatales y municipales de los estados fronterizos. Jorge Nava López, el fiscal para la zona norte de Chihuahua, dijo esta semana que nueve de cada diez armas usadas en la ola de homicidios en Ciudad Juárez fueron obtenidas recientemente en EstadosUnidos.

“La mayoría no tiene ni 90 días de haber sido adquirida en tiendas de deportes y en los comercios o negocios cercanos a la frontera en Texas y Nuevo México”, declaró Nava López.

Aunque las armas recuperadas forman parte de investigaciones sobre crímenes, Raúl Benítez Manaut, profesor del Centro de Investigaciones sobre América del Norte de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), considera que no existe una correlación directa entre el tráfico de armas y los homicidios en México.

“En Estados Unidos hay libertad absoluta para poseer armas y el índice de homicidios es super bajo. No hay una correlación directa entre las armas que se venden y los asesinatos. Los grupos criminales que están provocando esta epidemia de homicidios ya las tienen”, comenta el académico.

Hay 300 millones de armas en circulación en Estados Unidos, de acuerdo con las cifras citadas por el Congreso de ese país, sin embargo, la tasa de homicidios intencionales fue de 5.3 por cada 100 mil habitantes en 2017, según el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por siglas más recientes).

En cambio, en México hubo 25 crímenes de ese tipo por cada 100 mil personas en el mismo periodo, de acuerdo con las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

“El gobierno tiene que controlar a los grupos del crimen organizado, capturarlos y hacer trabajo de inteligencia. Las armas no son el problema que genera el terror”, opina el especialista.

El gobierno tiene que controlar a los grupos del crimen organizado, capturarlos y hacer trabajo de inteligencia. Las armas no son el problema que genera el terror”
Especialista en seguridad en América del Norte

No funcionará

Benítez Manaut explica que el grupo binacional para el control de armas tiene pocas posibilidades de lograr su objetivo porque el presidente Donald Trump no permite que las iniciativas sobre sobre este tema avancen y la administración mexicana no tiene lo necesario para regular el flujo de armas.

“La parte de Estados Unidos no funcionará porque el peso político de la Asociación Nacional del Rifle es muy grande y Trump es apoyado por ella, entonces ellos impedirán que haya regulaciones que controlen la venta de armas”, argumenta el especialista en seguridad en América del Norte.

Benítez Manaut añade que Trump es apoyado por personas que viven en espacios rurales y quieren tener armas, entonces el presidente no les dará la espalda a esos posibles electores.

El gobierno mexicano también enfrentaría problemas para cumplir con sus tareas en el grupo binacional porque no lograría cubrir los aspectos técnicos.

“Si se pusiera el gobierno de México a controlar la aduana en automóvil generaría un caos tremendo. El ejército o la Guardia Nacional alargaría el tránsito de Estados Unidos a México unas dos horas al abrir las cajuelas de los autos. Eso no lo van a tolerar los habitantes de Tijuana, Ciudad Juárez, Matamoros, Reynosa ni Nuevo Laredo”, comenta el profesor.

Benítez Manaut concluye que el gobierno de México no tiene personas capacitadas, las tecnologías ni la voluntad política para controlar el tráfico de armas en su frontera norte.

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